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Concha lleva casi un año dejándose la piel junto a su
equipo, para demostrar que un programa matinal puede combinar temas tan
dispares como la política, el corazón y la sociedad, con elegancia y saber
hacer.
Tras conocer la popularidad al principio de su carrera
presentando los telediarios, pasó a dirigir con voz suave y firme varios
programas de radio, donde, como ella dice, aprendió de verdad el oficio de
periodista. Ahora, Concha ha vuelto a la televisión para reciclarse sin
complejos en ?Las mañanas de Cuatro?, en riguroso directo, y no se arrepiente
nada de la decisión, porque la adrenalina que le supone apostar cada día por su
nuevo programa le hace sentirse viva.
Es directora y presentadora del magazine ?Las mañanas
de Cuatro? ¿cómo es su día al frente del programa?
Pues frenético, aunque depende
de los días. Los primeros meses han sido extenuantes, había que crear el
programa y estábamos aquí desde las siete de la mañana hasta las ocho o nueve
de la tarde, hasta que decidí poner freno absoluto porque el equipo se me
estaba agotando. Ahora tenemos una reunión temprano, programamos los temas, hacemos
en directo el programa, y al terminar tenemos la reunión del día siguiente. Hay
días que nos quedamos a montar cosas que necesitan semanas, un programa de dos
horas y media largas diario devora tal cantidad de temas que se te va todo
¡volando! Con lo cual hay que trabajar mucho para mantener la tensión y el
interés del programa.
¿Qué le hizo volver al mundo televisivo después de
cinco años en las ondas?
Pues si te soy completamente
sincera he trabajado en los medios en la medida en que el proyecto era
interesante, sea radio o televisión. Fui conocida sobre todo por la televisión
inicialmente y luego me ofrecieron trabajo en la radio, con un equipo propio, así
que abandoné el telediario porque pensé que debía convertirme en una verdadera
periodista. Tuve el coraje de tomar la decisión de dejar un informativo con 20
millones de espectadores e irme a un programa de radio. Fue la decisión mejor
de mi vida, porque aprendí verdaderamente el oficio. Pero ahora ha surgido la
posibilidad de hacer un programa de estas características y como necesitaba un reciclaje televisivo, he
apostado por estar viva y rejuvenecer profesionalmente.
¿Cuál ha sido el invitado que más le ha gustado o
sorprendido en su programa?
Bueno, a veces te encuentras
con personajes anónimos que son verdaderos descubrimientos, pero
indiscutiblemente en el tiempo que yo he llevo en el programa he tenido a dos
personajes que además me han dado la expectación máxima en el programa. Uno es
Isabel Pantoja, que siempre te sorprende, es un personaje que estamos hartos de
ver en los medios, pero tiene algo especial, no es un personaje que puedas
definir de un plumazo. Cuando ella aparece moviendo su melena por los pasillos
la gente se aparta un paso. Es un personaje que nunca sabes además hasta qué
punto está siendo sincera, hasta qué punto no, hasta qué punto se emociona, con
ella una entrevista es de una tensión que para un entrevistador es muy
interesante. Luego he vuelto a recuperar a Felipe González, como político, y la
verdad es que me pareció que ha tenido un reciclaje personal espectacular, me
dio una entrevista muy interesante. Pero la sorpresa siempre llega por la parte
más desconocida, porque hay personajes a los que has entrevistado veinte veces
y a la veintiuna lo redescubres.
¿Cómo compaginas tu ajetreada vida profesional con tu
vida familiar?
Eso siempre es difícil, es un
mito, una utopía? La verdad es que lo llevo bastante bien. He tenido rachas,
sobre todo cuando mis hijos eran pequeños, pero ahora ya son mayores y lo que
hago es tener muy poca vida social. Hay tardes en que me impongo irme pronto
para estar con ellos, siempre hago los deberes con ellos, ceno con ellos, y eso
todos los días, los fines de semana, las vacaciones? ¡Yo voy pegada a mis
niños, yo salgo de Cuatro y soy tres!
¿Cómo llevan ellos el tema de la fama?
Lo llevan bien,
afortunadamente ellos no han conocido la verdadera popularidad del telediario. Eso
era una popularidad exagerada, pero ahora es sobrellevable, somos muchos los
que salimos en la tele. Yo creo que a ellos en el fondo les hace mucha gracia.
Mi hijo, que es más tímido, me pone siempre en mi sitio, como intente presumir
de algo? la niña lo que quiere es ser famosa ¡está muy enfadada porque no le
saco en todas partes! (se ríe). Pero
vamos yo creo que se sienten orgullosos, lo llevamos con naturalidad.
¿Es verdad que quieren ser periodistas?
Los dos hija mía, los dos. Yo
la verdad es que no les he animado nunca porque me parece que ahora es más
difícil que antes, me da miedo porque yo he tenido mucha suerte, pero pienso:
¿tendrán ellos la misma que yo? Pero un día que les estaba desanimando me dijo
mi hijo: ?pero mamá ¿no tienes confianza en nosotros?? Entonces les dije: ?hijos
míos, haced lo que os guste, esta profesión es maravillosa?. No quisiera que
les pasara factura el tema de ser hijos míos, como le pasa a Gonzalo permanentemente,
lo que pasa que Gonzalo, para mi admiración, es la persona con menos complejos
que yo he visto. Cuando le hablan de su madre demuestra una falta de prejuicios
y un respeto hacia ella maravillosos. Yo creo que hay que llevar estas cosas como todo en la vida, con naturalidad y
como vaya surgiendo.
¿Cómo hace para estar saludable con su ritmo de vida?
Me cuido bastante, mucho más
de lo que me cuidaba antes. Me encanta comer, llevo ya un tiempo comiendo cosas
sanas, pocos fritos, pocas grasas? Siempre he hecho algo de ejercicio, estoy
apuntada a un gimnasio de esos de barrio, pequeño, cuando puedo me escapo. De
farmacia no suelo tomar nada, porque además soy bastante hipocondríaca para el
tema de los medicamentos, a veces tomo jalea real cuando estoy muy baja, o vitaminas.
Y luego lo que tengo como ?dopaje? es que si tengo que trabajar muchas horas,
(esto es mi secretillo), siempre bien comida, me tomo una aspirina, chocolate y
un café. Me despeja mucho la cabeza, me da una energía impresionante.
¿Siempre has querido ser periodista?
Desde muy pequeña mi sueño
era ser bailarina, hacía como que llevaba un tutú y pegando saltos, el ballet
me emociona, es de mis pasiones, nunca fui a ballet, pero yo soñaba con eso,
pero muy pronto me entró el periodismo, a los 14 años tenía un amigo que me
metió el gusanillo en el cuerpo, y pensé que tenía que ser algo relacionado con
la gente, con la comunicación.
¿Tienes algún proyecto en mente? ¿No te gustaría
volver a presentar un programa de cine como La
gran Ilusión?
Ese fue uno de los programas más bonitos y maravillosos que he
hecho, fue un placer hacerlo. Hacer algo así en un futuro me encantaría, aunque
ahora no tengo nada de tiempo, este proyecto me ocupa todo. Yo quiero estar
activa siempre.Pero en el futuro me
gustaría hacer algo más sosegado, que requiera mucha emoción, no un programa
diario. Para hacer un programa diario ¡hay que tener mucha salud física y
psíquica! Pero estoy convencida y muy feliz de la decisión, al principio decía:
?¿dónde me he metido?? Cuando sonaba el despertador decía: ?¡no vale la pena! ?Pero
a medida que avanza el programa pienso que me va a ser muy difícil
desengancharme, me levanto con una adrenalina tremenda, el equipo es muy joven
y estar con gente así me da la vida, esas risas flojas, esa ilusión? Estoy
disfrutando mucho, creo que si me quitaran esto de golpe sentiría un tremendo
vacío.