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Debido a su relación con miles de casos de microcefalia en recién nacidos y otras alteraciones neurológicas, la OMS ha declarado el virus del Zika una emergencia global. En España, se han diagnosticado cuatro casos importados. El virus, transmitido por el mosquito Aedes aegypti, está presente en veinticuatro países americanos. La Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas (SEIMC) nos da todas las claves:
1. ¿Qué es el virus Zika?
Es un arbovirus (un virus transmitido por artrópodos; del inglés arthropod borne virus) de la familia Flaviviridae, de la que también forman parte los virus del Dengue, Fiebre amarilla, Encefalitis japonesa y West Nile. Se trasmite por la picadura de mosquitos infectados del género Aedes, principalmente Aedes aegypti y en menor medida por Aedes albopictus (o mosquito tigre) y otros Aedes. El virus Zika recibe su nombre del bosque de Zika, en Uganda (África) donde fue aislado por primera vez en monos en 947. Desde entonces ha generado pequeños brotes casi exclusivamente en África, hasta que en el año 2007 se produjo una epidemia en la isla de Yap (en Micronesia), donde erca del 75% de la población resultó infectada. La presencia del virus en humanos, considerado en un principio huésped ocasional, se constató a través de estudios serológicos en 1952 y no fue hasta 1968 cuando se logró aislar el virus a partir de muestras humanas en Nigeria. Estudios genéticos han demostrado dos linajes principales de este virus, el africano y el asiático. Desde su descubrimiento numerosos estudios epidemiológicos, serológicos y entomológicos han confirmado la circulación del virus en varios países africanos (Nigeria, Sierra Leona, Costa de Marfil, Camerún y Senegal) y asiáticos (Paquistán, Indonesia, Filipinas, Malasia, Camboya y Tailandia). El 3 de marzo de 2014, Chile notificó a la OPS/OMS la confirmación de un caso de transmisión autóctona de fiebre por virus del Zika en la isla de Pascua. En mayo de 2015, las autoridades de salud pública de Brasil confirmaron la transmisión de virus Zika en el nordeste del país. Desde octubre de 2015 hasta la fecha, otros países y territorios de las méricas han informado de la presencia del virus.
2. ¿Cuáles son los principales síntomas de la enfermedad? ¿Se puede confundir con otras enfermedades?
Los síntomas más comunes de la infección por Zika son fiebre leve y exantema (erupción en la piel o sarpullido). Suele acompañarse de conjuntivitis, dolor muscular o en las articulaciones, con un malestar general que comienza entre 2 y 7 días después de la picadura de un mosquito infectado. Los síntomas son similares a los del dengue o del chikungunya, que también son transmitidos por el mismo tipo de mosquito. Las complicaciones (neurológicas, autoinmunes) son poco frecuentes, pero se han descrito en los brotes de la Polinesia y más recientemente en Brasil. Entre las complicaciones neurológicas que se están estudiando que pudieran tener relación con el virus Zika están el síndrome de Guillain Barré, mielitis, meningitis y meningoencefalitis. También se ha observado un aumento de malformaciones en recién nacidos y de la incidencia de microcefalia, en las áreas afectadas por este virus aunque todavía está por determinar si el virus Zika tiene algún papel en estas alteraciones.
3. ¿Cómo se diagnostica el virus Zika? ¿Contamos en España con unidades de referencia especializadas para su diagnóstico?
En la mayoría de las personas, el diagnóstico se basa en los síntomas clínicos y sus antecedentes epidemiológicos (viaje a zonas donde circula el virus). Además hay pruebas de laboratorio que utilizan una muestra de sangre que pueden contribuir a confirmar el diagnóstico. Algunas son útiles en los primeros 3 a 5 días desde el inicio de los síntomas (PCR, que detecta el virus), y hay otras pruebas que detectan la presencia de anticuerpos pero que son útiles sólo después de 5 días (serológicas). No obstante, estas pruebas están disponibles por el momento sólo en centros de referencia ya que no hay kits comerciales disponibles actualmente en nuestro país. En España el Centro Nacional Microbiología tiene capacidad para la detección del virus Zika.
4. ¿Cómo se previene la enfermedad?
La prevención, en el caso de personas que vayan a viajar a países donde circula el virus, consiste principalmente en prevenir la picadura de los mosquitos infectados. Los Aedes son mosquitos de hábitos diurnos, picando principalmente en las primeras horas de la mañana y últimas de la tarde. Se recomienda uso de repelentes, así como cubrir la piel con manga larga, pantalones largos y sombrero. Si es posible dormir en lugares protegidos de los mosquitos o con mosquiteras. En el caso de mujeres embarazadas se desaconseja viajar a zonas endémicas.
5. Además de mediante la picadura del mosquito Aedes, ¿existen otra vías de transmisión?
El virus Zika se detecta en sangre durante un periodo de tiempo de 5 a 7 días en las personas infectadas, por lo que es posible su transmisión a través de donaciones de sangre aunque es un mecanismo muy poco probable. En ese sentido, se deben seguir las recomendaciones habituales para realizar transfusiones seguras. Este virus también se ha aislado en semen y se ha observado un caso posible de transmisión de persona a persona por vía sexual, pero este hallazgo no ha sido confirmado. La transmisión maternofetal está en estudio. Parece que es posible aunque la frecuencia con que esto ocurre y las consecuencias para el feto es actualmente motivo de estudio.
6. ¿En la actualidad, hay algún tratamiento para el virus Zika?
No hay tratamiento específico frente a este virus ni vacuna. En los pacientes con síntomas el tratamiento se centra en aliviar los mismos (fiebre, dolores osteomusculares, cefalea, etc) con analgésicos y medicamentos para la fiebre. También se recomienda reposo y beber líquidos abundantes, especialmente en climas cálidos y en pacientes con fiebre alta, para prevenir la deshidratación. En general se desaconsejan la aspirina y los antiinflamatorios no esteroideos (como el ibuprofeno) al inicio de los síntomas, y hasta que se confirme el diagnóstico, por si se tratase de un dengue.
7. ¿En qué medida podría afectar el virus Zika a España? ¿Se prevén casos autóctonos?
En España existen vectores competentes para la transmisión del virus (Aedes albopictus sobre todo en el litoral mediterráneo), una población susceptible y es posible la llegada de personas enfermas procedentes de áreas endémicas. Por lo tanto, es posible aunque poco probable que se produzcan brotes en nuestro país. Es fundamental realizar una evaluación rápida del riesgo de establecimiento y transmisión del virus Zika en España así como su posible impacto en la población.
8. Tras la reciente crisis del ébola, ¿está el sistema sanitario español preparado para la llegada del virus Zika? ¿Y respecto a otros países europeos?
En España, existe el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. Su función es coordinar la gestión de la información y respuesta ante situaciones de alerta o emergencia sanitaria nacional o internacional que supongan una amenaza para la salud de la población. La respuesta a nivel europeo se coordina a través del European Centre for Disease Prevention and Control. En ambas instituciones se elaboran las recomendaciones y acciones necesarias para la revención y control de esta epidemia. No obstante, la detección precoz de los casos, su cuidado y control corre por parte de médicos, generalmente infectólogos, y microbiólogos que deben tener una formación adecuada y actualizada en enfermedades infecciosas importadas. En nuestro país, a pesar de la falta de reconocimiento por parte de las autoridades de la especialidad de Enfermedades Infecciosas, los infectólogos y microbiólogos siempre hemos dado un paso adelante cuando se ha necesitado de nuestra colaboración como en la epidemia del Sida, la aparición de patógenos multirresistentes, el uso racional de los antimicrobianos, lasinfecciones en trasplantados, las infecciones por virus chikungunya o en emergencias como la del ébola. A diferencia de lo que ocurre en España, en la mayoría de los países europeos sí existe una especialidad en Enfermedades Infecciosas. No hace falta echar la vista atrás muchos años para comprobar que la emergencia y reemergencia de las infecciones son un problema de salud de primer orden. El incremento de los viajes, del comercio internacional y de las migraciones (forzosas en muchas ocasiones y en condiciones paupérrimas no pocas veces), contribuyen de manera fundamental a la extensión de organismos patógenos. A esto hay que sumar la facilidad y rapidez de las comunicaciones internacionales, y en el caso concreto de los migrantes irregulares y refugiados, las malas condiciones de su periplo migratorio. La introducción (o reemergencia) de patógenos exóticos es otro de los riesgos potenciales asociados a los movimientos poblacionales. Parásitos como el de la malaria, virus como el
Chikungunya, el dengue o el de la fiebre hemorrágica de Congo-Crimea, por poner algunos ejemplos, cuentan con vectores competentes en nuestro país. Es imprescindible por tanto garantizar que podremos contar con profesionales expertos y actualizados, no para las crisis futuras, sino para las que ya están ocurriendo.