Shock
Shock

El shock (choque, conmoción, colapso) constituye una disminución aguda en el flujo sanguíneo que condiciona el transporte de los sustratos esenciales a los órganos vitales para su normal funcionamiento. Esto puede provocar fallo multiorgánico y ocasionar daños irreparables, incluso la muerte, en caso de no recibir tratamiento.

El shock es un estado en el que entra el cuerpo por la incapacidad del corazón o de la circulación periférica de mantener la perfusión (irrigación) adecuada a los órganos vitales. Esta condición puede estar causada, por ejemplo, por traumatismos y pérdida de sangre masiva, como el en caso de accidentes o quemaduras graves; congelación de tejidos; reacciones alérgicas; fallo cardíaco. No se trata por tanto de una enfermedad, sino un estado atribuible a otra causa y atendiendo a ésta se pueden clasificar distintos tipos.

1. TIPOS DE SHOCK

Shock cardiógeno (debido a problemas cardíacos).
Shock hipovolémico (causado por el poco volumen de sangre).
Shock anafiláctico (ocasionado por una reacción alérgica grave).
Shock séptico (debido a infecciones).
Shock neurogénico (causado por un daño o lesión del sistema nervioso).

Signos y síntomas: Hipotensión · Taquicardia · Sudoración · Palidez · Coloración Azulada · Hiperventilación · Oliguria (disminución de la producción de orina) · Alteraciones en el estado de conciencia (confusión) · Nerviosismo o Ansiedad

2. LA RAPIDEZ, ESENCIAL

Según la Sociedad Española de Medicina de Emergencias (SEMES), el reconocimiento precoz «es importante pues su morbimortalidad va a depender del estado evolutivo del paciente en el momento del diagnóstico», indica la doctora Ana Navío, coordinadora del Grupo de Shock de SEMES. De hecho, la mortalidad, que varía del 40 al 80%, «puede bajar si se identifica, diagnostica e inicia el paquete de medidas terapéuticas a tiempo«, añade. Los Servicios de Urgencias son los que más pacientes con fallo multiorgánico diagnostican
y, por tanto, los que más pueden prevenirlos.

El protocolo de actuación inicial ante un paciente con sospecha o evidencia de shock comprende, en primer lugar, «la identificación en el triaje y su traslado a la sala de reanimación para iniciar de forma precoz su valoración y tratamiento. Así, la elección del antibiótico adecuado y su administración en menos de una hora tras la sospecha diagnostica puede tener un impacto decisivo», comenta la doctora Navío. Hay que tener en cuenta, señala esta especialista, que los síntomas pueden ser variados y de diferente intensidad, por lo que «podemos encontrarnos con pacientes que acudan a urgencias por su propio pie». Todos los pacientes deben recibir oxígeno a alto flujo, tener asegurada una
vía intravenosa y establecer una monitorización básica, señala la experta.

 

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María José Merino

María José Merino

Sevillana de adopción y Granadina de nacimiento y de corazón, donde no dudo en escaparme cada vez que puedo. Licenciada en periodismo por la Universidad de Navarra, trabajé durante la carrera en los...