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La llegada de un nuevo bebé trae consigo felicidad y abundante alegría, pero también cuidados y mucha responsabilidad. Por esa razón es imprescindible que los padres lleven a sus recién nacidos al pediatra para las revisiones regulares y así asegurar un sano crecimiento. Los padres deben acatar sin descuido esa regla de oro de la supervisión médica de los bebés desde sus primeros meses de vida y no esperar a que surja algún extraño síntoma que alarme a todos. En estos casos, la prevención siempre es una norma inquebrantable. Para estas consultas, y los gastos que pudieran surgir en una emergencia médica, es una buena idea contratar un seguro de salud para niños.
Detener los problemas a tiempo
Es muy importante que el pediatra lleve el registro del control de los recién nacidos desde los primeros meses de vida. Esto es así pues lo bebés crecen rápidamente, y saber si lo están haciendo sana y adecuadamente permitirá detectar a tiempo los posibles problemas para su inmediato tratamiento. De esta manera, en caso de que exista una anormalidad será más fácil encontrar una solución. Hay que saber detener los problemas a tiempo. En estos casos, cuando se trata de la salud y tranquilidad del bebé, ninguna previsión está de más.
¿Cuándo y cuántas veces hay que llevar el bebé al médico?
La pregunta más usual que se hacen los padres primerizos es saber cuándo y con cuánta frecuencia deben llevar a su bebé a revisiones médicas. Se recomienda que en general se realicen seis visitas durante su primer año de vida. La primera visita debe hacerse a los dos o tres días después de que el bebé ha llegado a la casa. En esa ocasión el médico efectúa una revisión completa, física, además de realizar abundantes preguntas a los padres y elaborar el primer registro médico del bebé.
Luego de esa visita inicial los padres deben llevar al recién nacido a sus revisiones de control y estas deben hacerse cuando el bebé cumpla el mes, los dos meses, los cuatro, seis y nueve meses. En estas cinco visitas de control es importante que los padres lleven consigo los registros médicos de las visitas anteriores, la lista de vacunas recibidas y, sobre todo, muchas preguntas. Esto último es muy importante pues las visitas al pediatra deben convertirse en una ocasión para responder todas la dudas y salir de allí más tranquilos y confiados.
Es lo usual que en la visita del primer mes se repitan los controles de peso y medida, cosa que se hará durante todo el primer año, y se realice nuevamente un examen físico completo, además de revisión de sus ojos y su respuesta ante estímulos lumínicos y del fondo de los globos oculares para descartar cataratas infantiles. El médico también revisará los oídos del bebé para detectar posibles problemas de audición.
En la visita del segundo mes se aplicarán las vacunas. Estas son muy importantes para reforzar la inmunidad de los recién nacidos y les ofrecerán a los bebés una mayor probabilidad de seguir creciendo sanos y fuertes. Tener al bebé bajo control médico y con sus cuidados médicos al día es una de las mayores muestras de cariño y amor. Por esta razón hay que insistir en que no hay mejor regalo que los padres pueden dar a un recién nacido que llevarlo al médico para sus controles regulares.
En cada una de estas visitas al médico, el niño es sometido a las mismas evaluaciones para conocer su desarrollo y saber si existe alguna anormalidad que esté afectado su crecimiento físico y mental. Así, la medición de su talla y peso, además de las medidas del cráneo, de la movilidad y reacción a estímulos lumínicos y sonoros, eso indicará al médico acerca de la condición de salud de su pequeño paciente. Por esto, el médico de esos años se convertirá en un amigo más de la familia, en un confidente de la salud del niño e interlocutor de los padres por varios años.
El cumplimiento de esas seis visitas al médico es fundamental, pero eso no significa que si los padres llegasen a notar alguna enfermedad o un extraño síntoma o comportamiento en el bebé, entonces debe irse inmediatamente al médico y no es conveniente esperar a la fecha de la siguiente cita. Los padres deben estar muy atentos a todas las indicaciones dadas por el médico y, de ser posible, llevar un cuaderno con las preguntas que desean hacerse y además anotar todas las indicaciones recibidas. En estos casos no hay que confiarse de la memoria.
Los costos de las consultas médicas
Otra de las preguntas más usuales que tienen los padres primerizos es acerca del pago de estos controles y de la aplicación de las vacunas, entre otros gastos relativos a la atención médica. Una opción positiva y válida para los padres es recurrir a un seguro de salud para bebés. Existen en el mercado varias ofertas de este tipo de seguros, de distintas compañías, y cada una ofrece coberturas que alcanzan desde la revisión general pediátrica, controles preventivos, hasta hospitalización y urgencias, entre otros. Lo importante es tomarse el tiempo para revisar cada uno de estos planes de seguro de salud para bebés para determinar cuál es el que más conviene a las necesidades y al presupuesto familiar.
Un seguro siempre es la manera más efectiva de adelantarnos a los problemas que pueden surgir en el futuro y estar preparados para enfrentarlos con holgura y solvencia financiera. Por ello, el mejor regalo para una pareja que está esperando un hijo es el otorgarles un seguro de salud para bebés. Con ello se ofrece la tranquilidad y la seguridad de estar protegidos ante cualquier situación de salud inesperada.