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El farmacéutico es una figura clave tanto en el diagnóstico como en el tratamiento por su proximidad y cercanía a la población
Una de cada tres personas padece insomnio, un problema de salud importante si no se trata o no recibe un tratamiento adecuado. Pero esta patología puede y debe ser tratada, siendo la farmacia un punto clave en este sentido por su cercanía y proximidad. Es el mensaje de los expertos en el Día Mundial del Sueño para el 10% de las personas que actualmente padecen insomnio y también para la población en general, ya que un 40% lo padecerá en algún momento.
Son cifras que ponen de manifiesto la prevalencia del insomnio, donde ESTEVE trabaja desde hace 25 años para conseguir un mejor abordaje mediante formación, cursos, un documento de consenso, un libro y ponencias con expertos como el Dr. Luis Rojas Marcos. Ahora, coincidiendo con el Día Mundial del Sueño, ofrece las claves para afrontar este trastorno.
Todo ello a partir de una entrevista a uno de los mayores expertos en España:
La farmacia, eslabón clave en el abordaje del insomnio
El farmacéutico, por su cercanía, es un profesional clave en el diagnóstico y el tratamiento del insomnio, explica el Dr. Francesc Segarra, somnólogo por la Sociedad Europea de Investigaciones del sueño, coordinador de la Clínica del Sueño Estivill y representante de la Asociación Mundial de Medicina del Sueño en España (WASM por sus siglas en inglés). “Debe ser capaz de hacer una primera valoración, indagar las causas de la falta de sueño, aconsejar medidas de higiene del sueño, recomendar alguna solución terapéutica sin receta y, si es el caso, derivar al especialista”, señala.
Para el insomnio ocasional existen varias opciones que no necesitan receta médica y que pueden ser eficaces. Entre ellas se incluye la fitoterapia, sustancias procedentes de plantas y que básicamente rebajan el grado de tensión, es decir, que funcionan como ansiolíticos. Otra opción es la melatonina, que regula el ritmo de sueño y vigilia. Y luego, también tenemos los antihistamínicos, como por ejemplo la doxilamina, que produce un efecto sedante y que favorece la conciliación del sueño.
“Si tras un tiempo prudencial no hay una mejora, unas tres o cuatro semanas, entonces debe valorarse la derivación al médico de cabecera o al especialista”. Según el Dr. Segarra, es importante, porque dormir mal tiene consecuencias sobre nuestra salud a corto plazo, como trastornos de atención, irritabilidad, problemas de memoria, fatiga, somnolencia… “algo que todos hemos experimentado alguna vez tras pasar una noche en vela”. Pero una falta crónica de sueño puede derivar en problemas de salud realmente importantes y graves, “como por ejemplo diabetes tipo 2, obesidad, patologías cardiovasculares o un mayor riesgo de determinados tipos de cáncer”, advierte el experto.
Hablamos de insomnio crónico cuando su duración supera los 6 meses. Según los expertos, no existe un perfil o patrón específico de pacientes. Esta patología puede aparecer a cualquier edad y afectar a cualquier persona, incluso a niños. Sin embargo, señala Segarra “sí sabemos que ser mujer, estar en paro, vivir solo, tener un estatus social y económico bajo y la edad son factores de riesgo que influyen”.
El experto explica que el estrés también es un elemento a tener en cuenta. “Los españoles pasamos muchas horas en el trabajo comparado con otros países europeos, con las dificultades que ello supone a la hora de conciliar la vida laboral con la personal y familiar”. De entrada, dormimos una hora menos que nuestros vecinos de Europa del norte, “porque nos levantamos a la misma hora pero nos vamos a dormir mucho más tarde” concluye.
Un trastorno que incluso puede prevenirse
El insomnio no sólo puede y debe tratarse, sino que incluso puede prevenirse. Coincidiendo con el Día Mundial del Sueño, el 13 de marzo, la Asociación Mundial de Medicina del Sueño (World Association Sleep Medicine) ha publicado un decálogo para dormir bien “con recomendaciones sencillas y fáciles de poner en práctica”.
1. Establecer un horario regular de acostarse y levantarse
2. Si se tiene el hábito de hacer siestas, éstas no deben durar más de 45 min
3. Evitar tomar alcohol y fumar 4 horas antes de ir a la cama
4. Evitar tomar cafeína 6 horas antes de acostarse (café, té, colas, chocolate)
5. Evitar tomar comidas picantes, pesadas o con mucho azúcar 4 horas antes
6. Realizar ejercicio regular, pero nunca justo antes de acostarse
7. Dormir en una cama confortable
8. Utilizar una temperatura adecuada para dormir y tener la habitación bien ventilada
9. Eliminar al máximo el ruido y la luz de la habitación
10. Reservar la habitación sólo para el sueño. No como espacio de trabajo u ocio