Pandemic psychology and fear of contagion or psychological fears of disease or virus infections with 3D illustration elements.

La encefalitis vírica causada por virus herpes, enterovirus y arbovirus es la más común en España, aunque también pueden causar encefalitis muy graves los virus del sarampión, las paperas, la polio o la rubéola en personas no vacunadas. Una razón más para cumplir con el calendario vacunal de nuestros hijos “a rajatabla”.

La encefalitis es una enfermedad que produce inflamación en las estructuras que conforman el encéfalo (cerebro, cerebelo y tronco del encéfalo) y que puede afectar a tejidos circundantes como las meninges (meningoencefalitis). Los niños menores de un año, los ancianos y las personas con el sistema inmune debilitado o que estén en tratamiento con fármacos inmunosupresores forman el colectivo más propenso a padecer esta enfermedad y en ellos se dan los casos que mayor gravedad revisten.

Cómo reconocerla

Los pacientes presentan síntomas como fiebre, dolor de cabeza, náuseas y vómitos, junto con otros síntomas de disfunción del sistema nervioso, y se suelen recuperar en pocas semanas, sin complicaciones a largo plazo. Los casos graves conllevan un alto riesgo de mortalidad y secuelas altamente discapacitantes, como convulsiones, epilepsia, déficits motores, síntomas cognitivos, trastornos en el comportamiento y del aprendizaje, alteración del nivel de conciencia, alucinaciones, somnolencia, dolor de cabeza intenso o pérdida del conocimiento, y son signos que requieren de atención inmediata, especialmente en niños afectados. “Afortunadamente, con los nuevos métodos de diagnóstico molecular conseguimos cada vez un diagnóstico más temprano y un alto porcentaje de los casos de encefalitis evolucionan favorablemente con el tratamiento adecuado”, señala el doctor Santiago Trillo Senín, Coordinador del Grupo de Estudio de Neurología Crítica e Intensivista de la Sociedad Española de Neurología.

  • Fiebre en un 90% de los casos.
  • Dolor de cabeza (80%).
  • Desorientación (70%).
  • Trastornos en el lenguaje (60%).
  • Cambios conductuales (40%).
  • Crisis convulsivas (en 30-60% de los casos).

EN UN BEBÉ

  • Vómitos.
  • Rigidez corporal.
  • Fontanela saliente (punto blando en la parte superior de la cabeza de un bebé).
  • Llanto con más frecuencia, que puede empeorar al coger al bebé en brazos.
  • Alimentación deficiente.

Una urgencia médica

La identificación temprana de la encefalitis, así como de sus causas, resultan claves tanto para disminuir el riesgo vital, como para prevenir complicaciones. “Cualquier infección del sistema nervioso central, como es la encefalitis, debe considerarse una urgencia médica, ya que el retraso en su diagnóstico y tratamiento puede conllevar una alta tasa de complicaciones neurológicas, discapacidad y mortalidad. Por el contrario, la rápida instauración de un tratamiento adecuado puede cambiar el curso de la enfermedad y evitar un daño catastrófico. Debido a esto es importante promover el conocimiento de esta enfermedad entre la población”, comenta el doctor Santiago Trillo.

Virus al acecho

La causa más frecuente de encefalitis continúa siendo la infecciosa y aunque existen múltiples agentes patógenos que la pueden producir (virus, bacterias, hongos, etc), los virus son los causantes más habituales. Hasta la fecha, se han identificado más de 100 virus capaces de infectar el sistema nervioso central. En España, los principales son los virus de la familia herpes, como el herpes simple, los citomegalovirus (que se propagan por la orina, la saliva y el contacto sexual) y el virus de la varicela-zoster, los enterovirus (a cuyo grupo pertenecen los virus de la polio y el virus de la hepatitis, entre otros) y los arbovirus trasmitidos por animales(como mosquitos o garrapatas). Además, los virus del sarampión, paperas o la rubeola también pueden causar encefalitis muy graves en las personas no vacunadas. La infección por VIH es poco frecuente.

El Coronavirus, susceptible, pero sin casos

Además de los virus comunes, como la gripe, en ocasiones surgen nuevos agentes virales respiratorios que causan epidemias o pandemias asociadas con síntomas más graves. Esto ocurre, por ejemplo, cuando los virus presentes en reservorios animales, cruzan la barrera de las especies como una estrategia oportunista para adaptarse a nuevos anfitriones. Aunque algunos virus respiratorios similares al nuevo coronavirus (COVID-19) se han identificado como posibles agentes infecciosos del sistema nervioso central, por el momento el COVID-19 no se ha relacionado con casos de encefalitis.

La triple vírica (sarampión-rubeola-paperas): obligatoria

  1. Respecto al sarampión, cuyas complicaciones más graves son, además de encefalitis, ceguera, diarrea grave, neumonía e infecciones de oído (incluso generar sordera), según afirma el doctor Ramón Cisterna, presidente de la Asociación de Microbiología y Salud (AMYS), aunque la vacunación que se introdujo en España a principios de los años 80 del siglo pasado consiguió erradicar prácticamente la enfermedad, actualmente están apareciendo nuevos casos, afortunadamente no tan frecuentes como en otros países europeos en los que las cifras se han disparado en un 300%. Se trata de una enfermedad altamente contagiosa, que se transmite de persona a persona por vía aérea (al hablar, al estornudar o toser) y tiene capacidad de perdurar en el medio ambiente y sobre las superficies un mínimo de 2 horas. Los síntomas aparecen de 7 a 12 días después de tener contacto con el virus y va acompañada de tos, rinorrea (goteo nasal), conjuntivitis, fiebre, malestar general y erupción cutánea. Estas complicaciones pueden afectar sobre todo a menores de 5 años y a mayores de 30, de ahí la importancia de la vacuna.
  2. Las paperas es una infección vírica contagiosa que causa un agrandamiento doloroso de las glándulas salivales. La infección puede también afectar a otros órganos, especialmente en los adultos. Además, el contagio de la enfermedad puede ser por contacto directo o por objetos contaminados con saliva u orina.
  3. La rubéola es una infección vírica contagiosa que afecta, también, a niños y a adultos jóvenes. Se transmite a través de estornudos, tos o el contacto con superficies contaminadas (pañuelos, vasos, o manos).

Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), la encefalitis tiene un índice de mortalidad de entre el 5-20% de los casos y deja secuelas importantes en más del 20% de los supervivientes.

Encefalitis: medidas preventivas siempre

En todo caso, evitar ingerir agua y alimentos en mal estado, lavarse las manos con frecuencia, protegerse ante picaduras de insectos o mordeduras de animales, especialmente en climas tropicales, vacunarse de forma correcta cuando vamos a realizar viajes, vacunar a nuestras mascotas, y especialmente, vacunar a los niños, son y seguirán siendo los métodos más efectivos para prevenir las consecuencias de una encefalitis.

En cuanto al tratamiento, la Asociación Española de Pediatría (AEP), afirma que el Aciclovir IV es el único fármaco que ha demostrado la eficacia para mejorar el pronóstico en encefalitis de virus del grupo herpes (VHS). Ganciclovir y foscarnet IV, se utilizan para el tratamiento de encefalitis por citomegalovirus (CMV). Corticoides e inmunomoduladores en casos de encefalitis aguda.

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Redacción Consejos

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