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Elena Muñoz-Marrón es profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, directora del máster universitario de Neuropsicología y codirectora del laboratorio de investigación sobre neurociencia cognitiva Cognitive NeuroLab.
La estimulación cerebral no invasiva se apunta como una nueva terapia para el tratamiento de la obesidad y otros trastornos alimentarios como la anorexia y la bulimia. Así lo demuestran los primeros resultados de las pruebas hechas con pacientes tras una investigación dirigida por Elena Muñoz-Marrón, que muestran como el tratamiento disminuye el hambre y el deseo de comer. El objeto inicial de la investigación es comprobar el efecto de esta técnica en pacientes con obesidad leve (con un índice de masa corporal de entre 30-35); y ampliarlo a partir de mayo a los que sufren obesidad mórbida u otros trastornos alimentarios, como la anorexia.
¿En qué consiste la estimulación cerebral no invasiva? ¿Desde cuándo se utiliza esta técnica?
Dentro de las denominadas técnicas de estimulación cerebral no invasiva en este estudio estamos empleando una técnica llamada estimulación transcraneal por corriente directa (tDCS de sus siglas en inglés). Esta técnica consiste en la aplicación de una corriente eléctrica muy tenue mediante la colocación de dos electrodos en la cabeza del paciente. A través de esta técnica es posible modular la excitabilidad cerebral, lo que la hace una técnica prometedora para el tratamiento de patologías que presenten una alteración en la actividad neural.
¿Cómo se aplica?, ¿es dolorosa o implica algún riesgo?
Esta técnica consiste en la aplicación de una corriente eléctrica de baja intensidad mediante la colocación de dos electrodos en la cabeza del paciente, fluyendo la corriente desde el ánodo hasta el cátodo. En el área sobre la que se coloca el ánodo la actividad cerebral se ve aumentada, mientras que, por el contrario, en el área sobre la que se posiciona el cátodo la actividad se ve reducida.
Es una técnica indolora, para la cual el paciente no necesita ninguna preparación. Los posibles efectos secundarios son prácticamente inexistentes, limitándose a un posible enrojecimiento o quemazón en la zona sobre la que se han colocado los electrodos o leves dolores de cabeza, aunque ambos efectos secundarios no son muy frecuentes.
Tradicionalmente ¿que aplicaciones ha tenido esta terapia?
Es una técnica de uso muy reciente, por lo que no está establecida como tratamiento en ninguna patología, aunque de forma experimental está acreditada para el tratamiento de la depresión, adicciones, dolor crónico e ictus.
Y hora, según la investigación que usted lidera, puede tratar trastornos alimentarios… Porque es una técnica pionera en este campo…
Es una técnica pionera en todos los sentidos, peor más si cabe en trastornos de la alimentación, puesto que la investigación en este campo es muy escasa a nivel mundial.
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