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¿Cuál debe ser la temperatura ideal del interior del frigorífico? ¿Cuáles son las zonas más frías y las más cálidas y a cuál corresponde cada alimento? Te damos los trucos para evitar que las altas temperaturas acaben con tus víveres este verano.
¡Vayamos por partes!
A la hora de programar la temperatura de tu frigorífico y organizar sus estantes, tres son las reglas sobre las que debe pivotar todo el orden:
- Aunque dependerá de la cantidad de alimentos que conservemos en su interior (a más alimentos menos grados), la temperatura interior de cualquier frigorífico debe estar en torno a los 4 y 5º C. Los expertos de Grundig recomiendan que, si está muy lleno, se seleccione algún grado menos para compensar. Y si está vacío, se eleve ligeramente, pero sin superar nunca los 8ºC.
- Otro factor que cobra mucha importancia es la correcta circulación del aire. Si no es homogénea, algunos alimentos se verán sobreexpuestos a temperaturas demasiado bajas, pese a estar en zonas aparentemente menos frías. Esta sobreexposición puede incluso llegar a helarlos.
- Además, la temperatura del interior debe ser constante, por lo que conviene tener la puerta abierta el menor tiempo posible o adquirir un frigorífico que incorpore un sistema de circulación del aire que permita mantener los alimentos frescos por más tiempo.
Si quieres que duren…
Teniendo en cuenta que no todas las zonas interiores del frigorífico se encuentran a la misma temperatura y que los estantes inferiores suelen ser los más fríos y en los intermedios y superiores, la temperatura sube un poco, los alimentos deben colocarse así:
- La carne, el pescado y el marisco, siempre abajo. Estos alimentos frescos son los que van perdiendo más sus propiedades debido a factores como la luz, la humedad o la temperatura, por lo que deben situarse en las zonas más frías. Cuanto más perecedero sea un alimento, menor debe ser la temperatura a la que se debe conservar.
- Los lácteos, los platos preparados y los embutidos, en los estantes superiores o centrales.
- Las bebidas, huevos, salsas y mantequillas, en los estantes de la puerta.
- Las frutas y verduras, en los cajones de la nevera. La falta de humedad es una de las causas por las que frutas y verduras se deterioran con mayor rapidez, por lo que deben siempre colocarse en cajones de verduras que cuenten preferentemente con ventilación en la parte posterior y orificios de ventilación en la parte delantera y superior del cajón. De esta forma, se minimiza la condensación y se mejora la circulación del aire.