Con las vacaciones en tiempo de descuento, toca hacer “recuento de daños” y reajustar la rutina diaria para enfatizar los beneficios estéticos del verano (piel bronceada, rostro relajado…) y atajar a tiempo los efectos colaterales. Así se consigue una operación retorno “triunfal”.
Más sequedad, menos elasticidad, hiperpigmentación, labios agrietados, pelo encrespado… Son algunos de los daños colaterales del verano que pueden “hacer sombra” al favorecedor bronceado, que es la seña de identidad de las vacaciones.
Tanto si aún se está disfrutando del descanso veraniego como si ya estamos de vuelta, es un momento en el que hay que incluir nuevos “elementos” en la rutina de cuidados diarios, para reparar y/o minimizar los posibles efectos colaterales.
Una rutina after-sun “potente”
La farmacéutica Pilar Pérez, CEO de Albalab Bio, ofrece un plan integral de cuidados post-jornadas playeras y pre-vuelta en tres fases que permite minimizar los efectos de la exposición a los factores externos estivales:
- Fase 1: Calmar y reparar:
- Duchas con agua tibia: Para eliminar cualquier resto de sal, cloro o arena sin agredir la piel.
- Fundamental e insustituible: aplicar un producto after-sun. Pilar Pérez aconseja optar por fórmulas naturales, que incluyan ingredientes como el aloe vera puro, caléndula, aceite de rosa mosqueta o manteca de karité “ya que calman, reducen la inflamación y favorecen la regeneración celular”.
- Evitar la exfoliación: La experta recomienda no utilizar estos productos inmediatamente después de la exposición solar: “Es preferible esperar unos días y utilizar exfoliantes suaves y ecológicos una vez por semana”.
- Fase 2: Menús pro-reparación : “una alimentación rica en antioxidantes ayuda a proteger la piel del estrés oxidativo producido por el sol. Estos son algunos de los alimentos que aconsejo incluir en la dieta”, comenta la farmacéutica:
- Frutas ricas en vitamina C (naranja, kiwi, fresa), para estimular la producción de colágeno.
- Verduras de hoja verde y tomates: “Son fuente de betacarotenos y licopeno, que actúan como protectores solares naturales”.
- Frutos secos y semillas (nueces, almendras, chía), que aportan vitamina E y ácidos grasos esenciales.
- Aceite de oliva virgen extra: “Es fundamental para mantener la elasticidad y el brillo de la piel”.
- Fase 3: Descansar: Pilar Pérez hace hincapié en la importancia de un descanso adecuado y de tomar medidas que aseguren una buena rutina nocturna: “Dormir bien es esencial para la regeneración cutánea. Durante el verano, el calor y los cambios de horario pueden afectar al descanso, de ahí la necesidad de adoptar hábitos que favorezcan un sueño reparador, contribuyendo así a una piel saludable”.
Objetivo: recuperar el colágeno perdido
El colágeno es “la proteína” por antonomasia cuando se habla de firmeza, elasticidad y una piel en buen estado. De hecho se trata de la proteína más abundante en el cuerpo humano (representa aproximadamente entre el 25% y el 30% del contenido proteico total) y es un componente vital del tejido conectivo, desempeñando un papel crucial en el mantenimiento de la estructura, elasticidad y resistencia de diversos tejidos.
Sin embargo, no todo el mundo sabe que el sol es uno de los peores enemigos de esta sustancia. Así lo explica el doctor Vicente Mera, experto en antiaging y asesor médico de Kobho Labs: “Entre los factores que aceleran la pérdida de colágeno tiene un papel protagonista la exposición al sol. El daño causado por los radicales libres, resultante del estrés oxidativo, provoca la degradación de las fibras de colágeno y elastina, algo que a su vez está inducido fundamentalmente por la contaminación ambiental y la radiación UV”. “Además, -añade el experto-, los rayos UV, especialmente los UVA, penetran profundamente en la dermis, descomponiendo el colágeno y activando enzimas como la MMP-1 (metaloproteinasa), que destruyen el colágeno y provocan arrugas profundas, cambios de pigmentación y pérdida de elasticidad de la piel”.
En la misma línea, los especialistas de Germinal inciden en que la exposición solar durante el verano acelera la degradación del colágeno natural de la piel, favoreciendo la aparición de arrugas, la pérdida de firmeza y el envejecimiento. “Por eso, reforzar los niveles de esta proteína en esta ápoca del año es clave para mantener una piel saludable y luminosa. Y para conseguirlo, hay que adoptar tres enfoques complementarios: la suplementación, la cosmética diaria y un serum de refuerzo”.
Manchas: el “souvenir” más indeseado
Aunque pueden aparecer y/o estar presentes en la piel en cualquier momento del año, es al final de las vacaciones cuando la mayoría de las personas reparan más en ellas. Esto es debido al estrecho nexo que existe entre la hiperpigmentación y la exposición solar. Los especialistas de Laboratorios Vichy explican que la radiación solar, tanto la UVA como la UVB, es la principal causante de las manchas, ya que los rayos solares penetran profundamente en la piel, estimulando la producción de melanina, el pigmento que, en exceso, provoca hiperpigmentación y manchas oscuras. De hecho, y de acuerdo con un estudio publicado en el Journal of the American Academy of Dermatology, la hiperpigmentación postinflamatoria (HPI), un tipo común de mancha oscura directamente relacionada con la exposición solar, es una de las principales causas de consulta dermatológica, afectando a personas de todas las edades y etnias.
Tanto para prevenir su aparición como para minimizar su apariencia, hay tres aspectos que se deben cuidar especialmente en este momento del año:
- No bajar la guardia con la fotoprotección: “Usar protector solar los 365 días del año es el pilar esencial para preservar la salud y la belleza de la piel, independientemente de la estación o las condiciones climáticas”, señalan los expertos de Vichy.
- Por la noche, retinol. Para potenciar el efecto reparador de la rutina beauty durante el sueño (momento “álgido” de la renovación celular), especialmente cuando se trata de minimizar las manchas, es importante utilizar una crema de noche que incluya ingredientes como el retinol, uno de los principios activos más efectivos para reducir la apariencia de las manchas y, también, de las arrugas.
- Un skincare a medida. Desde laboratorios Viñas recuerdan la importancia de adoptar una rutina despigmentante, adaptada al tipo de piel y a las características de la mancha o manchas, y proponen seguir un ritual (diurno y nocturno) que incluya distintos productos específicos (serums, fluidos, cremas…) para unificar el tono y proporcionar un efecto glow a la piel.
Y los labios, también
No todo es “darles color” y/o volumen: como recuerdan desde Camaleon, la piel de los labios es más fina que la del resto del cuerpo: “Sólo tiene cinco capas de células en comparación con las 16 de la piel del rostro. Además, tampoco posee glándulas sudoríparas sebáceas y apenas tiene melanina, lo que los vuelve más vulnerables a los efectos del sol, favoreciendo que se quemen con más facilidad, que pierdan hidratación y que se resequen”.
A esto hay que añadir que cuando los labios se exponen al sol sin protección, el colágeno que contienen puede verse alterado. “El colágeno es la proteína que proporciona elasticidad y volumen a los labios, a la vez que previene la formación de arrugas, por lo que su degradación les afecta visiblemente, haciendo que luzcan más finos y envejecidos”.
Los expertos advierten sobre algunos de los errores más frecuente que cometemos con esta zona durante el verano y que aún estamos a tiempo de enmendar y reparar: “Por ejemplo, muchas veces aplicamos vaselina o gloss para sentirlos hidratados, pero es una acción contraproducente, puesto que los productos brillantes actúan como un efecto espejo que atrae los rayos del sol”. La solución pasa por utilizar los productos adecuados para reparar estos y otros posibles daños: labiales que hidraten en profundidad, tengan un efecto calmante y protejan esta zona con factores solares superiores a 15, para así evitar posibles quemaduras. “Lo ideal es que estos productos contengan también vitamina E, para proteger los labios del daño oxidativo y regenerarlos”, apuntan los expertos de Camaleon.
Melena en reparación
Según un reciente estudio sobre el cuidado capilar en verano en mujeres españolas llevado a cabo por la firma Pantene, el 69% protege su piel, pero no su pelo en esta época del año. Entre las razones aportadas por las encuestadas para explicar este dato están el no encontrar productos adecuados o el desconocimiento sobre la importancia de la protección capilar frente a la radiación solar. En esta línea, sólo el 44% utiliza productos protectores para el pelo antes de exponerse al sol.
Ante esta tendencia tan generalizada, Mario Esquivias, farmacéutico titular de la Farmacia Chamberí para Naturadika, recuerda que así como el sol daña la piel, también produce daños en el pelo. “Sin embargo, hay que considerar que, en pequeñas dosis, el sol es excelente para todo tipo de cabello: a través de la vitamina D, actúa sobre el ciclo de vida capilar y permite que la queratina crezca más rápido y más fuerte. Pero hay que evitar una exposición prolongada, pues es ahí donde nacen los riesgos”, apunta el experto, quien enumera los principales efectos colaterales que la temporada estival tiene a nivel capilar:
- Fragilidad: Los rayos ultravioleta interfieren con aminoácidos esenciales como cisteína, tirosina y triptófano, que son vitales para la fuerza y resistencia del cabello.
- Encrespamiento: “La exposición a los rayos UV daña los lípidos protectores de la superficie, aumentando la probabilidad de encrespamiento”.
- Sequedad: La exposición prolongada puede despojar al cabello de sus aceites naturales, resecándolo.
- Rotura: Según el farmacéutico, los rayos ultravioleta del sol pueden debilitar los enlaces estructurales del cabello, haciéndolo más propenso a romperse y propiciando que se vuelva más quebradizo.
- Quemaduras en el cuero cabelludo: “Así como la piel del cuerpo se quema, también puede hacerlo nuestro cuero cabelludo, especialmente en aquellas áreas en las que el cabello es más fino o está dividido”.
- Alteración del color: “Los pigmentos protectores de la melanina capilar, además de añadir color, protegen el cuero cabelludo de la luz solar excesiva. Sin embargo, los rayos UV pueden degradar estos componentes de la melanina, reduciendo su eficacia y alterando el brillo y el color”.
¿Cortar y sanear? Así puedes evitarlo
Teniendo en cuenta todo lo anterior, es obvia la necesidad de cuidar el cabello durante el verano y actuar inmediatamente ante el menor signo de sequedad, fragilidad, pérdida de color, etc. Estas son las pautas que Mario Esquivias ofrece al respecto:
- Hidratación máxima, no sólo “cosmética” sino también interior: “Beber suficiente agua mantiene el cabello fuerte y el cuero cabelludo hidratado, proporcionándole los nutrientes que necesita”.
- Usar un champú adecuado. El experto aconseja optar por uno orgánico, que respete el equilibrio del cuero cabelludo y, si es posible, que esté formulado para apoyar el cuidado anticaída (más frecuente en otoño).
- Utilizar siempre acondicionador después de lavar el cabello con champú.
- Cepillar el cabello de forma suave y no inmediatamente después de la ducha: “Lo mejor es separar un poco los mechones suavemente con los dedos para después usar un peine, deslizándolo entre el cabello húmedo, sin prisas”.
- El calor, al mínimo. “Si no es posible evitar el secador, al menos se debe mantener la temperatura al nivel mínimo, aunque lo mejor es, en los días más cálidos, dejar que el cabello se seque al aire libre”.
- Evitar recogidos muy apretados y gomas de pelo que aprieten en exceso.
- Incluir en los cuidados diarios un protector solar capilar, y seguir usándolo durante las semanas siguientes a la vuelta de vacaciones.