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Con motivo del Día Mundial de las Enfermedades Reumáticas que se conmemora el 12 de octubre, los expertos aconsejan la práctica de ejercicio como factor importante en el tratamiento de estas dolencias.
“El paseo, la natación y la gimnasia articular ayudan a mantener el tono muscular, estabilizar las articulaciones y dotar al organismo de agilidad, buena función y habilidad”, explica el doctor Miguel Ángel Caracuel, vicepresidente de la Sociedad Española de Reumatología (SER). A juicio de este experto “el ejercicio físico fortalece los músculos, tendones y ligamentos en torno a las articulaciones y, por eso, es beneficioso para los pacientes con enfermedades reumáticas. Además, reduce el dolor, puede aliviar la rigidez y mantener la resistencia”.
En concreto, la práctica deportiva contribuye a que el líquido sinovial fluya entrando y saliendo del cartílago, lubricando y nutriendo así el constante movimiento del líquido. La inactividad, por el contrario, provoca que el líquido sinovial deje de fluir y el cartílago se reseque perdiendo poco a poco su elasticidad.
Personalizar la práctica deportiva
La SER aconseja adecuar siempre el ejercicio a cada persona dependiendo de su edad, características físicas y personales, situación cardiovascular, entrenamiento previo y patología afectada. Es decir, “la prescripción del ejercicio debe ser personalizada”.
En general se recomiendan ejercicios en el agua porque permiten moverse con mayor comodidad, se posibilita la amplitud del movimiento articular; y la presión sobre las articulaciones (columna vertebral, cadera, etc.) disminuye.
En determinadas patologías hay que tener especial cuidado con el deporte que se practica: en la artrosis de las manos hay que evitar ejercicios que precisen de intensidad de estas articulaciones. Asimismo, a los afectados de espondilitis anquilosante se les aconseja la práctica de actividades deportivas que aporten fortaleza y flexibilidad a la columna porque ayuda a controlar el dolor y su capacidad funcional.
En el trabajo
El enemigo de las enfermedades musculoesqueléticas es el sedentarismo. Por ello, los especialistas insisten en que hay que hacer un esfuerzo por estar activos, incluso en nuestro entorno de trabajo, donde es importante mantener una correcta postura para evitar patologías tan frecuentes como la lumbalgia o la cervicalia. En el ambiente laboral las situaciones más problemáticas las provocan las posturas forzadas o manejo de cargas pesadas (40,9%), seguido de la presión o sobrecarga en el trabajo (39,0%).
Para combatir esta situación, los expertos de la SER recomiendan buscar tiempo para caminar así como para trabajar los músculos lumbares, los abdominales, los brazos, el trapecio y el cuello. Además es importante aprender a coger peso de forma adecuada, así como caminar y sentarse correctamente para prevenir el dolor de espalda y cervical. Sobre todo, hay que intentar mantener una musculatura fuerte en la espalda para conseguir que, si llega, el dolor pase rápido”, concluye el Dr. Caracuel.