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Hoy miércoles 19 de noviembre, se conmemora el Día Nacional del Paciente Anticoagulado, organizado por la Federación Española de Asociaciones de Anticoagulados (FEASAN), con el apoyo de Boehringer Ingelheim.
En este día se pretende dar a conocer la problemática que padecen los pacientes anticoagulados con el tratamiento actual. Los continuos controles, los desplazamientos a centros hospitalarios y la dificultad de poder hacer un autocontrol, afectan de un modo especial al ritmo de vida de este colectivo de pacientes. No hay que olvidar que entre 600.000 y 700.000 personas están siguiendo un tratamiento con anticoagulantes en España.
FEASAN remarca especialmente que, hasta no contar con nuevas alternativas terapéuticas, los controles de estos pacientes se hagan exclusivamente en los centros de salud, sin excepción alguna.
Durante el mes de noviembre, todas las asociaciones de pacientes, federadas o no, están desarrollando diversas actividades para celebrar el Día Nacional del Paciente Anticoagulado. Una de las iniciativas estrella es la elaboración por parte de FEASAN de un decálogo con consejos para pacientes anticoagulados.
Uno de los aspectos que reivindica FEASAN, que ya funciona en algunas CCAA es que los pacientes anticoagulados puedan tener la opción de realizar su autocontrol, como hace el diabético, y recibir de las correspondientes Consejerías de Sanidad la prestación gratuita del coagulómetro y las tiras reactivas necesarias para medir la coagulación. FEASAN quiere además levantar la voz sobre la realización de los controles en los centros de salud sin posibilidad de que existan excepciones.
Pero ¿Quiénes son los pacientes anticoagulados?
Según la Federación Española de Asociaciones de Anticoagulados, el paciente anticuagulado es una persona a la que se altera la coagulación de la sangre por efecto de un medicamento.
El médico especialista, fundamentalmente el cardiólogo (el 90 % del colectivo son pacientes cardiópatas), decide alterar la coagulación de la sangre de ese paciente, bien porque ya ha sufrido una trombosis o una embolia, o bien porque el riesgo de sufrirlas es muy alto y sus secuelas suponen un elevado coste tanto económico como social.
Existe tres tipos de pacientes anticoagulados:
1. Personas a las que se les ha sustituido una o más válvulas del corazón (portadoras de prótesis valvulares).
2. Personas que ya han sufrido una trombosis venosa o una embolia pulmonar, que en la mayoría de los casos está provocada por una alteración congénita de la coagulación. Suelen ser personas jóvenes.
3. Ancianos al os que se descubre una alteración del ritmo cardíaco (fibrilación auricular), propia de la edad, pero que puede ser responsable de uno de cada cuatro ictus.
¿Por qué llamar la atención de las personas anticoaguladas?
A las personas que toman anticoagulantes orales se les provoca una alteración de la coagulación que puede provocarles una hemorragia. Esto es lo mismo que una hemofilia, una hemofilia adquirida (no congénita ni hereditaria), una enfermedad provocada por el propio médico para evitar un mal mayor como sería el ictus o la muerte. En resumen, se trata de una alteración de la coagulación “controlada”.
Decálogo elaborado por FEASAN
1. El tratamiento con anticoagulantes orales ha de ser controlado siempre por un médico especialista en el tema, excepto en aquellos casos de pacientes en autocontrol.
2. Nunca ha de modificarse la dosis del fármaco si no se ha realizado previamente una análisis de sangre (INR).
3. El paciente no debe tomar ningún medicamento nuevo sin antes consultar con su médico. Todos los cambios en el tratamiento habitual deben notificarse cuando se acuda al control.
4. El fármaco anticoagulante debe tomarse siempre a la misma hora.
5. La tensión arterial diastólica, la que se conoce como mínima, no debe sobrepasar la cifra de 95 mm de Hg.
6. Están totalmente prohibidas las inyecciones intramusculares para evitar lesiones irreparables.
7. La dieta alimentaria ha de ser equilibrada y variada con el fin de mantener los niveles de coagulación sin oscilaciones.
8. En caso de diarrea nunca se deberán tomar sulfamidas ni colimicina. Reponer líquidos, hacer un día de dieta y un inhibidor de la motilidad intestinal resolverán el cuadro.
9. Si sus deposiciones son negras, pastosas y malolientes debe acudir al servicio de urgencias.
10. No debe tomar nunca aspirinas ni antiinflamatorios para calmar el dolor. Debe tener siempre a mano un paracetamol o metamizol.
Más información en:
http://www.boehringer-ingelheim.es/
www.anticoagulados.info/arranque.ht
Teléfono habilitado para el Día Nacional del Paciente Anticoagulado:
902 260 002