evitar una gingivitis y periodontitis

Proteger tu boca es proteger tu salud general

Detectar a tiempo una gingivitis es fundamental para evitar su progresión a periodontitis y sus posibles complicaciones con algunas enfermedades sistémicas como el infarto de miocardio. Te explicamos por qué es tan importante mantener unos hábitos de higiene bucodental saludables para preservar con ello tu estado de salud general.

¿Qué es la gingivitis y por qué es importante tratarla?

La gingivitis es la inflamación, hinchazón y sangrado del tejido de la encía. Constituye la primera fase de la enfermedad periodontal y, de evolucionar a su segunda fase, la periodontitis, puede terminar destruyendo las encías y el hueso que sujeta los dientes, de ahí que sea tan importante tratar la gingivitis y evitar su evolución.

Según explican desde el Consejo General de Dentistas de España, la periodontitis es el motivo principal de pérdida de tejido óseo y de la caída dental en los adultos, de ahí que sea tan importante que la gingivitis no vaya a más.

De no tratarse a tiempo, avanzan progresivamente, pudiendo provocar también afecciones cardiovasculares, respiratorias y metabólicas en nuestro organismo (enfermedades sistémicas).

Causas y factores de riesgo de la gingivitis

Placa bacteriana y sarro dental

Placa bacteriana y sarro dental

Esta inflamación, hinchazón y sangrado del tejido de la encía está provocada por la acumulación de placa bacteriana, una película transparente y pegajosa compuesta de desechos de alimentos y bacterias que, de no retirarse con un correcto cepillado de los dientes, termina por convertirse en una sustancia dura y amarillenta llamada sarro, muy difícil de quitar, que irrita e inflama las encías, y a la larga puede terminar comprometiendo los dientes.

El sarro también se encuentra en los dientes bajo las encías y solo puede ser eliminado por el dentista o higienista dental con los utensilios adecuados.

Malos hábitos de higiene bucodental

Siempre se ha dicho que la salud bucodental está directamente relacionada con la higiene que prestemos a nuestra boca. Y en el caso de la gingivitis es determinante, ya que la eliminación correcta de placa puede evitar la evolución a periodontitis.

Entre los malos hábitos de higiene bucodental que pueden propiciar la aparición de gingivitis están el uso de un cepillo inadecuado, una mala técnica de cepillado que no incida en la cara interna y externa de los dientes, no utilizar seda dental, hilo dental o cepillos interproximales, no limpiar la lengua o no cambiar el cepillo cada tres meses o si las cerdas están deformadas y han perdido eficacia.

No hay que olvidar que el apiñamiento dental y otros problemas de malposición dentaria pueden dificultar la realización de una completa limpieza oral diaria y elevar el riesgo de una gingivitis, por lo que en estos casos, realizar limpiezas periódicas en consulta con el material adecuado es imprescindible para evitar la formación de sarro.

Factores de estilo de vida y enfermedades sistémicas

Los expertos mundiales hacen llamamientos constantes a controlar la gingivitis y no esperar hasta que se desarrolle la periodontitis. En ello tiene mucho que ver su relación con algunas enfermedades sistémicas cardiovasculares, respiratorias y metabólicas.

Por ejemplo, la relación entre los infartos de miocardio y la periodontitis está descrita desde los años 80, y desde entonces, numerosos estudios han demostrado la relación real existente entre periodontitis y enfermedades cardiovasculares como endocarditis bacteriana, infarto del miocardio, cardiopatía isquémica, trombosis, insuficiencia coronaria y venas varicosas. Ello ocurre porque los microorganismos de la enfermedad periodontal provocan la inflamación del endocardio cuando pasan al torrente sanguíneo y se alojan en válvulas anómalas del corazón y en tejidos cardíacos previamente dañados.

Entre las enfermedades respiratorias que se relacionan con la enfermedad periodontal están la neumonía bacteriana, la bronquitis, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y los abscesos pulmonares. Estas enfermedades se producen por la aspiración de bacterias que desde las bolsas periodontales se extienden al tracto respiratorio bajo hasta llegar al pulmón.

Y por último, según explican desde el Consejo General de Dentistas de España, otras enfermedades que se relacionan con la enfermedad periodontal son la «diabetes mellitus, afecciones renales, trastornos cerebrovasculares y determinadas complicaciones del embarazo, como un parto prematuro y bajo peso al nacer». La gingivitis del embarazo es muy común y afecta a entre un 60-75% de las mujeres embarazadas.

Aunque existe una predisposición genética a la gingivitis y la periodonitis, según explica la doctora Olalla Argibay, vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA), existen factores comunes relacionados con el estilo de vida que agravan la periodontitis y predisponen a sus complicaciones con otras enfermedades sistémicas, como el tabaquismo (el factor de riesgo principal, que interfiere con la cicatrización de los tejidos), el estrés, la obesidad, la diabetes y una dieta poco saludable.

Síntomas y tratamiento de la gingivitis

Los síntomas más frecuentes de la gingivitis son el enrojecimiento de la zona y el sangrado de las encías. En este momento aún es reversible, pudiendo modificar el curso de la enfermedad periodontal mediante una buena higiene que permita eliminar la placa bacteriana. Es fundamental la visita periódica al dentista para que realice una limpieza profesional al menos una vez al año.

Cuando la enfermedad entra en una fase posterior (periodontitis), el aparato de inserción se ve comprometido.

Para prevenir la progresión de la enfermedad periodontal es necesario inculcar hábitos de higiene oral adecuados, abandonar el hábito tabáquico y puedan prevenir que la afección periodontal vuelva a manifestarse.

Hay que tener en cuenta que una higiene bucal inapropiada (cepillado o pasado del hilo dental de forma incorrecta o poco frecuente); tensiones emocionales; desequilibrios hormonales como los que conlleva el embarazo o la menstruación; deficiencias nutricionales; enfermedades como la diabetes y la osteoporosis; y el consumo de medicamentos como antibióticos, anticoagulantes, antihipertensivos, antiepilépticos e inmuno-depresores, son factores de riesgo que pueden propiciar la aparición de gingivitis y sus complicaciones.

Así se realiza el diagnóstico

Para realizar un diagnóstico correcto de gingivitis, el dentista toma como base tanto los antecedentes médicos y dentales, como las enfermedades que pueden contribuir a causar los síntomas.

Igualmente será necesario que realice un examen de los dientes, las encías, la boca y la lengua para buscar signos de placa e inflamación, midiendo la profundidad de la bolsa de la ranura entre la encía y los dientes (una profundidad saludable de la bolsa suele ser de entre 1 y 3 milímetros y mayor de 4 ya indica presencia de gingivitis) con una sonda dental.

Para un correcto diagnóstico, el dentista suele ayudarse también de radiografías dentales con objeto de verificar si la masa ósea ha disminuido en zonas de bolsas de mayor profundidad.

*Fuente: Consejo General de Dentistas

El tratamiento en dos fases

Limpieza profesional

Limpieza profesional

La finalidad del tratamiento para la gingivitis es aliviar o detener la evolución de la enfermedad periodontal.

Además de las visitas regulares al dentista para que realice un examen de los dientes, las encías, la boca y la lengua y pueda detectar signos de placa e inflamación, es conveniente realizar una profilaxis profesional en consulta al menos una vez al año para eliminar las bacterias acumuladas.

Esta limpieza consiste en un procedimiento denominado «raspado y alisado radicular». El raspado elimina el sarro y las bacterias de la superficie de los dientes y debajo de las encías.

Según explican desde el Consejo General de Dentistas, «el alisado radicular elimina los productos bacterianos producidos por la inflamación, suaviza la superficie de las raíces (lo que evita futuras acumulaciones de sarro y bacterias) y facilita la curación adecuada». Este procedimiento se puede realizar con instrumentos, un láser o un dispositivo ultrasónico.

En enfermedades cuyo estado es más grave se considerará acceder a las bolsas periodontales profundas realizando una cirugía periodontal y se valora la necesidad de aplicar técnicas de regeneración ósea: si las encías están muy retraídas puede llevarse a cabo una cirugía periodontal con injertos para cubrir la parte que se ha perdido tras su deterioro.

Prevención de la gingivitis

Hábitos de higiene bucal adecuados

Hábitos de higiene bucal adecuados

En cuanto a los hábitos de higiene bucodental, lo ideal para retirar la placa bacteriana a diario en casa y evitar su conversión a sarro, es utilizar un cepillo de dientes de textura media, que no produce daños en las encías y limpiar concienzudamente los dientes después de cada comida, sobre todo antes de dormir, momento en que la producción de saliva y los movimientos de la lengua disminuyen, lo que favorece la formación de placa bacteriana.

La técnica correcta para el cepillado consiste en dividir la boca en cuatro secciones, colocando el cepillo en un ángulo de 45º y moviéndolo siempre en sentido descendente (de arriba a abajo), y de manera vertical, ya que si lo hacemos en horizontal, terminaremos dañando las encías. Siempre hay que limpiar la cara externa e interna de los dientes, así como la superficie masticatoria por un tiempo mínimo de 2 minutos, es decir, 30 segundos para cada uno de los sectores en los que hemos dividido la boca.

Por último, hay que prestar atención a la lengua y limpiarla, bien con el mismo cepillo de atrás hacia delante, o ayudándonos con un raspador lingual.

Para eliminar restos entre las piezas dentales de difícil acceso debemos eliminar los de placa y comida con ayuda de hilo o seda dental, o con cepillos interproximales, al menos una vez al día.

Además, se recomienda no aclararse los dientes tras el cepillado ya que se elimina el efecto de la pasta y el el flúor.

Colutorios y enjuagues antimicrobianos

Los antisépticos bucales (generalmente colutorios o enjuagues antimicrobianos) pueden desempeñar un papel clave a la hora de prevenir una gingivitis y su posterior progresión a periodontitis, así como su recurrencia, dada su capacidad para reducir la formación de biofilm dental.

Según las conclusiones de los expertos mundiales reunidos en la Casa de las Encías en Madrid, organizada por la Sociedad Española de Periodoncia (Sepa), dependiendo de los principios activos que incluyan, pueden «ayudar a reducir la carga bacteriana, funcionar como complemento en las prácticas diarias de higiene bucal, ayudar a reducir los índices de placa e inflamación o, incluso, incorporarse como recursos adicionales en programas de mantenimiento periodontal, ayudando a preservar la salud y el soporte periodontal, así como colaborando en el éxito a largo plazo del tratamiento periodontal».

De ahí que incorporarlos a la rutina de limpieza bucodental constituya un freno real para evitar la progresión de la enfermedad y sus posibles complicaciones con las enfermedades sistémicas.

Dieta saludable

Para prevenir la gingivitis, es conveniente seguir una dieta equilibrada que evite la formación de placa bacteriana. Debe ser una dieta en la que se reduzcan los hidratos de carbono fermentables y se aumenten los alimentos ricos en fibra (frutas, preferentemente tomadas en las comidas, y verduras), así como los alimentos ricos en vitaminas D (huevos, leche, aguacate), C (kiwis, naranjas, pimientos) y ricos en ácidos grasos Omega 3 (pescado azul) y en antioxidantes como los frutos rojos y el té verde.

También es bueno incorporar alimentos ricos en proteínas como pescados, carnes, etc., que no son cariógenos, y alimentos grasos como aceites, mantequillas, frutos secos (nueces, almendras…), margarinas, semillas, etc., que tampoco son cariógenos.

Y por supuesto evitar el alcohol y las bebidas azucaradas, el azúcar blanco y moreno, las melazas, golosinas, dulces, snacks, bollería y cereales de desayuno azucarados o con chocolate, barritas de cereales/energéticas, miel, zumos (tanto naturales como comerciales), mermeladas, frutas en almíbar, batidos y yogures y demás lácteos azucarados.


Terapias complementarias y naturales

También puedes probar con enjuagues y pastas dentales que contengan tomillo, un desinfectante natural que puede usarse a diario por su efecto balsámico en las encías y tejidos y por sus efectos a la hora de equilibrar nuestro PH; agua de rosas, que contiene altos niveles de vitamina C y sirve para reforzar los tejidos de las encías; aceite esencial de romero, que sirve para cuidar y regenerar las encías; extracto de caléndula para aliviar las molestias en caso de irritación de encías; aloe vera, de acción antiinflamatoria y regeneradora de las encías; aceite esencial del árbol del té, muy potente su acción y por eso se debe seguir muy bien las instrucciones. «Es regenerador, antibacteriano y antiséptico realiza una gran función tanto en los enjuagues como en pastas de dientes», explica la farmacéutica experta en fitoterapia María Sastre.


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Paula Rivero

Soy de la primera promoción de Periodismo que salía del "horno" de Sevilla (en todos los sentidos), allá por el año 94, estudios que completé con los de Historia Contemporánea, licenciándome en...