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12 de mayo, Día Europeo de la Periodoncia
Aunque son bien conocidos los efectos del tabaco sobre la salud general, existe aún un cierto desconocimiento social sobre su influencia en la salud bucal. Para tratar de arrojar luz sobre este aspecto el Grupo de Trabajo de la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) y el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) ha elaborado un informe sobre “Cesación Tabáquica y Salud Bucal”, donde se recoge también una amplia bibliografía y respuestas a las preguntas más comunes que se plantean sobre este tema. El objetivo, además, es poner de relieve el importante papel que pueden desempeñar los profesionales de la salud bucal en la prevención del tabaquismo, así como en la instauración de medidas de deshabituación y la difusión de consejos para los fumadores desde la consulta dental.
“El tabaco afecta prácticamente a todo el organismo, pero al entrar en el cuerpo humano por la boca, es allí donde se manifiestan los primeros problemas que ocasiona. Si dejamos al margen el cáncer oral, los principales problemas los causa a nivel periodontal, por lo que la idea de realizar este informe, además de excelente, era muy lógica”, asegura el Dr. Adrián Guerrero, presidente de SEPA. Además, como señala el presidente de la Red Europea de Prevención del Tabaquismo, Francisco Rodríguez Lozano, “el dentista está en una posición excepcional para transmitir mensajes de salud, pues por su consulta pasa (o debería pasar) toda la población (incluso sin estar enferma), y en la actualidad la red de clínicas dentales en España es extensísima, llegando a lugares donde no lo hacen ni los centros de salud”.
Riesgo de perder un implante dental
Según este informe, el tabaco influye negativamente en la salud bucal, siendo un factor de riesgo para la aparición de cáncer oral, diferentes lesiones de las mucosas, enfermedades periodontales y periimplantarias. Entre otros efectos, el hábito tabáquico favorece el desarrollo y progresión de la periodontitis, limita la respuesta al tratamiento periodontal y tiene graves consecuencias en la terapia de implantes. Esto puede conllevar, entre otras consecuencias, la pérdida dentaria, peor calidad de vida y empeoramiento de la salud general por las implicaciones sistémicas de la periodontitis.
“El tabaquismo no solo incrementa el riesgo de desarrollo de periodontitis, sino que también afecta de manera muy significativa a la respuesta a la terapia periodontal, tanto quirúrgica como no quirúrgica”, informa la Dra. Regina Dalmau, presidenta del CNPT. Por distintos mecanismos, el tabaco promueve el estado proinflamatorio que subyace a la enfermedad periodontal, altera las barreras naturales contra la infección y daña directamente las células epiteliales orales. En definitiva, como coinciden en señalar las doctoras Regina Dalmau y Regina Izquierdo (esta última vocal de la Junta Directiva de SEPA), “la salud bucodental se ve claramente deteriorada por el tabaquismo”. El mensaje positivo, que lo hay, “es que muchos problemas bucodentales son prevenibles o mejorables si se consolida el cese tabáquico”, afirman estas expertas.
El hábito tabáquico tiene muchos efectos negativos en la cavidad oral. Desde el punto de vista cualitativo, “su relación con el cáncer oral es obviamente el efecto nocivo más grave a tener en cuenta, así como su relación con otras lesiones potencialmente malignas de la mucosa oral”, indica la periodoncista Regina Izquierdo. Pero, cuantitativamente, su importancia radica más en la periodontitis, dado que esta enfermedad afecta a un importante porcentaje de la población adulta (se estima que 8 de cada 10 adultos de más de 35 años en España tienen alguna enfermedad periodontal).
El tabaco contribuye al desarrollo de los casos más graves de periodontitis. De hecho, es un factor de riesgo independiente para la aparición de enfermedad periodontal, habiéndose demostrado que los fumadores presentan entre 2,5 y 6 veces más riesgo de pérdida de inserción dental que los no fumadores. Además, los estudios comparativos entre pacientes periodontales fumadores y no fumadores concluyen que los fumadores presentan mayor riesgo de progresión de la enfermedad y mayor pérdida de dientes, peor respuesta al tratamiento periodontal y peor cicatrización de los tejidos, así como una mayor tasa de fracasos en el tratamiento con implantes dentales y un mayor riesgo de desarrollar infecciones alrededor de los implantes (periimplantitis).