cáncer de prostata psa

Para detectar un cáncer de próstata, además de un examen físico que incluya el tacto rectal, es fundamental realizar un análisis de sangre midiendo un marcador llamado PSA. Si el valor de PSA supera los 4 ng/mL (cifra que puede ser menor si hay antecedentes familiares) debemos consultar con un especialista para descartar un tumor.

El antígeno prostático específico (PSA) es una proteína producida en la próstata, una glándula de pequeño tamaño y con la forma de una nuez que se sitúa por debajo de la vejiga, y cuyas dimensiones normales oscilan entre 3-4 cm en su porción más ancha, de 4-6 cm de largo, y 2-3 cm de espesor. Esta proteína se segrega junto con el semen en altas concentraciones, con el fin de licuarlo y permitir un medio para que los espermatozoides se movilicen libremente. Una pequeña cantidad de esta proteína pasa a la sangre, por lo que mediante una pequeña muestra se pueden determinar los niveles de PSA con un sencillo test de laboratorio del mismo nombre PSA (prueba del antígeno prostático específico). Este marcador es muy sensible a cualquier patología que genere inflamación de la próstata.

La prueba que te saca de dudas…

La elevación de la PSA por encima de los 4 ng/mL puede ser indicativa de un tumor, y para confirmarlo, el urólogo, además de palpar la próstata mediante un tacto rectal, puede pedir alguna prueba auxiliar como una resonancia magnética o incluso una biopsia de la próstata.

No obstante, aunque un cáncer de la próstata lleva asociada la elevación de la PSA, la presencia de un PSA alto no siempre es diagnóstico de cáncer de próstata, y puede obedecer a multitud de factores, como un tacto rectal previo que producir liberación de PSA a la sangre, a un masaje prostático, a una biopsia de próstata, a una ecografía transrectal previa, a algunos procesos infecciosos e inflamatorios de la próstata, a la retención urinaria, a una HBP de gran volumen, e incluso a la colocación de una sonda vesical y/o procedimientos endoscópicos.

Gracias a la introducción de la PSA como prueba de detección precoz del cáncer de próstata en los años 90, el diagnóstico se ha ido incrementando significativamente a la vez que la mortalidad se ha ido reduciendo.

… Y no espera a la metástasis

El cáncer de próstata destaca por el crecimiento lento de las células y, en muchos casos, por la ausencia de síntomas en las fases más tempranas. Por este motivo, si no se realizan revisiones con determinaciones periódicas de PSA, el tumor puede detectarse en un estadio muy avanzado, cuando el pronóstico es ya más grave, o cuando ya se ha generado metástasis (es decir, la diseminación a otros órganos) por lo que la prevención con esta herramienta de detección precoz es de vital importancia, ya que evita el desarrollo de la enfermedad avanzada y permite la administración temprana de tratamientos innovadores.

Una glándula que envejece mal

En los hombres jóvenes, la próstata normal pesa alrededor de 20 gramos, pero a medida que envejece, va creciendo de forma benigna, originando una hiperplasia benigna de próstata (HBP) que puede dificultar la micción en edades avanzadas. De hecho, la edad y las hormonas (testosterona) desempeñan un papel fundamental en el crecimiento anómalo de esta glándula. Por su parte, el cáncer de próstata es muy raro en edades jóvenes, pero su incidencia aumenta con el envejecimiento y en el caso de existir antecedentes de cáncer de próstata dentro del núcleo familiar (padres o hermanos). También existe un vínculo entre el riesgo de cáncer de próstata y los hombres con el gen BRCA2 (el mismo gen del cáncer de mama).

En cuanto a los síntomas del cáncer de próstata y de la hiperplasia, cuando aparecen, son muy similares, fundamentalmente dificultad para orinar o sangre en la orina, aunque a veces el cáncer no produce ningún síntoma de alarma.

Para retrasar el envejecimiento de la próstata es importante llevar una alimentación saludable y hacer ejercicio diario. Pero además hay otros factores asociados, aunque con evidencias más limitadas, como son un alto índice de masa corporal, alteración de la glucosa en sangre, lípidos elevados, triglicéridos altos o colesterol HDL bajo, (factores todos implicados en el síndrome metabólico). También la hipertensión y el perímetro de la cintura (>102cm) se asocian con una mayor probabilidad de riesgo de cáncer de próstata con un 15% y un 56% respectivamente.

Movember, Mes de la Concienciación de la Salud Masculina

Pese a ser el tumor más frecuente entre los hombres en España, con más de 35.700 diagnósticos cada año, (la prevalencia es la misma que la del cáncer de mama, pero tiene mucha menos visibilidad), sin embargo, todavía existen muchos hombres que retrasan acudir a la consulta de Urología por los tabúes que esta patología lleva asociados. Hay que insistir en que el diagnóstico precoz del cáncer de próstata permite tratarlo a tiempo, lo que facilita el buen pronóstico de la enfermedad. Por eso, es imprescindible acudir a una valoración urológica de la salud prostática a partir de los 45-50 años, que incluya la exploración de la próstata y una analítica de sangre (PSA).

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Paula Rivero

Soy de la primera promoción de Periodismo que salía del "horno" de Sevilla (en todos los sentidos), allá por el año 94, estudios que completé con los de Historia Contemporánea, licenciándome en...