El presidente Barack Obama ha declarado emergencia sanitaria nacional en Estados Unidos por la gripe H1N1, que hasta la fecha ha causado la muerte a más de 1.000 personas, mientras los casos de infectados se cuentan por millones. La declaración, firmada la noche del viernes, califica la situación de emergencia nacional. A través de esa medida -que fija exenciones de requerimientos fiscales-, se refuerza la capacidad de las instituciones sanitarias para manejar la afluencia de pacientes contagiados.

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Desde su aparición en primavera, la pandemia de gripe H1N1 ha causado más de 1.000 muertos y ha obligado a por lo menos 20.000 hospitalizaciones Estados Unidos, según anunciaron las autoridades federales estadounidenses el pasado viernes.

Relax en España

Mientras esto ocurre en EEUU, sin embargo, en España, los padres comienzan a ver la cara benigna del virus, pasando del miedo y la consternación vivida durante el verano al relax actual. Esta paz creciente se confirma también en las consultas de pediatría. «Durante los meses de julio y agosto sí existía una preocupación palpable por parte de los padres. Los profesionales tampoco tenían en sus manos en ese momento toda la información sobre la pandemia. La mayoría de las consultas se basaba en sí debían o no llevar a sus hijos a la guardería», comenta Juan Ruiz Canela, presidente de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). «Tras el verano se produjo un punto de inflexión y la presión asistencial descendió. Empezamos a emitir documentos, como el Informe técnico en pediatría sobre la gripe pandémica A (H1N1), basados en la evidencia científica disponible y apoyamos de forma expresa los blogs con información sanitaria sobre la patología. Todos estos hechos han contribuido a clarificar las cosas y a que los profesionales proporcionen un consejo común a los padres», insiste.

Los nacidos antes del 50, inmunizados

La gripe A, la pandémica de  2009, tiene más incidencia entre niños y adultos jóvenes. Dicho dato está respaldado por un estudio llevado a cabo por el Servicio de Microbiología del Hospital Donostia, integrado en la Fundación Vasca de Innovación e Investigación Sanitarias (BIOEF). Los adultos jóvenes de hoy en día no tienen  la inmunidad residual de las personas de la misma edad en décadas precedentes.

El artículo, publicado en Eurosurveillance –el periódico europeo líder en epidemiología, prevención y control de enfermedades infecciosas- tiene como objetivo “comparar las infecciones causadas por los dos subtipos de la gripe estacional en los distintos grupos de edad a lo largo de las 10 últimas temporadas por el sistema de vigilancia epidemiológica y relacionarlo con la pandemia reciente de la gripe A H1N1v.” , explicó Emilio Pérez-Trallero, jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Donostia.

En este sentido, el estudio se basa en los 941 pacientes a los que a través del sistema de vigilancia epidemiológica se detectó gripe A (H1N1) o gripe A (H3N2) desde septiembre de 1999 hasta agosto de 2009, y los 112 casos de gripe pandémica A (H1N1) detectados por este mismo sistema de vigilancia desde abril de 2009 hasta agosto del mismo año.

La relación entre los subtipos de la gripe estacional H3/H1 fue de 3,4 (la gripe H3N2 fue 3,4 veces más frecuente que la H1N1) en las personas menores de 60 años, pero de 9,8 en los individuos mayores, “lo cual sugiere que las personas nacidas antes de 1950 tienen una inmunidad residual contra el subtipo de influenza A H1N1 (tanto la pandémica como la estacional)”, aclaró el experto.

El estudio se llevó a cabo en el Servicio de Microbiología del Hospital Donostia, que es el  laboratorio de referencia en el País Vasco en lo que a infecciones de gripe se refiere.  Los médicos vigía atendieron entre el 2,2 y el 2,5% de los 2,1 millones de habitantes de la Comunidad Autónoma Vasca. Para realizar el estudio sólo se analizaron los datos provenientes de pacientes que tenían síntomas de gripe y que fueron detectados a través del sistema centinela de vigilancia.

La muestra de pacientes que se tomó fue la representativa de la población en la zona de estudio. Se hicieron frotis faríngeos a todos aquellos pacientes que acudían al médico y cumplían los criterios de gripe de acuerdo con la Clasificación Internacional de Atención Primaria. Posteriormente se identificaron los virus y se clasificaron los pacientes según el subtipo de virus gripal y la edad (año de nacimiento).
 
Gripe pandémica A en el País Vasco
El primer caso de gripe pandémica A (H1N1) en el País Vasco se detectó el 26 de abril de 2009. “Entre los 263 casos sospechosos de tener gripe pandémica A que fueron estudiados por el sistema centinela de vigilancia de la gripe entre esa fecha y el 31 de agosto de 2009, 112 fueron confirmados en el laboratorio”, indicó Pérez-Trallero. “Estas infecciones afectaron principalmente a niños y adultos jóvenes”, agregó.

En concreto, sólo dos (1,8%) de los 112 pacientes con gripe A pandémica incluidos en el estudio eran mayores de 59 años. Este porcentaje es similar -4,1% (9 de 219)-  entre los pacientes con gripe pandémica detectados fuera del sistema centinela de vigilancia. Según Pérez-Trallero, “estas bajas cifras de infecciones entre las personas nacidas antes de 1950 se han observado también en otras partes del mundo”.

“Hemos observado también, a diferencia de otros estudios precedentes que aseguraban que el subtipo H1 raramente afecta a personas mayores de 30 años, que aproximadamente un tercio de los pacientes con influenza A (H1N1) –tanto pandémica como estacional- tienen entre 30 y 59 años. Esto sugiere que los adultos jóvenes de hoy en día no tienen  la inmunidad residual de las personas de la misma edad en décadas precedentes”, declaró el microbiólogo vasco.

Vacunas fallidas  
Por otra parte, durante el periodo de estudio se recomendó la vacunación contra la gripe a todos los mayores de 65 y a aquellas personas con factores de riesgo.
 
Entre los pacientes con gripe estacional hubo 55 vacunas fallidas, de las cuales 47 eran del subtipo H3 y ocho del H1. “Esto quiere decir que las vacunas fallidas relacionadas con el subtipo H3 fueron seis veces más frecuentes que las relacionadas con el subtipo H1, lo cual apoya lo observado en estudios de variabilidad genética (mayor variabilidad del subtipo H3), lo cual, a su vez, puede explicar la mayor frecuencia y severidad de las infecciones causadas por este último subtipo.

Así pues, según el estudio, la inmunidad residual contra el virus de la gripe A estacional y pandémica de las personas nacidas antes de 1950 se debe, probablemente, a la menor variabilidad del subtipo H1N1, y a la amplia circulación de este virus entre 1918 y 1957.

El 26% de los hospitalizados, obesos mórbidos

Por otra parte, la obesidad mórbida es uno de los factores de riesgo más frecuentes para desarrollar gripe A. Así lo ha puesto de manifiesto un estudio publicado recientemente en la revista científica The New England Journal of Medicine según el cual, el 26% de los pacientes hospitalizados por esta enfermedad en Estados Unidos, entre el pasado mes de abril y mediados de junio de este mismo año, padecía obesidad mórbida. Estos datos son significativos, ya que se estima que la prevalencia de obesidad severa en EE.UU. se sitúa en torno al 5% de la población adulta y, aunque por el momento no se ha vinculado esta patología con un mayor riesgo de complicaciones relacionadas con la gripe, sí que se justifica la investigación adicional, concluyen los autores del estudio.

En España, el 42,3% de los pacientes fallecidos por gripe A hasta la fecha padecía obesidad severa. Aunque aún son necesarios más datos en torno a la relación entre gripe A y obesidad mórbida, los expertos aconsejan que se vacunen frente a esta enfermedad todos aquellos con un IMC igual o superior a 40.

Según el doctor Xavier Formiguera, jefe de la Unidad de Trastornos de la Alimentación del Hospital German Trias i Pujol (Barcelona) y presidente de la Sociedad Española par el Estudio de la Obesidad (SEEDO), “los datos son significativos, de ahí la necesidad de que la obesidad mórbida se considere como factor de riesgo para padecer gripe A. Quizás el motivo fundamental es que estos pacientes, al igual que las mujeres embarazadas, sufren un trastorno respiratorio de tipo restrictivo, es decir, tienen una menor capacidad respiratoria causada por la dificultad de mover correctamente el diafragma”.

Datos de España

Los datos recogidos en España confirman los resultados publicados en Estados Unidos. Un análisis descriptivo de los pacientes fallecidos en nuestro país por gripe A señala que el 42,3% padecía obesidad severa (con un Índice de Masa Corporal (IMC) igual o superior a 40). Según estos datos, publicados por el Ministerio de Sanidad y Política Social, de los 36 casos de personas fallecidas por esta causa hasta el 23 de septiembre, 11 de ellas padecía obesidad severa, 7 de ellos presentaban 3 o más factores de riesgo y, únicamente 2 pacientes presentaban la obesidad como único factor de riesgo. En este sentido, el doctor Formiguera insiste en que “parece que los pacientes con obesidad severa pero sin complicaciones asociadas a la misma  sufren menos problemas derivados de la gripe A frente a los que sí padecen otras patologías. No obstante, esta situación es poco frecuente”.

Asimismo, según el experto, “sería aconsejable continuar investigando sobre este tema, sobre todo, teniendo en cuenta que la oleada de la gripe A todavía está por llegar en España”.  No obstante, añade, “los datos que disponemos de la epidemia acontecida en América Latina o Australia no son tan alarmantes como se suponía, por lo que se debe lanza un mensaje tranquilizador: hasta el momento, el curso que está teniendo la nueva gripe está siendo más benigno que el de la gripe común de otros años”.

De entre todos los factores de riesgo identificados entre los casos españoles, el consumo de tabaco y la obesidad eran, por igual, los más frecuentes (ambos con un 42,3%), seguidos por padecer una enfermedad hepática crónica (20%) y sufrir una enfermedad cardiovascular (18,2%).

Finalmente, el doctor Formiguera aconseja a  “todos los enfermos con obesidad mórbida que se vacunen contra la nueva gripe, a pesar de que aún no se sabe si la obesidad puede predisponer a tener más gripe A o bien pueda agravar el curso de la misma. Con todo, existen datos bien fundamentados de que la evolución de esta gripe en obesos severos es más grave que  en otros pacientes, por eso deberían ser considerados como grupo de riesgo”.

 

 

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Redacción Consejos

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