
La primera alusión a la enfermedad de Parkinson se produjo en 1817, cuando el médico inglés James Parkinson la describió por primera vez.
Es una enfermedad crónica y degenerativa, provocada por un trastorno en el sistema nervioso. Una alteración en las zonas del cerebro encargadas del control y coordinación del movimiento del tono muscular y de la postura es lo que origina esta enfermedad.
En esta zona, denominada “sustancia negra”, existe un componente químico, la dopamina, que se encarga de la regulación de los movimientos.
En algunos casos se produce una degeneración de la sustancia negra, lo que conlleva una disminución de la dopamina. Cuando esto sucede, estamos ante la enfermedad de Parkinson.
Causas
Por el momento se desconocen las causas de esta enfermedad, aunque en ocasiones corresponden a factores hereditarios. En este sentido, Carles Guinovart, presidente de
Por su parte, el Dr. Gurutz Linazasoro, director del Centro de Investigación de Párkinson de la Policlínica Gipuzkoa de San Sebastián, afirma: “Las actuales líneas de investigación se dirigen a buscar las causas de esta enfermedad neurológica para vislumbrar la curación, a mejorar las terapias que se utilizan hoy en día, a reponer las células que se degeneran y a nuevas tecnologías como la nanotecnología”.
Esta enfermedad no predomina en un sexo concreto, pues su incidencia es similar en hombres y en mujeres.
Sintomatología
Aunque el temblor es el síntoma más evidente de los pacientes que sufren esta enfermedad, también existen otros igualmente incómodos, tales como:
a) Dificultad a la hora de realizar movimientos, ya sean automáticos (parpadear, tragar, mover los brazos al caminar, etc.), como voluntarios (sentarse, peinarse, llamar por teléfono, etc.).
b) El temblor se acentúa en estado de reposo, mientras que disminuye al realizar algún movimiento voluntario.
c) Rigidez. Ésta se manifiesta en la ausencia de flexibilidad para mover pasivamente las extremidades.
d) Anomalías en las posturas corporales.
e) Falta de control del equilibrio, lo cual puede dar lugar a caídas.
f) Irregularidad al andar. El paciente suele dar pequeños pasos, con episodios de bloqueo y de aumento súbito del ritmo de la marcha.
g) Suelen ser frecuentes los estados depresivos en el paciente.
h) Estreñimiento y exceso de producción de saliva.
Estos síntomas no lesionan la actividad intelectual. El tipo de sintomatología depende del paciente, puesto que éste puede presentar síntomas aislados o combinados, con predominio (en ocasiones) en una parte del cuerpo…
El círculo más importante: familiares y cuidadores
La enfermedad de Parkinson provoca una gran limitación sobre los pacientes por lo que la presencia de los familiares es imprescindible. Éstos, junto con los cuidadores, jugarán un papel principal en la vida del paciente.
Por ello, el doctor García Ruiz-Espiga, Coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la SEN apunta que “El tratamiento de la enfermedad de Parkinson no se limita a la medicación, es necesario un apoyo psicológico, fisioterapéutico y social”, a lo que añade: “El cuidador debe saber cuidar y cuidarse, debemos educar a ambos para que asuman tareas y permitir al cuidador respiro y tiempo libre. No se puede cargar todo el peso en el cuidador. En este aspecto, las asociaciones de pacientes tienen un papel fundamental”.
Es frecuente también que estos pacientes sufran en determinados momentos rechazo social. Por ello, además del cuidado físico, es imprescindible el apoyo moral.
El tratamiento
Actualmente se está avanzando en el tratamiento de esta enfermedad con gran rapidez. La medicación que se aplica para tratar síntomas como la torpeza y el temblor está obteniendo buenos resultados, pues los pacientes suelen responder bien. Con el paso del tiempo, la pérdida de equilibrio y los bloqueos de la marcha responden sólo de forma parcial. Por otra parte, han aparecido nuevos fármacos orales, en parche o subcutáneos. Existen, además, técnicas para administrar la dopa directamente en el duodeno.
Hemos de destacar también que la cirugía funcional es especialmente eficaz en pacientes menores de 60 años, aunque es necesario hacer una selección cuidadosa, ya que la cirugía no beneficia a todos los pacientes.
Las unidades de parkinson existentes en España analizan rigurosamente a los pacientes para poder aplicar, en cada caso, la mejor alternativa.
Según el doctor García Ruiz-Espiga: “Esta enfermedad es la enfermedad neurodegenerativa que cuenta con el tratamiento médico más brillante”.
Por el momento, no es posible eliminar la causa de la enfermedad con la medicación existente, pero ésta permite un control y alivio de sus síntomas.
Por lo general, los síntomas suelen progresar de manera lenta, pudiendo ser percibidos mínimamente por el paciente durante varios años. Incluso, en ocasiones, los síntomas pueden mantenerse aparentemente estables durante largos períodos de tiempo.
A medida que la enfermedad vaya avanzando y surjan problemas derivados de la propia enfermedad o de la medicación, se irán adoptando nuevas soluciones que, en ocasiones, consisten en un cambio o ajuste de los medicamentos.
El papel de la nutrición
El enfermo de Parkinson debe cuidar muy bien su alimentación, con el objetivo de eliminar la posibilidad de aparición de enfermedades atribuibles a una mala alimentación, tales, como por ejemplo, diabetes, arteriosclerosis, HTA… Estas enfermedades impactarían de forma negativa en el desarrollo de la enfermedad de Parkinson. Lo aconsejable es, por tanto, seguir una dieta baja en grasas, sobre todo grasas saturadas. Éstas se encuentran en las grasas de origen animal, como: tocino, panceta, patés, embutidos frescos y curados, manteca de cerdo, mantequillas, leche entera y quesos curados.
Es muy importe comer siempre en la fase “ON”, es decir, cuando dispongamos de buena movilidad y coordinación motora. De este modo, evitaremos atragantamientos o aspiraciones de alimentos a vías respiratorias.
Durante el día: Se suprimirán los alimentos proteicos, tanto animales como vegetales.
Todos los alimentos permitidos en las ingestas diurnas, pueden ser tomados también en las ingestas nocturnas.
Durante la noche: Se hará una distribución de la ración proteica en un mínimo de dos ingestas.
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Recetas que harán olvidar la Enfermedad de Parkinson
AVE CON SALSA LIGERA Y PISTO DE VERDURAS
Ingredientes:
1 pularda (u otra ave)
½ cebolla
3 zanahorias
1 puerro
2 vasos de vino tinto
Sal y aceite de oliva
Para el pisto:
1 calabacín
1 berenjena
180 gr de tomate frito
1 cebolla
1 pimiento rojo
1 pimiento verde
Disponer la pularda y las verduras en una fuente de horno, salar y bañar con un chorrito de aceite. Cocinar al horno durante 45 minutos a 180º. Una vez listo despiezar el ave y reservar. Picar en cuadritos la verdura para el pisto, salar y estofar a fuego suave. Una vez esté cocido, agregar el tomate frito y rehogar todo un poco.
La salsa fría se elabora triturando con la batidora una tacita de mayonesa, dos anchoas, un poco de parmesano y un chorrito de nata. Par presentar el plato, se coloca la pularda troceada, a un lado el pisto y se baña con la salsa ligera.
ENSALADA DE FRUTAS GUARNECIDA DE QUESO FRESCO Y MERMELADA DE NARANJA AMARGA
200 gr de piña
130 gr de fresa
130 gr de naranja
200 gr de queso fresco
Mermelada de naranja amarga
Licor de frutas (opcional)
Se trocean las frutas y se disponen en el plato de forma decorativa. Se da forma redondeada al queso fresco y se cubre con la mermelada de naranja. Se riega todo con unas gotas del licor.