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Comenzó muy joven haciendo publicidad y con sólo 16 años se hizo popular por su papel en la serie de televisión Poble Nou, de TV3. Desde entonces esta actriz barcelonesa no ha parado de trabajar, una veintena de películas y numerosas series de televisión, salpicadas de incursiones en teatro, han hecho de ella una artista todoterreno y estrechado su cercanía con el público. Vital, sonriente y muy guapa, nos habla de todo ello y nos cuenta, además, cómo se cuida.
Empezaste a trabajar desde muy jovencita, ¿cómo recuerdas tus comienzos?
A los 13 años empecé en publicidad, hacía muchos castings y algunos anuncios y me gustaba mucho, pero me sentía un poco limitida y decidí estudiar teatro. Fue entonces cuando me surgió trabajar en la serie de TV3 Poble Nou. Fue la primera serie de ficción catalana, fue muy bien recibida y durante casi 3 años tuvo un éxito rotundo.
¿Como asumiste la popularidad en esos momentos y cómo la vives ahora?
Al principio, como era muy joven, no entendía nada de lo que estaba ocurriendo. Pero yo disfrutaba, me gustaba ir a grabar y que la gente viese lo que hacía. Sin embargo, en el colegio hubo momentos en que fue difícil de llevar, los niños pueden ser crueles, las envidias… Pero siempre tuve el apoyo de mi familia.
Y ahora valoro sobre todo que la gente te reconozca y te pare cuando no estás en emisión o estás haciendo teatro, no sólo cuando estás en antena. Al fin y al cabo significa que tienes una buena relación con el público y eso es bueno.
Has participado en más de 20 películas, ¿qué títulos destacarías?
L’Auberge espagnole, una película francesa de Cédric Klapisc, porque fue un éxito feroz en Francia y uno de lo papeles más importantes que he hecho; Hipnos, dirigida por David Carreras, una película en la que nos entregamos todos muchísimo y dimos lo máximo; y Lola vende ca, de Llorenc Soler, porque fue un personaje muy difícil.
En cine has hecho desde romance a terror, ¿cómo preparas tus personajes?, ¿qué se te resiste más la comedia o el drama?
Para preparar un personaje intento conocer al máximo ese ser, todos los entresijos de su mente, por qué hace las cosas que hace, de donde viene, adónde va… Intento hacerme muchas preguntas para luego estar muy relajada y muy convencida de que ese personaje tiene vida propia.
Para mí, lo necesario en una comedia es que el guión sea genial. Es verdad que hay personas que digan lo que digan son graciosas, pero en mi caso necesito un buen guión y una buena dirección. Creo que en el drama es más sencillo empatizar con la gente que hacerles reír.
Has aparecido en muchas series de televisión: El comisario, Abogados, Gran Hotel, Herederos, has interpretado a la Reina Sofía en El Rey… Un medio cada vez más competitivo donde a veces las series duran muy poco tiempo en parrilla, ¿qué ingredientes crees que son necesarios para el éxito?
Creo que el ingrediente básico es la suerte, el azar, que confluyan distintos factores para que al público le llegue esa historia. Por desgracia no hay una fórmula mágica. Yo he participado en series que parecía que iban a ser muy potentes y no lo han sido, y otras que pensábamos que iban a pasar desapercibidas y han funcionado mejor. Lo que sí que creo es que, además, es fundamental que la cadena apueste por ese producto, que lo cuide, que no anden con cambios de horario, emisiones muy tardías o excesivos cortes publicitarios.
El teatro lo has tocado menos…
Me gusta mucho el teatro, pero es verdad que tengo menos ofertas. Disfruto cuando tengo buenos compañeros y estoy bien arropada, aprendo mucho. Me parece duro, pero también te da la oportunidad de profundizar en un personaje, el hecho de repetir y repetir hace que salgan de ti cosas que es imposible que vean la luz de otra forma.
¿Cuáles son tus proyectos más inminentes?
El rodaje de una película aquí en Barcelona, se llamará ‘10.000 cosas que haría por ti’ y la dirigirá David Cervera.
Practicas el yoga, concretamente el strala yoga, ¿que te aporta esta disciplina?
Empecé con el yoga hace muchísimos años, soy una persona bastante inquieta, con mucha energía y el yoga me ayuda a canalizarla, a relajarme y focalizarme. Empecé a practicarlo en una época de mi vida un poco tormentosa, una etapa de esas de amor tortuoso, en la que lo ves todo muy negro… Recuerdo que llegaba a clase casi en lágrimas y salía diciendo “tampoco es tan grave”, y desde entonces no lo he dejado.
Además como ejercicio tonifica muchísimo. He practicado bastante tiempo el bikram yoga, (después del parto, para volver a perder esos kilitos de más o incluso con dolencias de espalda, es maravilloso) y ahora hago strala yoga.
Además sigues una dieta macrobiótica, ¿en qué se basa este tipo de alimentación?, ¿cómo es un menú diario?
Mi día a día en casa en muy austero: cocino arroz integral, legumbres, o proteína vegetal como el tempeh, el seitán o el tofu. Carne no como, la dieta macrobiótica no la aconseja, la proteína animal que se considera menos tóxica es el pescado blanco salvaje, que consumo esporádicamente. Tomo pocos huevos y en cuanto a los lácteos, de origen animal ninguno, y vegetal también muy poco. Mi marido y mi hija Valentina, de 4 años, sí comen carne un par de veces a la semana y otro tipo de pescado que no sea blanco, pero los cereales los comemos siempre integrales, sin refinar. El azúcar en casa apenas la probamos, sólo en ocasiones, cuando vamos a una celebración o salimos a comer a un restaurante.
En este sentido, he emprendido un nuevo curso de alimentación macrobiótica en la prestigiosa escuela de Barcelona ESMACA, para poder aumentar mis conocimientos en la materia y con el fin de llevar una vida más sana a nivel emocional, cerebral y energético. Todo ello manteniendo siempre el respeto por el entorno y el medio ambiente.
Y en cuanto a cuidados de belleza, ¿qué pautas nunca olvidas?
Siempre me desmaquillo, tonifico la piel y la hidrato, siempre. De noche y de día e independientemente de que me haya maquillado o no, porque con la contaminación que hay en la ciudad me parece imprescindible.
¿Visitas la farmacia con frecuencia?, ¿qué productos sueles adquirir?
En la farmacia compro homeopatía, en casa intentamos no tomar medicamentos que no sean homeopáticos, sobre todo en lo que respecta a mi hija. Me parecen que funcionan muy bien y estamos muy contentos. Creo mucho en la “farmacia de la abuela”, cuando veo que me voy a acatarrar, cuando noto que bajan mis defensas, me gusta tirar de productos naturales como el própolis y la equinácea. Incluso en casos muy apurados me como un ajo picadito… y luego echo un chicle o dos en el bolso (se ríe).
En cuanto a los medicamentos, creo que el exceso, por la facilidad de automedicarnos, de recurrir a ellos, se ha convertido en muchos casos en nuestro enemigo. El hecho de dar constantemente a los niños paracetamol, por ejemplo. Una fiebre no tiene por qué ser mala, si está controlada no hay por qué abusar. Deberíamos escuchar más al cuerpo, lo importante cuando uno enferma es ir al foco, al porqué del problema e intentar cambiar nuestros hábitos.