Este verano los servicios sanitarios de Estados Unidos alertaban de la presencia de una bacteria muy peligrosa y potencialmente mortal, de nombre Vibrio vulnificus, en aguas del Golfo de México y el Caribe.
La bacteria, que habita en aguas cálidas marinas, puede introducirse en el torrente sanguíneo a través de cortes y pequeñas heridas en la piel o por la ingesta de marisco crudo contaminado. Aunque la presencia de Vibrio vulnificus, también llamada bacteria “devora carne”, no es demasiado común, su infección puede resultar mortal o provocar graves secuelas. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, muchas de las personas afectadas “requieren cuidados intensivos o la amputación de extremidades”. Así le ocurrió a la modelo estadounidense Jennifer Barlow quién perdió una pierna tras infectarse con esta bacteria. Entre otras enfermedades este microorganismo puede provocar fascitis necrosante, una infección poco común pero grave, en la que muere la carne que se encuentra alrededor de la herida abierta. La enfermedad progresa con afectación sistémica y necrosis de tejidos y tiene un curso muy rápido, con frecuencia fatal.
Los síntomas
- Los primeros signos de alerta de fascitis necrosante pueden ser visibles en la piel que aparece enrojecida, inflamada y caliente, en un proceso que se extiende rápidamente.
- Generalmente se acompaña de dolor intenso y de fiebre.
- Posteriormente pueden aparecer úlceras, ampollas y manchas negras.
- El área de la piel afectada puede supurar pus o secreciones.
- También es usual que los afectados experimenten mareos, fatiga, diarrea o náuseas conforme avanza la infección.
Qué hacer
Si existe sospecha de fascitis necrosante hay que acudir a urgencias lo antes posible, ya que estamos ante una enfermedad muy grave que requiere de atención hospitalaria. Las primeras actuaciones se centran en la administración de antibióticos vía intravenosa y en la cirugía para retirar el tejido muerto. Como los antibióticos no pueden llegar a todas las áreas infectadas ya que hay demasiado tejido muerto y se ha reducido el flujo sanguíneo, el tratamiento incluye cirugía precoz y agresiva. A menudo se debe intervenir rápidamente a los pacientes y no es raro, además, que se precisen varias cirugías en función del desarrollo que esté teniendo la infección, o requerir de una transfusión de sangre. La fascitis necrosante puede causar la muerte en 1 de cada 3 personas, aun habiendo recibido tratamiento. Otras de las implicaciones de esta grave infección es la pérdida de extremidades o las cicatrices que puede dejar la extirpación del tejido afectado, llegando a ocasionar secuelas de por vida.
Una adecuada higiene es fundamental para evitar el desarrollo de la fascitis necrosante. Todas las lesiones abiertas y heridas se deben limpiar y desinfectar adecuadamente y lavarse las manos con agua y jabón antes de hacerlo.