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¿Sabías que la obesidad a los 50 años se asocia con un riesgo hasta tres veces mayor de demencia? Diversos estudios acaban de demostrar que la relación del peso con el deterioro cognitivo puede ser crucial en el futuro.
La máxima Mens sana in corpore sano adquiere, a la luz de los últimos estudios, todo su significado. Y es que, según los expertos de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), para gozar de una buena memoria en el futuro, es vital mantener un peso normal o normopeso. Si hasta ahora la obesidad se había asociado a muchos otros trastornos y enfermedades como la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, la dislipemia o el síndrome de apneas-hipopneas del sueño, entre otros, en la actualidad se ha demostrado que puede ser incluso un indicador de deterioro cognitivo en el futuro.
Obesos: en el disparadero de las demencias
La obesidad, definida como un exceso de masa grasa, es una enfermedad crónica de tendencia epidémica en el mundo y se ha convertido en uno de los retos más difíciles en salud pública. En España, el 39,3% de la población tiene sobrepeso y la obesidad alcanza al 21,6% (22,8% en hombres y 20,5% en mujeres), cifras que aumentan con la edad, señala la doctora Purificación Martínez de Icaya, representante de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). Estos pacientes presentan un riesgo superior a padecer demencia que las personas con normopeso. De hecho, según ha señalado la doctora Irene Bretón, presidenta de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición durante la presentación de la campaña Cuida tu peso, cuida tu memoria, “los pacientes con obesidad en la etapa media de la vida (50 años) presentan un riesgo superior de padecer demencia comparados con sujetos con normopeso”. Además, según estas expertas, no sólo es importante la presencia de obesidad, sino también la distribución de la grasa corporal, ya que el predominio abdominal podría ser un factor indicador de mayor riesgo de deterioro cognitivo y demencias.
Con dos razones
1. Según los especialistas, uno de los mecanismos que parecen asociar ambas enfermedades es la presencia de resistencia a la insulina en los pacientes con obesidad, especialmente cuando se localiza en el abdomen. “Un estudio reciente mostró que una mayor resistencia a la insulina se asocia con niveles más altos de beta-amiloide, sustancia implicada directamente con el desarrollo de algunos tipos de demencia”, explica la doctora Bretón.
2. Otro factor se debe a que las personas con obesidad pueden presentar otras enfermedades cardiovasculares asociadas, que influyen de manera negativa sobre el riego sanguíneo cerebral y por tanto contribuyen al deterioro cognitivo.
Dale salud a tu memoria
“Cada día la población está más envejecida y aunque se desconocen aún las causas por las que se producen el deterioro cognitivo y la demencia, los hábitos de vida saludable y la realización de ejercicio físico para evitar la obesidad pueden tener un efecto protector frente al riesgo de su desarrollo”, ha advertido la doctora Nuria Vilarrasa, coordinadora del área de Obesidad de la SEEN. En este contexto se ha desarrollado la campaña Cuida tu peso, cuida tu memoria. “Se ha observado una reducción del riesgo de demencia con la realización de ejercicio físico de manera regular. La actividad física además de tener efectos beneficiosos sobre los factores de riesgo cardiovascular, podría mejorar la síntesis neuronal”, asegura la doctora Vilarrasa, quien añade que también es clave mantener un peso lo más saludable posible con el objetivo de disminuir las complicaciones asociadas a la obesidad y mejorar la calidad de vida. “Además, disponemos de fármacos que pueden ayudarnos junto con la dieta a perder peso y, en caso de escasa respuesta a las anteriores estrategias, se podría contemplar en determinados casos la cirugía bariátrica”, señala la doctora Bretón. Así, se puede influir favorablemente sobre los factores de riesgo cardiovascular y sobre la resistencia a la insulina, cosa que podría disminuir los efectos negativos sobre la cognición.
10 reglas antiobesidad y pro-memoria
1. Controla el tamaño de las raciones. Come con moderación.
2. Mantente activo. Camina al menos 30 minutos al día.
3. Come fruta y verdura todos los días (5 raciones/día).
4. Limita la comida rápida, precocinada y el consumo de fritos y rebozados.
5. Come despacio y evita hacerlo delante del televisor o del ordenador.
6. Para hidratarte, bebe agua. Evita el tabaco.
7. Modera el consumo de azúcar, los alimentos dulces y las bebidas azucaradas.
8. Mantén tu mente activa mediante la lectura, juegos intelectuales (ajedrez, crucigramas, rompecabezas, sudokus, etc.), aprende a tocar un instrumento musical, aprende otro idioma.
9. Realiza un descanso nocturno suficiente.
10. Si necesitas ayuda, consulta a tu médico o farmacéutico.
Haz deporte bien comido
En el curso de la campaña Plenufar 6, Educación Nutricional en la Actividad Física, llevada a cabo por 4.200 farmacéuticos entre los meses de abril, mayo y junio de 2017 y con objeto de analizar los hábitos alimentarios de la población en la actividad física, los farmacéuticos han tomado el pulso a la población y estos son los datos que han recabado. Una iniciativa del Consejo General de Farmacéuticos a través de su vocalía de Alimentación:
· Una de cada cuatro personas que realizan ejercicio físico (el 23,4%), lleva una dieta inadecuada. En el caso de los hombres el porcentaje es de un 25,1% y en las mujeres un 22%.
· En el otro extremo, solo el 15,3% lleva una dieta adecuada.
· El 21,5% de los españoles es sedentario, al permanecer más de ocho horas al día sentado.
· Los hombres optan por la realización de actividad física vigorosa (57,6%), mientras que las mujeres prefieren la actividad física ligera o moderadamente adecuada (56,3%).
· En relación con la alimentación, por sexos los hombres toman más carne, pan o leche, mientras las mujeres toman más fruta y verdura.