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El moco acumulado en la garganta o en la nariz se conoce como flema y puede ser muy fastidiosa. No es más que una reacción de nuestro sistema defensivo, que lo segrega para proteger las mucosas de virus y bacterias… y también de la irritación que producen el humo del tabaco o la cafeína. Te damos los remedios más eficaces para acabar con ella.
Llamamos mucosas al revestimiento interior húmedo de algunos órganos y cavidades del cuerpo, como la nariz, la boca, los pulmones y el estómago. En su interior, las glándulas son las encargadas de producir el moco, ese líquido espeso y resbaloso encargado de proteger estos órganos, pero que cuando se segrega en exceso puede provocar una flema muy molesta. Ocurre cuando nos resfriamos o “pillamos” una gripe, una pulmonía, una neumonía o cualquier otra enfermedad infecciosa que afecte a las vías respiratorias altas o a los pulmones. Otras enfermedades que pueden producir flema en exceso son la alergia, el cáncer de pulmón, la fibrosis quística, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica o incluso algunas afecciones digestivas como el reflujo gastroesofágico.
10 reglas de oro para acabar con ella
- Mantén la humedad del aire. Un humidificador del aire evita que el aire seco irrite la nariz y la garganta y produzca un exceso de moco, el “lubricante” de las mucosas. Cuidado con los vahos calientes, ya que pueden quemar la mucosa de la nariz. Un vapor frío próximo es suficiente.
- Hidrátate correctamente para ayudar a expulsar las flemas y fluidificarlas. Además de agua podemos tomar sopas, zumos, infusiones y café descafeinado. La cafeína mejor evitarla, porque reseca la mucosa, al igual que el alcohol y los líquidos muy azucarados.
- Hazte lavados nasales con una solución salina o gárgaras con agua y sal (250 de ml de agua y media cuchara de postre de sal) para fluidificar la flema y limpiar las vías respiratorias del exceso de mucosidad. Algunos aceites esenciales como los de eucalipto pueden ayudarte a calmar la tos y reducir la mucosidad.
- Mantén la cabeza elevada siempre que duermas en unas almohadas o en una silla reclinable.
- No acumules la flema ni la tragues. Cuando la flema sube de los pulmones hacia la garganta, el cuerpo probablemente esté tratando de eliminarla. Lo ideal es eliminarla mediante un pañuelo desechable.
- No fumes. El tabaco hace que se produzca más flema y mucosidad.
- No te suenes muy fuerte ni carraspees. Si lo haces con mucha fuerza puedes dañar los senos nasales y provocar dolor, presión e infección.
- En un catarro o gripe el color de la flema no es un indicativo de antibiótico. Solo en los casos de bronquitis crónica por uso de tabaco se sabe que si la mucosidad es verdosa o purulenta puede haber infección bacteriana. También en casos de sinusitis, cuando el moco verde procedente del seno nasal aparece por la nariz, puede indicar la necesidad de un antibiótico.
- Toma muchas frutas y verduras y evita los alimentos que puedan provocar reflujo gástrico, ya que puede causar un aumento en la flema y mucosidad.
- La tos es un acto reflejo defensivo, la forma en que nuestro cuerpo expulsa las secreciones de los pulmones y la garganta. A veces no es bueno suprimirla con jarabes antitusivos. Por lo tanto, pregunta a tu farmacéutico la conveniencia de tomar un antitusivo y no lo tomes por tu cuenta. Tampoco los descongestionantes están siempre recomendados, ya que, aunque reducen las secreciones y pueden aliviar el goteo nasal, también pueden dificultar la eliminación de la flema y la mucosidad.