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“Me han han comentado que los corticoides son muy malos y que dan muchos problemas. ¿Qué hay de cierto en ello?” Lidia (león)
Los corticoides son medicamentos que están dotados de una gran potencia; actúan en diferentes partes del organismo, y por ello pueden presentar una gran variedad de efectos adecuados o no. Sin embargo, ello no significa que sean no muy útiles en las enfermedades en las que están indicados. La acción fundamental que presentan es la de tener una buena actividad antiinflamatoria. Por eso tienen dos indicaciones muy conocidas: la artritis y el asma. La artritis es una inflamación de las articulaciones, el asma presenta una inflamación de las vías aéreas. Por eso, en ambas enfermedades se utilizan proporcionando un gran alivio.
Ahora bien, la gran actividad que poseen en muchas partes de nuestro cuerpo implica un cierto riesgo de efectos colaterales, especialmente cuando se administran durante periodos de tiempo prolongados. Así, los huesos pueden ser menos densos y más frágiles, pudiendo favorecer procesos de osteoporosis; además pueden elevar la presión arterial, agravando la hipertensión, o la presión ocular, favoreciendo el glaucoma; pueden, por otra parte, favorecer el aumento del nivel de glucosa en la sangre, llegando a desarrollar diabetes.
Ahora bien, todos los medicamentos pueden presentar efectos secundarios, los corticoides no son los únicos medicamentos que lo pueden producir. La solución no está en no tomarlos, sino en tomarlos cuando tu médico te lo ha prescrito. Jamás por tu cuenta. Si te recetan corticoides, tu médico va a controlarte estrechamente; además tu farmacéutico también vigilará tu tratamiento. Así que no temas. ¡Pero jamás los tomes por tu cuenta!
Recuerda:
– Los corticoides son medicamentos muy activos.
– Pueden presentar diversos efectos secundarios.
– Si están prescritos para ti, es más dificil que originen problemas.
– Pero nunca te automediques, ni con ellos ni con ningún medicamento.
– Utiliza bien los medicamentos, como te han indicado.