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La exigencia de medir varias veces al día el nivel de glucosa y la necesidad de lograr el autocontrol por parte del paciente diabético han impulsado el desarrollo de novedosos dispositivos, como el páncreas artificial telemédico, los infusores continuos de insulina, los sensores continuos de glucosa y la gestión telemática de los datos de los pacientes, entre otros avances. Todos ellos tienen algo en común: mejorar el nivel glucémico del paciente y, en definitiva, su calidad de vida.
La lucha contra la Diabetes no es sólo un reto clínico, sino también un problema social, ya que afecta a personas de todas las edades y supone un deterioro notable de su salud y calidad de vida. Según los datos presentados durante la XIII Conferencia del Ciclo La aportación de la Tecnología Sanitaria, organizada por la Real Academia Nacional de Medicina (RANM) y la Fundación Tecnología y Salud a finales del año pasado, se calcula que en los próximos 12 años habrá 134 millones más de diabéticos tipo 2, debido al incremento de la obesidad y el sedentarismo. En España, según datos de Ciberdem, la prevalencia total se sitúa ya en el 13,8% de la población, a los que se suman los cerca de 300.000 niños menores de 15 años afectados de diabetes tipo 1. Esta cifra es doblemente preocupante, si tenemos en cuenta que cerca de un 6% de la población diabética está sin diagnosticar y que cada vez se destinan más recursos sanitarios a los cuidados de esta enfermedad.
Más educación diabetológica
La diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce (hormona que regula el azúcar en la sangre). El efecto de la diabetes no controlada es la hiperglucemia (aumento del azúcar en la sangre), que con el tiempo daña gravemente muchos órganos y sistemas, especialmente los nervios y los vasos sanguíneos. La diabetes de tipo 1 (también llamada insulinodependiente, juvenil o de inicio en la infancia), se caracteriza por una producción deficiente de insulina y requiere la administración diaria de esta hormona. La diabetes de tipo 2 (también llamada no insulinodependiente o de inicio en la edad adulta), se debe a una utilización ineficaz de la insulina. Este tipo representa el 90% de los casos mundiales y se debe en gran medida a un peso corporal excesivo y a la inactividad física.
En opinión del profesor Manuel Serrano Ríos, académico de número de la Real Academia Nacional de Medicina y Catedrático de Medicina Interna de la
Sobre todo en la diabetes tipo 1, caracterizada por la falta de producción de insulina y, en consecuencia, por un aumento de la glucosa en sangre o glucemia, medirse la glucosa en sangre varias veces al día, autoinyectarse insulina de forma subcutánea y realizar una dieta adecuada, son algunos de los pilares importantes de su tratamiento, por lo que la educación diabetológica del paciente resulta fundamental. El diabético precisa de autocuidados diarios para prevenir las graves complicaciones asociadas al control inadecuado de la enfermedad, como son la ceguera, la insuficiencia renal, las amputaciones o las enfermedades cardiovasculares. Y en ese autocontrol y autogestión de la enfermedad la tecnología sanitaria juega un papel decisivo.
Dieta, ejercicio y tratamiento
¡Imprescindibles!
Tres son los pilares en torno a los que gira la vida de un diabético: dieta, ejercicio y tratamiento. El control sobre cada uno de ellos debe ser diario, a fin de conocer exactamente cómo se comporta el cuerpo humano ante estas tres variables para ir corrigiendo deficiencias y reforzando pautas. Y en este control tienen mucho que ver los medidores de glucosa, que actúan como “chivatos” de los índices de glucemia, y por lo tanto son herramientas fundamentales a la hora de corregir esas deficiencias y marcar una rutina en la vida del diabético.
El reto: autogestionar la enfermedad
La exigencia de medir varias veces al día el nivel de glucosa y la necesidad de lograr el autocontrol por parte del paciente han impulsado el desarrollo de novedosos dispositivos, como el páncreas artificial telemédico, los infusores continuos de insulina o los sensores continuos de glucosa, entre otros avances, todos ellos encaminados a mejorar el nivel glucémico del paciente diabético y, en definitiva, su futuro y su calidad de vida. En este sentido, el profesor Luis Felipe Pallardo, jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario La Paz y catedrático de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, subraya que “la tecnología es un apoyo muy importante, sobre todo en un tipo de diabetes que es la diabetes tipo 1 y que, debido a su cronicidad, requiere de cuidados de por vida”.
La innovación ha permitido aportar soluciones y satisfacer las necesidades de los pacientes ofreciéndoles la posibilidad de adaptar su sistema de medición para el control en función de sus características individuales, y convertirse así en un paciente comprometido y responsable. En los países desarrollados, prosigue, “la integración de cuidados al paciente diabético está llevando a modelos de organización en los que los pacientes diabéticos son atendidos en centros especialmente diseñados para ellos con el fin de mantenerles estables y evitar la aparición de complicaciones. Se está demostrando que éste es el modelo que obtiene un mayor valor en salud con los menores costes para el sistema sanitario”.
Medidores de glucosa en sangre
Los medidores de la glucosa en la sangre (o glucómetros) son pequeños aparatos computarizados que «leen» la glucosa en la sangre. En todos los medidores, el nivel de glucemia aparece en forma de números en una pantalla (igual que en una calculadora de bolsillo). Hay muchos glucómetros para escoger, pero todos implican un pinchazo en el dedo para obtener una gota de sangre y una tira reactiva que se introduce en el medidor a fin de realizar la medición de la glucosa. Algunos glucómetros permiten guardar un registro de los resultados, con el que se puede hacer un seguimiento y ver cómo la alimentación, la actividad física y el estrés afectan a los niveles de glucosa en la sangre. Consulte con su médico o enfermera si debe comunicarse inmediatamente por teléfono, en caso de que los resultados registrados no se encuentren dentro de los parámetros deseados.
Sensores continuos de glucosa
Control sin pinchazos
Una encuesta realizada por los laboratorios Novonordisk revela que, de los pacientes con diabetes, el 90% suprimiría antes los pinchazos en el dedo que los pinchazos con insulina. De hecho, según la doctora Claudia Fernández
Los componentes de la monitorización son: un monitor (pequeño dispositivo del tamaño de un móvil), un sensor que mide la glucosa en el líquido intersticial y que se inserta en la zona del vientre o enla parte superior y anterior del brazo, y un transmisor que, conectado al sensor, envía la información de éste de manera inalámbrica al monitor. Sus ventajas: el sistema no requiere calibración a través de pinchazos en los dedos; el sensor es desechable, resistente al agua y puede ser llevado en la parte superior y anterior del brazo durante 14 días; las lecturas de glucosa pueden tomarse muchas veces por día, tanto como sea necesario o se desee, con un escaneo indoloro y rápido; cada escaneo da la lectura de glucosa de ese instante, un histórico de 8 horas y el sentido de tendencia de la glucosa, si sube o baja. Además, los datos generados por el sistema están diseñados para proporcionar tendencias y patrones que pueden ayudar a los pacientes y sanitarios a determinar cómo modificar los hábitos alimenticios y otros comportamientos para ajustar mejor sus niveles de glucosa en sangre. Permiten visualizar de forma sencilla las tendencias de hipoglicemia e hiperglicemia, gracias a la presentación visual de los datos.
Páncreas artificial telemédico
El páncreas artificial telemédico es la tecnología más avanzada para el control de la diabetes, un proyecto que investiga la posibilidad de conseguir el control metabólico del paciente diabético en cualquier momento y lugar, aplicando las tecnologías biomédicas y telemédicas. A través de un asistente personal (PDA) del que dispone el paciente, un sensor de glucosa (que mide continuamente el nivel de azúcar en sangre) transmite la información a una bomba de infusión continua de insulina que, programada automáticamente en tiempo real con algoritmos (una forma de cálculo), responde en función de los niveles de glucosa detectados por el sensor.
Ejercicio
¡Sin miedo!
Numerosos estudios han demostrado que el ejercicio físico o la actividad deportiva practicados con regularidad ejercen un efecto preventivo sobre diversas enfermedades y es hoy una herramienta terapéutica en el tratamiento de las afecciones más prevalentes en los países desarrollados, como la diabetes tipo 2, el síndrome metabólico o las afecciones cardiovasculares. Por lo tanto, la diabetes no está reñida con el ejercicio. Y si no, que se lo digan a Javier
Nuevas insulinas sin pinchazos
Insulina oral: en la actualidad se trabaja en el desarrollo de una formulación oral de que podría llegar al mercado en la próxima década. Lars Fogh Iversen, vicepresidente corporativo de Novo Nordisk, comenta: «cuando se pregunta a los pacientes qué quieren, responden que un oral», señalaba. «Por eso investigamos con la insulina en pastillas, pese a las dificultades que comporta y los avances en los dispositivos de administración». El desarrollo de nuevos tratamientos se enfrenta al difícil reto de mejorar el control sin producir hipoglucemias ni aumento de peso.
Otro proyecto a largo plazo es el desarrollo de una insulina basal de acción ultra larga, que podría administrarse una vez a la semana. En un horizonte más próximo, el laboratorio tiene en fase avanzada de desarrollo semaglutida (análogo de GLP-1 de inyección semanal).