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En la actualidad, se estima que existen 10-15 millones de alérgicos en España, aumentando la incidencia de enfermedades alérgicas en torno a un 1% cada año. “Así, el 14,7% de las consultas de alergología en están motivadas por alergia a medicamentos- afirma el doctor Tomás Chivato, presidente de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). Son el tercer motivo de consultas de los pacientes que acuden a al alergólogo”, detalla el presidente, por detrás del de rinoconjuntivitis y del de asma.
Con el objetivo de poner de manifiesto las últimas líneas de investigación, diagnóstico y tratamiento de la esta patología, más de 800 expertos nacionales e internacionales se han reunido el pasado mes de octubre en el Simposio Internacional de Alergia a Medicamentos, organizado por la SEAIC en Logroño, en el que han participado más de 800 especialistas en alergología nacionales e internacionales.
España: pionera en investigación
El doctor Tomás Chivato explica que “España cuenta con grupos de expertos de reconocido prestigio internacional y nos encontramos a la vanguardia en el estudio y el conocimiento de estas patologías. Destacan las investigaciones entorno a los mecanismos de desensibilización y las nuevas técnicas que mejoran el diagnóstico de la alergia a medicamentos y reduce el número de casos en que es necesario recurrir a las pruebas de provocación para detectar el fármaco implicado”.
Medicamentos “culpables”
1. Los medicamentos que con más frecuencia están implicados en las reacciones alérgicas son los antibióticosbetalactámicos (penicilina y derivados, como amoxicilina, y cefalosporinas), responsables del 47% de las reacciones alérgicas medicamentosas, según detalla la doctora Nancy Ortega, alergóloga del Hospital Doctor Negrín en Las Palmas de Gran Canaria y miembro del Comité Científico del Simposio.
2. En un segundo grupo se encuentran los antiinflamatorios no esteroideos, responsables del 39% de las reacciones.
3. En tercer lugar se sitúan los antibióticos quinolonas, anestésicos locales, sulfamidas, tetracicilinas y macrólidos.
Mujer de mediana edad alérgica a medicamentos
A pesar de que las primeras manifestaciones alérgicas a medicamentos pueden aparecer a cualquier edad, son más frecuentes en edades medias de la vida, probablemente por el incremento de la utilización de fármacos a partir de los 40-50 años. Aunque la presentación en la infancia no reviste diferencias clínicas a la del adulto, el doctor Lobera añade que “hay formas de reacción a medicamentos que son más frecuentes en la edad pediátrica, como el exantema morbiliforme por amoxicilina, que es una forma de presentación muy frecuente en niños, en la que coincide la toma de dicho antibiótico con la presencia de un cuadro viral”.
Así, en contraposición a otros tipos de alergia como la dermatitis, la alergia alimentaria, la rinitis o el asma, que son más frecuentes en la infancia o en la juventud, la alergia a fármacos en un tipo de patología más común en la edad adulta y suele presentarse en torno a los 40 años. “Y aunque no hay estudios que así lo hayan demostrado, en las casuísticas más amplias, predomina la población femenina sobre la masculina”, concluye la doctora del Pozo.
Síntomas
Los síntomas más frecuentes en las reacciones alérgicas por fármacos son los que ocurren en la piel (cutáneos), generalmente erupciones, exantemas (enrojecimiento), urticaria con habones, angioedema (inflamación), pero también pueden producirse síntomas respiratorios, digestivos o de otro tipo. El cuadro más grave es la anafilaxia, suele comenzar antes de los 30 minutos de la toma del medicamento con síntomas progresivamente graves desde picor, urticaria, angioedema, dificultad respiratoria, asma grave, hipotensión y finalmente mareo y pérdida de conciencia (shock). Este cuadro necesita tratamiento urgente e inmediato ya que puede poner en peligro la vida del paciente.
“Las manifestaciones fundamentales de las reacciones inmediatas, que aparecen en menos de una hora tras la toma del fármaco, son la urticaria y cuadros mas severos como la anafilaxia. Las no inmediatas son muy variadas y afectan fundamentalmente a la piel, siendo las mas frecuentes los exantemas maculopapulares y urticariales” – comenta el doctor Tomás Chivato. “En ocasiones, el contacto con el medicamento podría dar lugar a una leve sintomatología en forma de picor intenso en la piel o sarpullidos, que puede pasar desapercibida, con el riesgo de reacciones más peligrosas en un nuevo contacto con el fármaco en el futuro” – aporta el doctor Teófilo Lobera, coordinador del Comité Organizador del Simposio.
Reactividad cruzada
La reactividad cruzada es un fenómeno que aparece cuando un paciente alérgico a un fármaco, se le administra otro similar, generalmente de la misma familia, y presenta de síntomas tras su ingesta. Tal y como explica la doctora Nancy Ortega “es muy importante realizar un estudio alergológico preciso en la alergia a medicamentos, ya que muchas veces no solo consiste en retirar el medicamento que le ha sentado mal al paciente, hay que hacer un estudio exhaustivo con otros fármacos de similares característica para saber si el paciente los tolera o no. Además el alergólogo es la persona indicada que le puede proporcionar al paciente una alternativa terapéutica segura”.
Habitualmente, la alergia a un tipo de medicamento no predispone para una sensibilización frente a otro. Sí que se conoce la presencia de reactividad cruzada entre grupos de fármacos que comparten porciones moleculares similares. Si una persona es alérgica a amoxicilina, existe una alta probabilidad de que también reaccione a otros antibióticos betalactámicos (penicilina, ampicilina).
Automedicación y abuso
La mayor parte de las alergias a medicamentos se producen por el uso no necesario de fármacos o por el abuso en su ingesta, hecho que se da con mucha frecuencia, sobre todo en el tratamiento de enfermedades respiratorias.
Cuando se trata de un cuadro viral (85% de los casos) resulta infructuosa la aplicación de antibióticos, ya que no tendrán efecto sobre el agente que provoca la enfermedad. Por el contrario, su uso prolongado y recurrente puede ocasionar una reacción alérgica al medicamento. “El método para evitar una alergia o una reacción adversa con medicamentos consiste en tomar sólo los estrictamente necesarios, según las indicaciones del médico en cuanto a vía de administración, dosis, intervalo y duración del tratamiento”, tal como explica doctor Joaquín Martín Lázaro, Médico Especialista en Alergología del Hospital Arquitecto Marcide en Ferrol (La Coruña). “En caso de presentar alguna reacción adversa o síntoma extraño -añade- es conveniente aclarar las dudas con el médico o con el farmacéutico, para no generar incertidumbre en futuros tratamientos o evitar nuevas reacciones”.
Un 15% de la población española puede sufrir alguna reacción adversa a fármacos, aunque sólo en un 7% de los casos se confirma que es realmente una alergia. En general, las reacciones adversas a los medicamentos son comunes y casi cualquier medicamento puede causarlas, desde una irritación o efectos secundarios leves, tales como náuseas y vómitos, hasta una anafilaxia potencialmente mortal. La mayoría de las veces se producen erupciones cutáneas y urticarias menores; sin embargo, hay ocasiones en que se pueden desarrollar otros síntomas y se producen reacciones alérgicas agudas potencialmente mortales que comprometen todo el organismo. “Todo el mundo debe saber que cualquier medicamento es capaz de provocar una reacción en el organismo, sea alérgica o no, y es una razón más para no automedicarse y para acudir al médico ante cualquier duda de salud para que él nos aconseje de la mejor manera”- señala el doctor Martín Lázaro. Tal es el caso del consumo de analgésicos, con o sin receta, cuyo significativo aumento está provocando cada vez más casos de reacciones alérgicas.
Retos para el alergólogo
“Si se piensa en la cantidad de medicamentos que se consumen diariamente en el mundo, la incidencia de reacciones adversas es pequeña y, de ésas, sólo una pequeña parte son verdaderamente alérgicas, por lo que el papel del alergólogo consiste en intentar descubrir cuáles son verdaderamente alérgicas y cuáles no, aconsejando al paciente la forma de evitar nuevas reacciones en el futuro”, señala este especialista.
Para realizar un correcto diagnóstico de esta patología es fundamental contar con una historia clínica completa e información detallada del fármaco o fármacos sospechosos, así como de la enfermedad por la cual se indicó el tratamiento, del espacio de tiempo entre la toma del medicamento y la aparición de los síntomas presentados, de la duración de los mismos y de la necesidad de tratamiento para controlarlos (antihistamínicos, corticoides…) “Otra de las peculiaridades de la alergia a medicamentos es que muchas veces es una auténtica labor de investigación averiguar el fármaco causante. Por eso es muy importante, en caso de presentar una reacción adversa con un medicamento, tener en cuenta datos importantes como las enfermedades que padece el paciente y el tratamiento habitual (nombre comercial y principio activo) del medicamento/os implicados en la supuesta reacción; debe saberse asimismo el número de dosis recibidas antes de aparecer la reacción, el tiempo transcurrido entre la última dosis y la aparición de la reacción, los síntomas y/o tipo de lesiones que aparecieron, la duración de la reacción (horas, días, semanas); si descamó la piel o quedaron lesiones residuales (pigmentación…), etc. y si necesitó o no atención en urgencias y tratamiento que recibió”-detalla el alergólogo.
El estudio de la alergia a medicamentos representa un reto importante para el alergólogo por los continuos cambios que se producen en este campo: aparecen nuevos medicamentos que potencialmente pueden producir reacciones alérgicas, pero también nuevas enfermedades que precisan a su vez terapias con nuevos fármacos. Por ello es necesaria una investigación permanente, tanto clínica como experimental, para comprender los mecanismos responsables de los efectos indeseables (de naturaleza alérgica o no) que puede producir un medicamento.
Algunos mitos en la alergia a medicamentos: vacunas infantiles
“La alergia a medicamentos está expuesta a distintas interpretaciones y rumores que se extienden más rápido que las evidencias con fundamento científico”- afirma el doctor Martín Lázaro. En el caso concreto de las vacunas infantiles, por lo general, son bien toleradas y no presentan efectos adversos más allá de lo que es el dolor del propio procedimiento o reacciones locales leves como hinchazón, enrojecimiento y fiebre. Otros efectos secundarios suelen ser moderados y no dejan secuelas permanentes. Como con cualquier otro medicamento, existe la posibilidad de reacción grave (anafiláctica) a la propia vacuna o a alguno de sus componentes.
En este sentido, la vacuna triple vírica en niños alérgicos al huevo era una de las grandes temidas. “La vacuna triple vírica (sarampión, rubéola y parotiditis) se cultiva con fibroblastos (un tipo de células) de embrión de pollo. De ahí surgió la posibilidad de que en alérgicos a huevo pudiera haber algún problema. Esto se vio reforzado por la existencia de reacciones graves en algunos pacientes- detalla el experto. Después de revisar los casos referidos de reacciones adversas, se observó que en la mayoría de los casos las reacciones adversas con las vacunas se dieron en niños no alérgicos a huevo y, en un gran porcentaje de ellos, se encontró alergia a la gelatina. Algún otro caso se atribuía al antibiótico neomicina o a otros componentes de la vacuna. El contenido de huevo en la vacuna es entre nulo y una millonésima parte de miligramo de pollo”. Se ha estudiado la tolerancia de la vacuna triple vírica en niños alérgicos a huevo y se ha visto que es tan buena como en los no alérgicos a huevo. El comité asesor de vacunas de la Asociación Española de Pediatría recomienda vacunar a todos los niños de forma habitual y remitir al hospital a vacunar a los niños con alergia a huevo demostrada y grave.
A TENER EN CUENTA…
- Según el informe de ALERGOLOGICA 2005 , la alergia por medicamentos es el tercer motivo de consulta en un Servicio de Alergología, por detrás del de rinoconjuntivitis y del de asma.
- De acuerdo a dicho estudio, el 14,7 % de los pacientes que acuden por primera vez a Alergología, lo hacen por motivo de una reacción adversa a medicamentos.
- Un 15% de la población española puede sufrir alguna reacción adversa a fármacos, aunque sólo en un 7% de los casos se confirma que es una alergia.
- Aunque las reacciones de alergia a medicamentos puede darse en cualquier estrato de edad, es más habitual el diagnóstico en personas con edades superiores a los 40 años, frente a otras patologías alérgicas, como es el caso de rinitis, rinoconjuntivitis, asma ó alergia alimentaria, en las que el primer diagnóstico se da hasta la segunda década de la vida.
- Los medicamentos que con más frecuencia están implicados en los casos de alergia son los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), los B-lactámicos (penicilina, amoxicilina, ampicilina y cefalosporinas). En el grupo restante se encuentran los fármacos anestésicos generales y locales, sulfamidas o quinolonas.
- Los síntomas más frecuentes en las reacciones alérgicas por fármacos son los que ocurren en la piel (cutáneos), generalmente erupciones, exantemas (enrojecimiento), urticaria con habones, angioedema (inflamación), pero también pueden producirse síntomas respiratorios, digestivos o de otro tipo.
- El cuadro más grave que desarrolla la alergia a medicamentos es la anafilaxia, que suele comenzar unos 30 minutos después de la toma con picores, urticarias, hipotensión, dificultad para respirar, y shock. Este cuadro necesita tratamiento urgente e inmediato ya que puede poner en peligro la vida del paciente
- La causa por la que un paciente se vuelve alérgico a un medicamento todavía es desconocida. Siempre se precisa uno o varios contactos con el medicamento en cuestión, hasta que el organismo se sensibiliza frente al mismo, y cuando vuelve a haber un nuevo contacto, se produce la reacción alérgica que, en términos generales, es imprevisible.
- El diagnóstico de la alergia a medicamentos, tiene dos dificultades: por una parte, la captación de una serie de signos y síntomas que sugieran la presencia de una reacción alérgica, signos y síntomas que, lógicamente, se superponen a los de la enfermedad que se está tratando; y por otra, el desarrollo de técnicas diagnósticas de que se dispone para confirmar la sospecha clínica.
- El tratamiento es la estricta evitación de fármaco causante de la reacción y, precautoriamente, del grupo de fármacos relacionados por afinidades moleculares, buscando alternativas seguras de tratamiento.
- Cada vez es más necesario realizar técnicas de desensibilización, en aquellos casos de pacientes alérgicos a un medicamento para el que no existe una alternativa terapéutica válida, como podría ser el caso de alergia a antineoplásicos, alergia a tuberculostáticos, alergia a sulfamidas en paciente con SIDA, alergia a penicilina en pacientes con determinados tipos de infección, intolerancias a ácido acetil-salicílico en pacientes que precisan la utilización de a.a.s. como tratamiento antiagregante plaquetario, etc.
- Las reacciones alérgicas desencadenadas por medicamentos son diagnosticadas cada vez con más frecuencia, se viene desarrollando técnicas diagnósticas que faciliten su identificación disminuyendo el riesgo de reacciones durante dichos estudios como ocurría con las técnicas de provocación.
- El estudio de la alergia a medicamentos representa un reto importante para el alergólogo por los continuos cambios que se producen en este campo: aparecen nuevos medicamentos que potencialmente pueden producir reacciones alérgicas, pero también nuevas enfermedades que precisan a su vez tratamientos con nuevos fármacos.