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Bullying y mobbing son los dos acosos más relacionados con la depresión
Bullying y mobbing han centrado el XVIII Seminario para periodistas organizado por Lundbeck, así como la fuerte relación que estos dos acosos mantienen con la depresión. En esta edición, el seminario ha contado con la participación de los doctores Celso Arango, director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid y Rosa Gutiérrez, jefa del Servicio de Salud Mental del Hospital Universitario Infanta Sofía de Madrid.
Bullying y mobbing, dos titanes del acoso
El bullying se define como una agresión entre iguales repetitiva e intencional donde existe un desequilibrio de poder. Si nos centramos en el medio escolar, los elementos que caracterizan el bullying son un abuso de poder e intencionalidad de hacer daño sistemático y recurrente. Un 30% de los niños en edad escolar han sufrido niveles moderados de acoso escolar y entre el 10 y el 14% experimenta un acoso crónico que dura más de 6 meses.
Por otra parte, entre el 2% y el 5% son acosadores. Según datos de 2017, un 17,2% de las víctimas recibió atención psicológica, pero ¡ojo!: la tercera parte de los afectados no cuentan a sus padres que son objeto de estos acosos,por vergüenza o miedo a represalias, con lo que la detección se hace más complicada. Los expertos destacan la importancia de la detección temprana y son las actuaciones en el entorno escolar como las más efectivas para reducir tanto la agresión como los problemas internalizantes (depresión, ansiedad, retraimiento social y problemas físicos o somáticos en adolescentes). Se estima que los programas escolares contra el acoso escolar reducen los casos alrededor del 20%
Los motivos principales del acoso escolar son que la víctima es “diferente, la agresividad de los acosadores y la “manía” que estos tienen a la víctima. Los acosados son descritos como personas retraídas, poco asertivas, fácil de alterar emocionalmente y con poco entendimiento racional social.
Por otra parte, un 24,7% de los casos de acoso escolar corresponde a ciberbullying, en que se producen a través de las RRSS en teléfonos móviles u ordenadores. El envío de WhatsApps es la forma más habitualde ciberbullyng (76%).
Mobbing, una dura carga en el trabajo
En la edad adulta y en el entorno laboral, aparece otra forma de acoso: el mobbing que se define como un comportamiento repetitivo y mantenido en el tiempo, a través de intentos vangativos, crueles o maliciosos de humillar o socavar a una persona o grupos de empleados.
Las acciones típicas incluyen el aislamiento social, la intrusión en la privacidad, la intrusión en la privacidad, los ataques verbales o la intimidación. En España se estima (Piñuel, Universidad de Alalá) que 1,5 millones de personas son víctimas de hostigamiento laboral /sobre el 12% de los trabajadores).
El mobbing se asocia a peor salud mental. Es un factor de estrés en el trabajo y una propensión a reportar síntomas depresivos. Y la relación entre mobbing y depresión, como en el caso del bullyimg, es bidireccional: el acoso laboral como predictor de síntomas depresivos y éstos como predictores de sufrir acos en el trabajo. Se asocia también a reducción de la satisfacción y el compromiso laboral así como con el aumento del absentismo por enfermedad y la rotación laboral.
Si bien en los acosadores sí pueden identificarse rasgos narcisistas, psicopáticos y paranoides, no existen evidencias para perfilar al acosado: cualquier persona podría verse afectada por este problema.
Según la OMS la prevención del mobbing debe ser a tres niveles: en la prevención primaria el empleador debe adoptar medidas para informar y formar al empleado. La prevención secundaria debe tener lugar una vez que el mobbing ha empezado: designación de un confidente que escuche al presuntamente acosado y/o de un mediador. Y, el nivel terciario contempla el establecimiento de medidas que ayuden a recuperar la salud y dignidad de los trabajadores afectados.
En cuanto al tratamiento, se necesita un abordaje multidisciplinar que implique a los diversos profesionales del equipo de Atención Primaria y la Red de Salud Mental así como un tratamiento combinado de farmacología y psicoterapia.
Bullying-mobbing-depresión
Existe una relación bidireccional entre bullying y depresión: el acoso escolar crónico aumenta el riesgo de sufrir depresión y ésta incrementa a su vez la posibilidad de ser objeto de bullying. Las víctimas son más propensas a sufrir trastornos psiquiátricos, relaciones sociales más deficientes y problemas financieros y laborales una vez se convierten en adultos.
“Es un círculo vicioso -matiza el doctor Arango-; la persona “diferente” hace a la persona más vulnerable al acoso y el acaso, a su vez, aumenta el riesgo de depresión y sus complicaciones, la más grave, el suicidio”Si bien acabamos de ver que no existían rasgos concretos en la personalidad del acosado, cosa que sí podía identificarse en las víctimas de acoso escolar, algunos estudios como el de Brengden et al de 2018, sí reflejan que adultos objeto de mobbing a menudo habían sido acusados en la escuela. De hecho, diversos estudios hablan de que el acoso escolar entre 13 y 17 años predice una aumento de depresión a los 19-20 y, a su vez, el aumento de los síntomas de depresión en esta edad predice ser objetp de acoso laboral a los 22 años.. Otros estudios manifiestan que aquellos que fueron acosados en la escuela teníasn cerca de un 30% de probabililidad de haber sido acosados en el lugar de trabajo