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“Suelo tener pie de atleta de manera recurrente, sobre todo en verano. ¿Hay alguna forma de prevenirlo?” Nos escribe… Patricia (Valladolid)
Los hongos más comunes que puedes contraer en verano son el pie de atleta y la tiña de uñas. Las piscinas y las zonas húmedas de clubs, gimnasios o campings son el hábitat ideal para estos microorganismos.
¡Aprende a identificarlos!
- En primer lugar, poder identificar si tienes hongos en los pies es clave para su cuidado. El pie de atleta es habitual en personas que practican deporte con calzado cerrado y afecta especialmente a la piel de alrededor de los dedos, aunque también puede afectar a la planta y los laterales. El síntoma más habitual es la rojez en la zona, acompañada de picor en los pies y de una notable descamación y agrietamiento de la zona. En ocasiones también puede producir inflamación o dolor.
- Por otro lado, la tiña de uña también suele darse si el pie permanece húmedo durante mucho tiempo en un calzado cerrado o cuando no los secamos correctamente tras el baño. Este hongo también es de fácil detección: las uñas se vuelven quebradizas, gruesas y descoloridas. En este caso los síntomas pueden tardar meses en aparecer, por eso normalmente la persona que desarrolla esta infección no se da cuenta hasta que ya está bastante extendida por la uña. Es conveniente actuar con rapidez para evitar que el hongo se extienda a todas las uñas.
MANTÉN TUS PIES EN LAS MEJORES CONDICIONES HIGIÉNICAS
- Existen factores predisponentes que facilitan el desarrollo y el crecimiento de las colonias de hongos en los pies, como mantener los pies en condiciones de humedad y con calor, sobre todo después de hacer deporte. De ahí que mantener una buena higiene y secar bien los pies tras lavarlos, sobre todo entre los dedos, sea fundamental.
- Utiliza calcetines transpirables y calzado amplio hecho de materiales naturales para facilitar la transpiración y cámbiate a menudo de calcetines y de calzado, utilizando antitranspirantes para ayudar a controlar la humedad.
- Evita andar descalzo en zonas públicas (duchas, piscinas, vestuarios…), ya que una de las principales características de los hongos es que son muy contagiosos y fácilmente transmisibles entre personas.
- No compartas toallas, calcetines o calzado con otras personas y lávalos con regularidad.
- Recuerda que los productos antifúngicos son efectivos al comienzo de una micosis. Generalmente, estos tratamientos contienen como principio activo clotrimazol o bifonazol, que son antifúngicos de amplio espectro. El bifonazol tiene la ventaja, frente al clotrimazol, de que se absorbe más rápido (evitando que el sudor o la humedad hagan desaparecer su efecto) y calma el picor y el enrojecimiento. Independientemente del principio activo, la duración de la terapia es de unas 3 o 4 semanas. Pregunta a tu farmacéutico cuál es el producto más adecuado para tu caso.