soluciones al pelo encrespado

Como prevenir la sequedad y el encrespamiento

Guía práctica con 12 pasos esenciales para mantener tu cabello sano y prevenir el daño capilar.

Desde que nos ponemos “en modo vacaciones”, el pelo es uno de los elementos que más sufren las consecuencias del sol, el cloro, la sal y la humedad. La consecuencia: pierde su tono vital, se reseca, se encrespa, se abren las puntas y adquiere ese aspecto “frizz” que hace de la peluquería una parada obligatoria para someterlo a un buen reseteo a la vuelta.

El calor, el sol, el cloro de las piscinas y la sal del mar son los compañeros habituales del mes de agosto y los chivatos que hacen evidente “lo bien que lo hemos pasado” en verano: el pelo se reseca, se abren las puntas, se vuelve áspero, se encrespa y adquiere un tono opaco muy delator. La suma de todos estos factores da como resultado el llamado efecto “frizz”, que se ceba más con el pelo seco, rizado y también “las prefiere rubias”. Por si fuera poco, el ciclo de vida del cabello se acelera, lo que, unido a la mayor agresión infligida durante el verano, hace aumentar la caída capilar hasta cuatro veces de cara al otoño. La cuestión es, ¿estamos a tiempo de evitarlo? 

Manual para no volver con el “pelo frito”

  1. Paso 1, visita la peluquería para sanear el pelo: cortar las puntas y hacer un tratamiento hidratante y nutritivo previo a las vacaciones ayudará a sellar la cutícula y aportará los nutrientes necesarios para que el pelo se mantenga sano, bonito y, sobre todo, protegido durante la estación veraniega. Y en la medida de lo posible, evita los tintes, ya que los procesos de coloración y decoloración pueden alterar la estructura del cabello haciendo que pierda fuerza. Lo ideal es dejarlo descansar del tinte durante unos meses. 
  2. Paso 2, protégelo del sol y las altas temperaturas: siempre que vayas a la playa o la piscina y antes de la exposición solar aplica en el pelo y cuero cabelludo productos de fotoprotección capilar que incorporen filtros UVA y UVB. Y no te olvides de cubrirlo con sombreros, pañuelos y gorras para evitar el contacto directo con el sol. Según explica Cristina Batres, farmacéutica en farmacia Ibiza de Benidorm, “entre los efectos de las altas temperaturas hay que destacar el aumento del riego sanguíneo en el cuero cabelludo, que produce una aceleración del ciclo de vida del cabello propiciando que, cuando llegue el otoño y se produzca una caída brusca de la temperatura ambiental, el cabello se debilite y caiga”.
  3. Paso 3, protégelo del salitre y el cloro: que secan y debilitan el pelo. El salitre atrae más agua al cabello, formando más cristales de sal, un proceso que elimina la humedad del interior del cabello, provocando sequedad y favoreciendo que se quiebre. En el caso del cloro, lo decolora y le hace perder su brillo y vitalidad. Por lo tanto, tras el baño conviene aclarar siempre el cabello con agua dulce para eliminar los residuos de sal y cloro que quedan en la melena para así protegerla de sus efectos nocivos. 
  4. Paso 4, evita el sudor: el sudor del cuero cabelludo crea una capa de sal y agua que puede dañar la melena al obstruir los poros y resecar el cabello, pudiendo conducir a su rotura, además de provocar picor e irritaciones. 
  5. Paso 5, en la medida de lo posible, no te cepilles con el pelo mojado: las jornadas de mar y piscina hacen más frecuente el cepillado del cabello húmedo aumentando el riesgo de rotura. 
  6. Paso 6, desenrédalo antes de lavar: cuánto más desenredado esté antes de lavarlo mejor, ya que el pelo mojado es más frágil y se puede romper con más facilidad. Es conveniente cepillarse el pelo suavemente todas las noches para exfoliar el cuero cabelludo y estimular la circulación sanguínea, lo que favorece su crecimiento. 
  7. Paso 7, lávalo a conciencia: eligiendo productos específicos según sea seco, normal o graso, y sin excedernos en la cantidad, ya que el exceso de producto hace que se asfixie el folículo piloso, pudiendo propiciar la caída. La raíz es la zona más importante por lo que es bueno masajear el cuero cabelludo despacio durante unos minutos para activar la circulación. 
  8. Paso 8, aplica acondicionador para nutrir las fibras capilares: después de aclarar hay que aplicar acondicionador para evitar que se abran las cutículas y aparezca el encrespamiento. Una forma sencilla de mantener el “frizz” bajo control es aplicar productos de raíz a puntas que humecten las fibras capilares, para que no absorban más humedad de la necesaria. También se pueden usar aceites capilares como el de argán o de almendras, que protegen el pelo de las agresiones externas y aportan suavidad, facilitando el peinado.
  9. Paso 9, sécalo sin frotar:  preferentemente con una toalla de microfibra, más efectiva para eliminar la humedad sin causar encrespamiento. 
  10. Paso 10, huye de las fuentes de calor: el uso frecuente de fuentes de calor como secadores y planchas para el pelo son factores que debilitan la estructura capilar e incrementan el efecto “frizz”. 
  11. Paso 11, hidrátalo en profundidad: de 2 a 3 veces por semana con cosmética capilar (champús, acondicionadores y mascarillas) que incluya en su formulación manteca de karité, aguacate o aloe vera, para proteger, fortalecer y alisar el cabello. 
  12. Paso 12, aplícale cuidados capilares “extra” que aporten los nutrientes necesarios para favorecer el crecimiento capilar y evitar su caída. Las fórmulas que incorporan metilsulfonilmetano (MSM), un activo que mantiene la estructura del cabello al estimular la síntesis de la queratina (una proteína que compone la fibra capilar), propician el crecimiento sano y fuerte del cabello. “El metilsulfonilmetano es necesario para la producción de colágeno y queratina, por lo que se convierte en un ingrediente clave para atenuar todos los tipos de caída capilar y ayudar al fortalecimiento y el anclaje, además de reducir la aparición de canas”, afirma Julia Chacón, CEO y fundadora de Luxmetique.

La dieta ayuda

Algunas vitaminas y minerales son especialmente buenas para el pelo y ayudan a mantenerlo sano y fuerte. Es el caso de la vitamina B6, una vitamina hidrosoluble que interviene en la síntesis normal de la cisteína, un aminoácido que se encuentra en el cabello. Los principales alimentos que contienen vitamina B6 son algunas carnes como el pollo y el cerdo, pescados, legumbres, nueces y las patatas. También la vitamina E, presente en frutos secos, semillas, aceite de oliva virgen extra, vegetales de hojas verdes y pescados azules, contribuye a la protección de las células frente al daño oxidativo de los radicales libres. La biotina es una vitamina del grupo B cuyo déficit puede causar debilitamiento del cabello. Se encuentra en el huevo, los frutos secos y los cereales y estimula el crecimiento del cabello. En el capítulo de los minerales destacan el zinc, presente en alimentos de origen marino como los crustáceos y moluscos, además de en las carnes y los lácteos; y el hierro, que ayuda a transportar oxígeno al organismo y está presente en carnes, legumbres, pescado, hígado, frutos secos, cereales y vegetales de hoja verde.

Desde que nos ponemos “en modo vacaciones”, el pelo es uno de los elementos que más sufren las consecuencias del sol, el cloro, la sal y la humedad. La consecuencia: pierde su tono vital, se reseca, se encrespa, se abren las puntas y adquiere ese aspecto “frizz” que hace de la peluquería una parada obligatoria para someterlo a un buen reseteo a la vuelta.

El calor, el sol, el cloro de las piscinas y la sal del mar son los compañeros habituales del mes de agosto y los chivatos que hacen evidente “lo bien que lo hemos pasado” en verano: el pelo se reseca, se abren las puntas, se vuelve áspero, se encrespa y adquiere un tono opaco muy delator. La suma de todos estos factores da como resultado el llamado efecto “frizz”, que se ceba más con el pelo seco, rizado y también “las prefiere rubias”. Por si fuera poco, el ciclo de vida del cabello se acelera, lo que, unido a la mayor agresión infligida durante el verano, hace aumentar la caída capilar hasta cuatro veces de cara al otoño. La cuestión es, ¿estamos a tiempo de evitarlo? 

Manual para no volver con el “pelo frito”

  1. Paso 1, visita la peluquería para sanear el pelo: cortar las puntas y hacer un tratamiento hidratante y nutritivo previo a las vacaciones ayudará a sellar la cutícula y aportará los nutrientes necesarios para que el pelo se mantenga sano, bonito y, sobre todo, protegido durante la estación veraniega. Y en la medida de lo posible, evita los tintes, ya que los procesos de coloración y decoloración pueden alterar la estructura del cabello haciendo que pierda fuerza. Lo ideal es dejarlo descansar del tinte durante unos meses. 
  2. Paso 2, protégelo del sol y las altas temperaturas: siempre que vayas a la playa o la piscina y antes de la exposición solar aplica en el pelo y cuero cabelludo productos de fotoprotección capilar que incorporen filtros UVA y UVB. Y no te olvides de cubrirlo con sombreros, pañuelos y gorras para evitar el contacto directo con el sol. Según explica Cristina Batres, farmacéutica en farmacia Ibiza de Benidorm, “entre los efectos de las altas temperaturas hay que destacar el aumento del riego sanguíneo en el cuero cabelludo, que produce una aceleración del ciclo de vida del cabello propiciando que, cuando llegue el otoño y se produzca una caída brusca de la temperatura ambiental, el cabello se debilite y caiga”.
  3. Paso 3, protégelo del salitre y el cloro: que secan y debilitan el pelo. El salitre atrae más agua al cabello, formando más cristales de sal, un proceso que elimina la humedad del interior del cabello, provocando sequedad y favoreciendo que se quiebre. En el caso del cloro, lo decolora y le hace perder su brillo y vitalidad. Por lo tanto, tras el baño conviene aclarar siempre el cabello con agua dulce para eliminar los residuos de sal y cloro que quedan en la melena para así protegerla de sus efectos nocivos. 
  4. Paso 4, evita el sudor: el sudor del cuero cabelludo crea una capa de sal y agua que puede dañar la melena al obstruir los poros y resecar el cabello, pudiendo conducir a su rotura, además de provocar picor e irritaciones. 
  5. Paso 5, en la medida de lo posible, no te cepilles con el pelo mojado: las jornadas de mar y piscina hacen más frecuente el cepillado del cabello húmedo aumentando el riesgo de rotura. 
  6. Paso 6, desenrédalo antes de lavar: cuánto más desenredado esté antes de lavarlo mejor, ya que el pelo mojado es más frágil y se puede romper con más facilidad. Es conveniente cepillarse el pelo suavemente todas las noches para exfoliar el cuero cabelludo y estimular la circulación sanguínea, lo que favorece su crecimiento. 
  7. Paso 7, lávalo a conciencia: eligiendo productos específicos según sea seco, normal o graso, y sin excedernos en la cantidad, ya que el exceso de producto hace que se asfixie el folículo piloso, pudiendo propiciar la caída. La raíz es la zona más importante por lo que es bueno masajear el cuero cabelludo despacio durante unos minutos para activar la circulación. 
  8. Paso 8, aplica acondicionador para nutrir las fibras capilares: después de aclarar hay que aplicar acondicionador para evitar que se abran las cutículas y aparezca el encrespamiento. Una forma sencilla de mantener el “frizz” bajo control es aplicar productos de raíz a puntas que humecten las fibras capilares, para que no absorban más humedad de la necesaria. También se pueden usar aceites capilares como el de argán o de almendras, que protegen el pelo de las agresiones externas y aportan suavidad, facilitando el peinado.
  9. Paso 9, sécalo sin frotar:  preferentemente con una toalla de microfibra, más efectiva para eliminar la humedad sin causar encrespamiento. 
  10. Paso 10, huye de las fuentes de calor: el uso frecuente de fuentes de calor como secadores y planchas para el pelo son factores que debilitan la estructura capilar e incrementan el efecto “frizz”. 
  11. Paso 11, hidrátalo en profundidad: de 2 a 3 veces por semana con cosmética capilar (champús, acondicionadores y mascarillas) que incluya en su formulación manteca de karité, aguacate o aloe vera, para proteger, fortalecer y alisar el cabello. 
  12. Paso 12, aplícale cuidados capilares “extra” que aporten los nutrientes necesarios para favorecer el crecimiento capilar y evitar su caída. Las fórmulas que incorporan metilsulfonilmetano (MSM), un activo que mantiene la estructura del cabello al estimular la síntesis de la queratina (una proteína que compone la fibra capilar), propician el crecimiento sano y fuerte del cabello. “El metilsulfonilmetano es necesario para la producción de colágeno y queratina, por lo que se convierte en un ingrediente clave para atenuar todos los tipos de caída capilar y ayudar al fortalecimiento y el anclaje, además de reducir la aparición de canas”, afirma Julia Chacón, CEO y fundadora de Luxmetique.

La dieta ayuda

Algunas vitaminas y minerales son especialmente buenas para el pelo y ayudan a mantenerlo sano y fuerte. Es el caso de la vitamina B6, una vitamina hidrosoluble que interviene en la síntesis normal de la cisteína, un aminoácido que se encuentra en el cabello. Los principales alimentos que contienen vitamina B6 son algunas carnes como el pollo y el cerdo, pescados, legumbres, nueces y las patatas. También la vitamina E, presente en frutos secos, semillas, aceite de oliva virgen extra, vegetales de hojas verdes y pescados azules, contribuye a la protección de las células frente al daño oxidativo de los radicales libres. La biotina es una vitamina del grupo B cuyo déficit puede causar debilitamiento del cabello. Se encuentra en el huevo, los frutos secos y los cereales y estimula el crecimiento del cabello. En el capítulo de los minerales destacan el zinc, presente en alimentos de origen marino como los crustáceos y moluscos, además de en las carnes y los lácteos; y el hierro, que ayuda a transportar oxígeno al organismo y está presente en carnes, legumbres, pescado, hígado, frutos secos, cereales y vegetales de hoja verde.

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Paula Rivero

Soy de la primera promoción de Periodismo que salía del "horno" de Sevilla (en todos los sentidos), allá por el año 94, estudios que completé con los de Historia Contemporánea, licenciándome en...