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Dos
de cada tres varones y tres de cada diez mujeres sufren pérdida del cabello.
Para los hombres, la causa principal es de naturaleza hereditaria. En las
mujeres es un trastorno que además de tener un origen hormonal está vinculado a
situaciones de estrés. Así, no es de extrañar que el interés por la
recuperación del cabello haya aumentado significativamente durante los últimos
diez años.
¿Sabías
que…?
El
término alopecia fue acuñado por el dermatólogo francés Sabouraud
(1864-1938) y deriva del griego alopex (zorra) por la característica de
este animal, que muda su pelo dos veces al año. La calvicie, conocida también
como alopecia, es la pérdida o ausencia del cabello. es más notable en el cuero
cabelludo, aunque puede presentarse en cualquier lugar del cuerpo donde crezca
pelo. Esta condición es más común en los hombres que en las mujeres, pero no se
trata de un fenómeno nuevo en el ámbito femenino, ya que siempre ha habido
mujeres que sufrían y disimulaban con mayor o menor acierto su calvicie. La
novedad estriba en que en la actualidad el número de mujeres que sufre alopecia
es cada vez mayor, y que el trastorno va en aumento.
Tipos
de calvicie
La
calvicie puede clasificarse en varios tipos, según cuál sea la causa que la
provoque.
·
Calvicie de patrón masculino. Suele ser una condición hereditaria y puede
comenzar a cualquier edad. Habitualmente se inicia a los 20-30 años. La pérdida
del cabello suele comenzar al frente, a los lados o en la coronilla de la
cabeza. Algunos hombres tienen una calvicie localizada o un retroceso de la
línea del cabello, mientras que otros pueden quedar totalmente calvos. La
calvicie completa tiene lugar hacia los 50 años y se produce porque al no poder
modificarse la glándula sebácea, la producción de sebo no aumenta, aunque queda
depositado en el cuero cabelludo y, finalmente, el músculo erector se atrofia.
·
Calvicie de patrón femenino. Es menos común que la calvicie de patrón masculino y
suele provocar la pérdida del cabello en la frente, en los laterales y/o la
coronilla. Rara vez provoca la pérdida total del cabello.
·
Alopecia areata. Se caracteriza por la pérdida repentina del cabello en una zona
determinada; el cabello vuelve a crecer después de varios meses. No obstante,
si se pierde el pelo de todo el cuerpo de forma repentina, es posible que no
vuelva a crecer. La causa de este tipo de calvicie es desconocida.
·
Alopecia tóxica. Puede presentarse con posterioridad a un episodio de fiebre elevada o
enfermedad grave. Determinados medicamentos, en especial el talio, las dosis
altas de vitamina A y los retinoides pueden provocar alopecia tóxica.
Condiciones médicas, tales como la enfermedad tiroidea, o el posparto también
pueden desencadenar este tipo de alopecia.
·
Alopecia cicatrizal. Puede ocurrir que en zonas en las que tuvo lugar un
proceso de cicatrización no crezca cabello. Las cicatrices pueden tener su
origen en quemaduras, heridas o terapia con rayos X. Otras enfermedades, como
lupus, infecciones de la piel bacterianas o por hongos, líquen plano,
sarcoidosis, tuberculosis o cáncer de piel también causan otros tipos de
cicatrices que pueden provocar la caída del cabello.
·
Tricotilomanía (arrancamiento del cabello). Hábito muy común entre los
niños.
La
caída del cabello afecta ya al 28-30 por ciento de la población femenina, cifra
que se incrementa entre las mujeres trabajadoras y las que padecen estrés
El tratamiento a
seguir
La
mayoría de las formas de calvicie no tienen cura. Algunos tipos desaparecen por
sí solos; otros pueden disminuir si se sigue algún método. El tratamiento puede
incluir lo siguiente:
·
Para
contrarrestar la caída, sobre todo ahora que se avecina el otoño, se pueden
tomar suplementos nutricionales.
·
Ciertos
medicamentos para estimular el crecimiento del cabello.
·
Inyecciones
de corticosteroides (en el tratamiento de la alopecia areata).
·
Tratar
cualquier condición o enfermedad subyacente.
·
Y
en último caso, recurrir a la cirugía de reemplazo del cabello, aunque ningunos
de los métodos que actualmente se utilizan en cirugía son efectivos al cien por
cien.
Mitos falsos
Según la
Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV):
·
Es aconsejable lavarse el pelo con frecuencia, siempre
según las necesidades de las personas. El mito de que lavarse el pelo todos los
días favorece la caída de cabello es absolutamente falso.
·
Respecto al champú, aconseja que sea suave y adaptado a
cada tipo de cabello, por lo que subraya que no se debe sustituir por el gel
normal de ducha.
·
El secado más beneficioso para el cabello es el natural. Primero
conviene que te hagas un ligero secado con una toalla. Después, si usas el
secador, siempre hazlo a baja potencia, sin localizarlo en el mismo punto y
respetando una distancia prudencial. Un secador demasiado caliente sobre un
pelo muy mojado puede originar el denominado pelo burbuja.
·
No son aconsejables los peinados que suponen tensión del
cabello, porque pueden dar lugar a una lenta pero constante caída del cabello (por
ejemplo, las coletas muy tirantes, o las trenzas finas de los peinados afro).
·
Contrariamente a lo que se piensa, si te cortas el pelo al
cero no hace que te crezca más, lo que sí conviene es que te lo sanees
regularmente para mantener su aspecto saludable.
·
La grasa no hace caer el pelo, aunque ambas circunstancias
suelen ir asociadas. Por tanto, en el caso de la alopecia, es necesario que
mantengas una higiene correcta.
·
Ante un caso de caída del cabello, ponte siempre en manos
del dermatólogo quien te prescribirá el tratamiento adecuado.
Datos curiosos
La cabeza
tiene un promedio de 100.000 pelos que crecen y se renuevan regularmente, de
los que diariamente se caen entre 50 y 100. Cada pelo permanece sobre la cabeza
entre dos y seis años, y durante la mayoría de este tiempo crece continuamente.
Cuando se hace más viejo, entra en una etapa de reposo en la que permanece
sobre la cabeza, pero no crece. Al final el pelo cae. Cuando el pelo no crece,
se cae en exceso o se vuelve tan fino que no resiste un peinado diario, existe
un problema de alopecia.