«Llevo varios días con una llaga que me duele muchísimo, no puedo comer y no sé si sería conveniente ir al médico. ¿Me podría aconsejar algún producto para curármela?” Nos escribe… Jorge (Cuenca)

Las aftas o úlceras bucales (también denominadas estomatitis aftosa recurrente) son lesiones que aparecen sobre la mucosa de la boca. Sus localizaciones más frecuentes son la mucosa oral y labial, los bordes de la lengua, los surcos bucales y linguales y el paladar blando. Suelen tener una forma redondeada u oval, con una base amarillenta rodeada de un halo rojizo, y su diámetro varía entre 3-8 mm. Puede tratarse de una lesión única o pueden formar grupos de hasta 20 o más. Primero, producen ardor o picor intenso, antes de que aparezca la lesión (de 1-3 días). Es verdad que son muy dolorosas, a pesar de su pequeño tamaño. Estas lesiones curan espontáneamente en 10-14 días, sin dejar cicatriz. No suelen acompañarse de fiebre a no ser que se sobreinfecten.

De causa desconocida
Su causa es desconocida, aunque se considera que puede estar relacionado con una reacción inmunológica frente a las bacterias comunes de la flora bucal, falta de vitaminas, estrés, cambios hormonales o alergias alimentarias. También existe cierta predisposición genética. En el caso de las aftas de origen traumático, suelen derivarse de una herida en la mucosa bucal causada por el cepillo de dientes, prótesis dentales, mordeduras en la pared de la boca o la lengua, la ingestión de alimentos o bebidas muy calientes…

¿Son graves?
La mayor parte de las aftas bucales son de carácter limitado. Si estas lesiones no curan en el término de dos semanas (7 a 10 días en el caso de un fumador), se repiten con demasiada frecuencia o no tienen un origen traumático, deberás acudir a tu médico para que estudie si existe una enfermedad subyacente. El diagnóstico se hará mediante un análisis de sangre y, en caso de ser necesario, te realizará una biopsia de la lesión.

¿Cuál es el tratamiento?
El único tratamiento posible va dirigido a aliviar el dolor y reducir la inflamación.

• Es recomendable evitar las comidas muy condimentadas y los alimentos de fuerte sabor ácido, como los cítricos, hasta que las úlceras se hayan curado.

Anestésicos locales: para reducir la sensibilidad al dolor.

• Suele utilizarse la lidocaína al 2%, en enjuagues orales cada 3 horas o antes de las comidas.

Antiinflamatorios tópicos: para reducir el componente inflamatorio. Se suelen emplear los corticosteroides, como la hidrocortisona y análogos de la carbenoxolona. Se utilizan en forma de tabletas de disolución oral, geles, soluciones para hacer enjuagues… Suelen contener además un antiinfeccioso y antiséptico local que actúa contra las bacterias presentes en la cavidad bucal, previniendo las sobreinfecciones.

 

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Redacción Consejos

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