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Nuestro gasto calórico diario puede verse afectado si la glándula tiroides no funciona correctamente. Descubre los mecanismos en los que está implicada esta glándula y cómo afecta su mal funcionamiento a los resultados en la báscula, de la mano de nutricionista Eric Iges.
La tiroides es una glándula con forma de mariposa situada en la parte anterior del cuello y que regula múltiples funciones en nuestro cuerpo. Secreta fundamentalmente dos tipos de hormonas: la T4, también llamada tiroxina, y la T3, llamada triyodotironina. Ambas hormonas tienen efectos en casi todos los órganos del cuerpo, ya que las células del organismo tienen receptores de estas hormonas, e influyen por tanto en el metabolismo de todas ellas.
Dependencia de la hipófisis
El mecanismo de la tiroides es totalmente dependiente de otra glándula situada en la base del cerebro, la hipófisis. Esta otra glándula genera una hormona llamada TSH, que se encarga de regular la producción de la hormona tiroidea T4. Una TSH elevada indica que la T4 no se está produciendo en suficiente cantidad, claro indicio de hipotiroidismo. Por este motivo, en las analíticas comunes se evalúan los niveles de TSH y T4, y la medicación que se da generalmente para combatir el hipotiroidismo es la levotiroxina (que sustituye a la T4). Sin embargo, en algunas ocasiones lo que falla es la conversión de T4 a T3, cosa que en los análisis comunes no se refleja; y en otras ocasiones lo que ocurre es que se está convirtiendo más cantidad de T4 a T3 reversa (hormona inactiva) en vez de a T3 libre. Cómo veis, es algo bastante complejo.
- Llamamos HIPOTIROIDISMO a aquella afección en la que la función de la glándula tiroides, se ve comprometida, produciéndose un defecto parcial o total en la producción de estas hormonas. Esta disminución produce una ralentización del metabolismo basal de la persona, propiciando el aumento de peso. De hecho, se sabe que estas hormonas tiroideas contribuyen en un 30% en nuestro metabolismo basal. Además de esta ganancia de peso, el hipotiroidismo provoca cansancio, apatía, dolores musculares y depresión.
- En cambio, en el HIPERTIROIDISMO ocurre la situación contraria. Una producción excesiva de estas hormonas puede resultar en un metabolismo basal aumentado, repercutiendo en una pérdida de peso y masa muscular, además de palpitaciones, extrema sudoración, nerviosismo, temblores, dificultad para dormir, ansiedad, falta de concentración y, uno de los síntomas más característicos, exoftalmos (ojos saltones). Suelen ser propensas a la pérdida de peso.
Comer con hipotiroidismo
El hipotiroidismo es la afección de tiroides más común. Para poder enfocar bien el tipo de alimentación que debemos seguir en caso del hipotiroidismo, es muy importante saber que en el 90% de los casos, los problemas ocasionados en la tiroides son de tipo autoinmune. Esto quiere decir, que es el propio sistema inmune del organismo el que está dañando a la glándula tiroides. A esta patología de tipo autoinmne se la conoce con el nombre de Hipotiroidismo de Hashimoto, debido al médico japonés Hakaru Hashimoto que la descubrió en 1912.
- Por ello, existe actualmente cada vez más evidencia científica de que la exclusión de algunos grupos de alimentos puede resultar beneficioso cuando se padece una patología de tipo autoinmune. En muchas ocasiones, junto al hipotiroidismo de Hashimoto, conviven otras enfermedades autoinmunes asociadas, siendo este grupo de pacientes más propensos a padecerlas. Hablamos de la artritis reumatoide, el vitíligo, la esclerosis múltiple o la enfermedad celiaca. Es en estos casos donde salta la alarma, y habrá que estar especialmente atentos si a este tipo de personas el gluten de los alimentos les está sentando mal. En estos casos, quitar el gluten de la dieta será una estrategia a seguir, siempre valorándose previamente el caso concreto con el dietista-nutricionista y endocrino y haciendo un análisis correcto.
- Otros alimentos que debemos intentar reducir o excluir de la alimentación en caso de hipotiroidismo son aquellos que tienen un efecto bociógeno. Se llama bocio a la glándula tiroides agrandada, síntoma común del hipotiroidismo. La soja y productos derivados de ella, el mijo, y las crucíferas como la coliflor, el brócoli, el repollo o la col rizada tienen un tipo de sustancias llamadas goitrógenos, contraproducentes en estos casos, aunque el cocinado puede destruirlos.
- Algunos nutrientes como el yodo, el selenio y el zinc son importantes para el correcto funcionamiento de la tiroides, ya que intervienen en los procesos de formación y conversión de las hormonas. Personas con déficit de yodo en su dieta podrían tener más riesgo de sufrir hipotiroidismo. Incluir una alimentación suficiente en estos nutrientes es uno de los consejos que deben aportarse. Y decimos suficiente y no en exceso, ya que un exceso también podría resultar perjudicial.
- Alimentos ricos en yodo son el pescado, el marisco, los huevos, los lácteos y la sal yodada. Alimentos ricos en selenio son las nueces, legumbres, espinacas y el pescado azul.
- Alimentos ricos en zinc son los frutos secos, las semillas de cáñamo, el marisco, el pollo y la ternera.
- Por último, y no menos importante, la alimentación debe ser saludable, basada en comida no procesada y limitando el consumo de productos ultraprocesados. Como siempre, la base deben ser las frutas, hortalizas y verduras (cuidado con las crucíferas mencionadas). En el caso de llevar una alimentación baja en yodo podría ser importante hacer énfasis en incluir más alimentos proteicos como los huevos, el pescado, el marisco y la carne magra, sin olvidar el aporte de alimentos ricos en grasas saludables como el aceite de oliva virgen extra, los frutos secos o el aguacate. En el hipotiroidismo el metabolismo está disminuido, por lo que un mayor aporte de proteína junto a un estilo de vida activo puede estar justificado para controlar el peso corporal.
Comer con hipertiroidismo
Los síntomas de hipertiroidismo son diferentes a los de hipotiroidismo, y, por lo tanto, las pautas nutricionales van encaminadas en sentido contrario, controlando que no se produzca un exceso de yodo en nuestra alimentación. En esta patología no hay inconveniente en la incorporación de alimentos ricos en goitrógenos, y para intentar contribuir a un balance calórico positivo y evitar pérdidas de peso muy exageradas y contraproducentes, conviene que realicen un número de comidas más elevado (5-6 ingestas diarias). El ejercicio es recomendable siempre, priorizando el entrenamiento de fuerza que pueda contribuir al mantenimiento de la masa muscular. Controlar el estrés mediante técnicas de relajación o yoga es también muy positivo.
PROPUESTA DE ALIMENTACIÓN PARA UN PACIENTE CON HIPOTIROIDISMO
Si el objetivo es generar una pérdida de peso o grasa corporal, hay que tener en cuenta que el metabolismo basal de estas personas puede estar disminuido, por lo que habrá que tenerlo en cuenta para conocer las cantidades de cada alimento que incluir para conseguir ese déficit calórico, sumado a la actividad física recomendada. Todo ello será individualizable, además de la cantidad de yodo que aportar en la alimentación.
DÍA 1
DESAYUNO: Porridge con leche entera, avena, frutos rojos y canela.
COMIDA: Hélices de lenteja con pavo y pisto de verduras. naranja
CENA: Revuelto de ajetes, trigueros y gambas. pan integral. kiwi.
DÍA 2
DESAYUNO: Yogur natural con plátano y avena.
COMIDA: Ensalada de patata. filete de ternera a la plancha. naranja
CENA: Salmón ahumado con habitas. pan integral. fresas
DÍA 3
DESAYUNO: Tostadas de pan integral con jamón serrano, tomate y aceite de oliva virgen. naranja
COMIDA: Puré de calabaza y boniato. merluza al horno. naranja.
CENA: Wok de verduras con tiras de pollo. hummus. kiwi.
DÍA 4
DESAYUNO: Porridge con leche entera, avena, frutos rojos y canela.
COMIDA: Tallarines integrales con sepia y verduras. naranja.
CENA: Puré de verduras y ternera. huevo a la plancha. pan integral. fresas.
DÍA 5
DESAYUNO: Yogur natural con plátano y copos de maíz sin azúcar.
COMIDA: Guisantes con huevo a la plancha y jamón serrano. kiwi.
CENA: Pizza casera integral, con tomate, mozzarella, rúcula y jamón cocido. puré de calabacín.
DÍA 6
DESAYUNO: Tostadas de pan integral con revuelto de 2 huevos y champiñones. plátano.
COMIDA: Sopa de fideos integrales. garbanzos con espinacas y pollo. naranja.
CENA: Ensalada de salmón, aguacate y quinoa.
DÍA 7
DESAYUNO: Tortitas de avena (40 g) + huevo (1 unidad) + plátano + cacao puro.
COMIDA: Gnochis de patata con pisto de verduras, atún y queso mozzarella. naranja.
CENA: Berenjenas al horno rellenas de carne picada. fresas.