En España, la intoxicación por monóxido de carbono provoca una media de 125 muertes anuales y numerosos daños cardiovasculares y neurológicos, según datos de la SEPAR. Las chimeneas, los hornos de aceite y la quema de gas o leña para climatizar los domicilios son las fuentes de exposición de mayor riesgo.

Los combustibles para calentar el hogar son una fuente de intoxicación por monóxido de carbono muy frecuente, cuya inhalación puede conllevar desde efectos adversos, especialmente cardiovasculares y neurológicos, hasta la muerte. Ante los potenciales daños de estas exposiciones, según indica la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), resulta clave diseñar un protocolo de educación y prevención para informar sobre este riesgo a la población.

Un gas tóxico

El monóxido de carbono (CO) es un gas tóxico, inodoro e incoloro que se produce por la combustión incompleta de los hidrocarburos. En España, se estima que cada año, entre 5.000 y 10.000 personas padecen intoxicación por CO, con una media de 125 muertes anuales, siendo más comunes durante los meses de invierno por el uso doméstico de hornos, estufas de gas, calentadores y chimeneas de leña en situaciones de funcionamiento subóptimo o utilizados en espacios mal ventilados. Los siguientes elementos pueden producir monóxido de carbono:

  • Cualquier cosa que queme carbón, gasolina, keroseno, petróleo, propano o madera.
  • Motores de automóviles.
  • Parrillas de carbón de leña (este carbón nunca se debe quemar en espacios interiores).
  • Sistemas de calefacción portátiles o para interiores.
  • Calentadores portátiles de propano.
  • Estufas (para espacios interiores y exteriores).
  • Calentadores de agua que utilicen gas natural.

Cómo se produce el daño

La intoxicación que se produce al respirar este gas puede provocar manifestaciones clínicas que van desde una sintomatología inespecífica hasta muerte. Los síntomas más comunes de envenenamiento por CO son dolor de cabeza, mareos, debilidad, náuseas, vómitos, dolor en el pecho y confusión. En los casos más graves puede haber desmayo o pérdida de conocimiento, convulsiones y estado de coma. Y por último, las personas intoxicadas con monóxido de carbono presentan, característicamente, la piel de color rosado intenso. Según explica la herminioa buchellidoctora Herminia Buchelli, neumóloga de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica y autora principal del estudio Niveles elevados de carboxihemoglobina: fuentes de exposición a monóxido de carbono, publicado en la revista Archivos de Bronconeumología, la exposición prolongada aunque sea a bajos niveles de CO puede tener efectos adversos, especialmente cardiovasculares y neurológicos. A pesar del daño que puede causar la intoxicación por este tipo de gas, se estima que hay un elevado porcentaje de infradiagnóstico ya que las concentraciones bajas pero repetidas de CO pasan inadvertidas y van aumentando los niveles de carboxihemoglobina (COHb) hasta producir una intoxicación crónica. «Analizando los valores de COHb, hemos detectado que un 16% presentaban valores elevados y que un 88,2% (45 pacientes) de ellos estaban expuestos a fuentes de producción de CO distintas al humo del tabaco y relacionadas con su ambiente laboral o doméstico. Solamente uno de los encuestados tenía un detector de CO en su hogar», asegura la doctora Buchelli. Habitualmente en no fumadores el porcentaje de carboxihemoglobina (COHb) en sangre se sitúa en cifras inferiores al 2%, mientras que en fumadores puede alcanzar hasta el 10%

Mayor riesgo en domicilios

Las conclusiones del estudio afirman que el mayor riesgo se encuentra en los domicilios ya que un 56% de los individuos incluidos en la investigación permanecían la mayor parte del día en sus casas. Si se notan los primeros síntomas es imprescindible apagar la fuente de combustión, abrir puertas y ventanas, intentar salir a un espacio en donde se pueda respirar aire fresco y llamar a los servicios de urgencias médicas del 061. «Una evaluación sistemática de los aparatos de combustión y medidas periódicas de los niveles de CO en los ambientes laborales y domésticos pueden ser acciones fundamentales para los individuos en riesgo», concluye la doctora Buchelli.

A tener en cuenta…

  • El color de la llama en los artefactos de gas debe ser azul. La llama amarilla es signo de mala combustión.
  • Conviene hacer revisar anualmente los artefactos de gas por un experto matriculado.
  • En ambientes cerrados como baños o dormitorios sólo instalar artefactos con salida al exterior, los llamados “de tiro balanceado”.
  • Los braseros son particularmente peligrosos por su tendencia a hacer mala combustión y producir monóxido de carbono. Nunca los coloques en dormitorios ni en lugares cerrados.
  • Instalar los grupos electrógenos en el exterior, lejos de puertas o ventanas abiertas y respetando las indicaciones del fabricante.
  • Ventilar toda la casa una vez por día.

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Redacción Consejos

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