Manejar la migraña en verano
El doctor Jaime Rodríguez Vico, de la Unidad de Cefaleas del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, ofrece recomendaciones clave para minimizar el impacto de las migrañas en esta época del año.
Aunque no siempre sea así, las personas con migraña suelen empeorar en verano, no tanto por efecto de las altas temperaturas como por los cambios en sus rutinas de sueño y de alimentación. Y es que, por regla general, “el cerebro migrañoso se adapta mal a los cambios” y al desorden propio del veraneo que, para algunos, se extiende hasta el mes de septiembre.
Si algo tienen el verano y las vacaciones es una buena dosis de desorden y de caos en los horarios y las rutinas: dormimos menos y a horas intempestivas, comemos cualquier cosa en la calle, entramos y salimos sin descanso y tomamos bebidas alcohólicas con más asiduidad. Ello afecta, y mucho, a las personas con migraña, “cuyo cerebro se adapta mal a los cambios”. Así lo afirma el doctor Jaime Rodríguez Vico, responsable de la Unidad de Cefaleas del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, de Madrid, quien añade que algunos pacientes tienen una combinación determinada de genes que le hacen más sensible a los factores desencadenantes de la cefalea propios del verano, como puede ser el desorden, aunque no siempre sea así. “Las altas temperaturas y los cambios en las rutinas, en el patrón de sueño y los cambios hormonales, asociados a modificaciones en las rutinas de trabajo son indicadores de que se acerca un período sensible”, explica el experto.
El calor y la deshidratación: una bomba
Además de los cambios en las rutinas diarias durante el verano, las altas temperaturas también afectan a la respuesta de nuestro cuerpo provocando deshidratación y propiciando las cefaleas en general y los ataques de migraña en particular. Entre las recomendaciones que pueden aplicarse en todo tipo de migrañas, ya sean episódicas (paciente que presenta cefalea menos de 15 días al mes) o crónicas (cefalea más de 15 días al mes), el doctor Vico enumera las siguientes:
- Mantener una hidratación constante, aunque no se tenga sensación de sed, ingiriendo más líquidos y alimentos frescos.
- Procurar tener una regularidad en las comidas, ejercicio y sueño.
- Usar ropa clara, gorros o sombreros y gafas de sol.
- Reducir la exposición al sol y humedecer la frente y el cuello para favorecer el descenso de la temperatura corporal.
- Reducir el estrés y disminuir el consumo de cafeína mejoran la migraña en muchos pacientes, pero ¡ojo! porque en otros, la abstinencia a la cafeína o un descanso y descenso del estrés brusco puede desencadenar un episodio.
- Realizar actividades que inviten a la relajación. El ejercicio aeróbico, el biofeedback, las terapias cognitivo-conductuales, la acupuntura y la estimulación transcutánea nerviosa eléctrica (TENS supraorbital) son medidas no farmacológicas que se puede aplicar para tratar la migraña.
- Según el doctor Vico, “es importante que las personas que ya sufren episodios de migraña acudan al neurólogo, para que, de manera conjunta, se puedan poner en marcha acciones que minimicen el impacto en su calidad de vida”.
- Los fármacos que se utilizan para el tratamiento sintomático de los episodios agudos son: analgésicos, AINE, triptanes, antieméticos, betabloqueantes, antidepresivos, antiepilépticos…).
Dolor de más de 4 horas
El dolor que produce la migraña es de carácter pulsátil, intensidad moderada o severa y de localización habitual en un único lado de la cabeza. Las crisis pueden desencadenar una serie de síntomas incapacitantes que incluyen náuseas, vómitos, fotofobia y/o sonofobia. Los episodios de dolor suelen durar más de cuatro horas si no se tratan.Lo padecen aproximadamente el 15-20% de las mujeres y entre el 5 y el 8% de los hombres, según la Sociedad Española de Neurología (SEN).