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Dolor articular y muscular, fatiga crónica, problemas de concentración y de memoria, problemas respiratorios, alteraciones del sueño, ansiedad, depresión, dolores de cabeza… Muchas mujeres portadoras de prótesis mamarias refieren esta sintomatología que las limita en su día a día. Sin embargo, a día de hoy puede decirse que los implantes mamarios son seguros y raramente producen efectos secundarios. Tomamos el pulso a una experta que nos aclara todas las cuestiones.
Según la doctora Margarita Rodriguez de Azero, secretaria general de la Asociación Española de Cirugía Estética Plástica (AECEP), “es cierto que hay unos síntomas que se están relacionando con los implantes mamarios, fatiga crónica principalmente. Aunque aún no se ha determinado si se puede catalogar o no como enfermedad, sí es verdad que hay una tendencia a que estos síntomas puedan estar ligados a las prótesis. Y también es cierto que cuando se retiran suelen mejorar”, explica. No obstante, la doctora Rodríguez de Azero explica que a día de hoy los procedimientos han mejorado mucho y cada vez son más raras las complicaciones que pueda haber asociadas a una reconstrucción mamaria u operación de aumento de pecho. En cualquier caso, la experta insiste en la conveniencia de que las mujeres portadoras de implantes mamarios se realicen una revisión anual o bienal, a través de una ecografía, y que acudan a su cita con su cirujano plástico. Igualmente, a los diez años “es aconsejable que se realicen una resonancia magnética para valorar el estado real de las prótesis, y a los quince años, aproximadamente realizar un cambio de las prótesis”, afirma.
Un estudio reciente realizado por el MD Anderson Cancer Center asocia los implantes mamarios de silicona con el riesgo de sufrir varias enfermedades, entre ellas cáncer y diversos trastornos autoinmunes.
Todas las opciones
Según explica la doctora Rodríguez de Azero, existen distintas opciones a la hora de hacer una reconstrucción mamaria o una operación estética de aumento de pecho: con implantes mamarios, con tejidos propios (músculo, piel o grasa), lo que se conoce como reconstrucción autóloga, o mediante una combinación de ambas. “No hay una mejor que la otra, sino que, dependiendo de la paciente, del tipo de mama que tenga y su tejido, puede ser más conveniente una u otra, ya que todos los implantes son beneficiosos dependiendo de cada mama”, explica. Según esta experta, existe la reconstrucción con tejido autólogo, ya sea por un lipofilling o un lipofilling seriado, o con colgajos autólogos (provenientes de la propia paciente) de piel muscular y grasa, y a veces incluso existe la combinación de prótesis con estos tejidos autólogos, o la utilización de las prótesis directamente. “Con estas prótesis, a veces es necesario expandir el tejido y entonces usaríamos o bien prótesis expansoras, con las que conseguiríamos realizar una reconstrucción en un solo tiempo, o una primera intervención en la cual pondríamos un expansor que durante un tiempo vamos rellenando en consulta y posteriormente cambiamos por una prótesis definitiva”, explica la doctora.
Tipos de implante y dudas que generan
- La primera pregunta que surge a la hora de plantearse una reconstrucción mamaria o una cirugía estética de aumento de pecho con implantes es acerca de su seguridad. Sobre esta cuestión, la doctora Rodríguez de Azero nos explica que existen dos tipos de implantes, de silicona y de solución salina. “En EEUU solo se pueden usar los de solución salina, mientras que en Europa usamos los implantes de silicona, prácticamente en el 95% de los casos, ya que son muy seguros y más fiables, ya que los de solución salina suelen ir poco a poco perdiendo el líquido, aunque es cierto que, en algunos casos, pueden ser una buena opción. De hecho, existen prótesis expansoras que en parte están rellenas de silicona y en la parte que va a ser expandida posteriormente, se rellena con suero fisiológico y en este caso las dos son viables”, afirma.
- Otra cuestión frecuente es si el implante puede tener efectos secundarios. Según la experta, un efecto secundario de un implante puede ser la formación de una cápsula alrededor del implante. “Esta cápsula, que se forma en el 100% de los casos, solamente en aproximadamente un 5% puede producir una contractura, es decir, que se vuelva patológica y cada vez requiriera más tejido y comprima más el implante, de manera que se vea abocada a una constricción de la prótesis, que, según el grado de la contractura capsular, puede provocar una retracción de la prótesis y por lo tanto un dolor importante”, explica. Esta contractura capsular a menudo se conoce como un mal llamado rechazo, en el que influye la técnica quirúrgica, el tipo de prótesis y también un factor inherente a la mujer que, aunque no sabemos determinar a ciencia cierta cuál es, acaban produciendo esta contractura capsular, “siendo muy muy raro que se produzca”, aclara la experta. Otro de los efectos secundarios, según fuentes de la Sociedad Española de Senología y Patología Mamaria, es el linfoma anaplásico de células grandes asociado a implantes mamarios, enfermedad que se presenta con un agrandamiento rápido de la mama y se puede tratarse con cirugías y terapias oncológicas.
- La tercera duda que suele asaltar a quien se decide a realizarse un implante es si se puede contaminar. Según la doctora Rodríguez Azero, la posibilidad de que esto ocurra es muy rara, y en el caso de producirse, normalmente la contaminación estaría asociada a la técnica empleada. “Actualmente el cuidado es extremo gracias a los embudos quirúrgicos y a la manera que tenemos de introducir las nuevas prótesis, con mucho más cuidado que hace unos años”, aclara.
Reconstruir tras una tumorectomía o mastectomía
La doctora Rodríguez Azero explica que, en el caso de una paciente con cáncer, “es impredecible saber si la reconstrucción mamaria es inmediata o diferida, es decir, si se realiza justo después de la tumorectomía o mastectomía, o se hace en un tiempo posterior, por ejemplo, si se le ha dado radioterapia y es entonces cuando se decide hacer una reconstrucción. Si es así, normalmente requiere de una expansión tisular antes de poner una prótesis definitiva, por eso dependerá del momento en que se vaya a realizar la cirugía de reconstrucción”.
En cuanto a los implantes que se usan, la doctora explica que “suelen ser son los mismos que se usan en estética, redondos, ergonómicos o incluso anatómicos, y excepcionalmente, pueden utilizarse prótesis expansoras, que en parte están rellenas de silicona y en parte de suero fisiológico”. En cuanto a si es mejor la reconstrucción autóloga o con prótesis, la experta explica que “esta opción la va a determinar el cirujano plástico y también las propias características de la mujer. Dependerá principalmente de si ha recibido o no radioterapia, de si el tejido que queda restante está afectado o no, y de si tiene tejido autólogo que pueda ser usado, bien sea a nivel del abdomen o al nivel de la espalda. Y también del tipo de resultado que quiera la paciente. Es decir, son muchas variantes las que van a determinar qué tipo de reconstrucción se puede ofrecer”, explica la experta.
¿Podré dar de mamar?
A esta duda frecuente de las pacientes, la doctora responde contundente: “por supuesto que se puede dar de mamar con un implante, tanto si está puesto en un plano retroglandular, retrofacial, dual plane, o retromuscular puro. En cualquiera de los planos se podría dar de mamar. La única excepción sería por la vía de inserción: si es a nivel del surco mamario o a nivel axilar no habría nunca ningún problema, pero en el caso de hacerse por la vía periareolar, aunque no suele haber ningún problema, la medicina y la ciencia no pueden garantizar una seguridad del 100%. Por lo tanto, si la paciente quiere y tiene la posibilidad de quedarse embarazada y por lo tanto beneficiarse de una lactancia, debería elegir una de las opciones recomendadas: por la vía axilar o por el surco mamario”, aclara.