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Cuando se trata de cuidados cosméticos en este momento del año, toda la atención tiende a centrarse en los “sobrantes” (celulitis, exceso de grasa y volumen, kilos de más) que parecen empeñarse en sabotear la puesta a punto que casi siempre se activa, en modo contrarreloj, cuando empieza a “oler a vacaciones”. Nunca escarmentamos: mantener a raya la deshidratación, los acúmulos de grasa o la flacidez es una carrera de fondo que debería mantenerse todo el año. No obstante, aún no está todo perdido: hay cosméticos y gestos beauty que son muy útiles en ese sprint final pre-verano.
Aunque está ahí, “depositada” en la piel los 365 días del año, invariablemente la celulitis se convierte en el centro de atención en cuanto suben las temperaturas, algo comprensible, teniendo en cuenta que más del 90% de las mujeres la padecen. Tal y como explica la farmacéutica Rocío Escalante, titular de Arbosana Farmacia y experta en dermocosmética, se trata de una inflamación del tejido celular que está debajo de la piel y que se produce cuando hay un problema de circulación sanguínea y linfática. Además, normalmente suele ir acompañada de una retención de líquidos.
“Los factores que provocan la celulitis son diversos. Se sabe que la genética y los desequilibrios hormonales juegan un papel fundamental, y ello explica que la padezcan más las mujeres que los hombres. Las alteraciones del ciclo menstrual, la menopausia o el inicio de la menstruación pueden empeorar este problema. Todos estos son factores sobre los que es difícil actuar, pero hay otros que sí es posible manejar y que también influyen en su desarrollo, principalmente el sedentarismo y los malos hábitos alimenticios”.
En cuanto a la relación entre el peso y la celulitis, los expertos de la Clínica Menorca señalan que su aparición no es exclusiva de las personas con kilos de más, ya que también la padecen muchas personas delgadas. “Sin embargo, hay una estrecha relación entre celulitis y sedentarismo, exceso de azúcares y sobrepeso. Por lo tanto, si además de aplicar tratamientos específicos se hace ejercicio, evitamos el azúcar y cuidamos la alimentación, el problema mejorará mucho”.
Plan de acción “pro alisado” cutáneo
El abordaje de la celulitis tiene que hacerse desde distintos frentes, la mayoría de ellos relacionados con el estilo de vida, además de la ayuda –imprescindible e insustituible- de los productos específicos:
- Anticelulíticos: manual de uso. “En la farmacia tenemos tanto cremas como suplementos alimenticos que pueden ayudar a mejorar la apariencia de la celulitis”, comenta Rocío Escalante. “Además, cuanto antes empecemos a tratar la celulitis, más éxito tendremos”, añade. Es muy importante tener en cuenta el tipo de celulitis que se padece (ver cuadro) para elegir el producto más adecuado: “para la celulitis blanda, el anticelulítico ideal es el que tiene efecto reafirmante. En el caso de la celulitis edematosa, la mejor elección son los anticelulíticos drenantes. Y para la celulitis dura, hay que buscar un producto que sea a la vez reductor y reafirmante”. La farmacéutica hace hincapié en que las cremas anticelulíticas ayudan siempre que se utilicen de forma constante. “Recomendamos aplicar estos productos dos veces al día durante al menos tres meses, como tratamiento de choque y, después, una vez al día. El mejor momento para hacerlo es después de la ducha, y aconsejamos hacer, además, una ligera exfoliación 1-2 veces a la semana”.
- Masajes y suplementos: buenos aliados. Rocío Escalante recuerda que para que los productos anticelulíticos sean efectivos es necesario que su aplicación vaya acompañada de un masaje. “Asimismo, el uso de estos cosméticos puede complementarse con suplementos por vía oral, sobre todo cuando se trata de celulitis con retención de líquidos”, señala.
- Barroterapia: la última tendencia. En crema, en gel y en spray: estas son las presentaciones y texturas “convencionales” en las que están disponibles los productos anticelulíticos. A ellas se une ahora una nueva tendencia: la barroterapia o máscaras corporales, una técnica milenaria que ha abandonado los espacios exclusivos donde se aplicaba hasta ahora (balnearios y centros especializados) permitiendo disfrutar de sus ventajas en versión “doméstica”. Es el caso del último lanzamiento de Somatoline, el Anticelulítico Máscara de Barro, un tratamiento intensivo de efecto choque formulado con un 95% de activos de origen natural y que aúna un importante conjunto de acciones que mejoran en poco tiempo el aspecto de la celulitis: depurativa y drenante, reductora, reafirmante y estimulante de la circulación. Se utiliza aplicando una ligera capa sobre las zonas a tratar, realizando un pequeño masaje circular y dejando actuar el producto durante 20-30 minutos (se seca pocos minutos después de su aplicación). Pasado este tiempo, aclarar la zona con abundante agua.
- Dieta anti-adipocito. En opinión de los expertos de la Clínica Menorca, si hay sobrepeso es recomendable hacer una dieta baja en grasa y que favorezca la eliminación de líquidos, pero con la mínima pérdida de masa muscular. “Asimismo, aunque no haya sobrepeso, conviene aumentar el consumo de agua y limitar el de azúcar y sal, así como vigilar que la ingesta de proteína sea suficiente. Lo mejor es seguir una dieta pobre en azúcares y grasas ‘malas’, rica en verduras, proteínas y grasas ‘buenas’ y baja en sal, con abundante aporte de líquido (agua, infusiones, etc.). De esta forma, la celulitis y los problemas que la acompañan (circulación deficiente y retención de líquidos) disminuyen”. Asimismo, según comentan estos especialistas, el médico puede recomendar una dieta de aporte proteico: “consiste básicamente en disminuir el aporte de azúcares y grasas, manteniendo el nivel de proteínas para disminuir así la grasa corporal y mantener la masa magra (músculos, piel y huesos), evitando así la flacidez. Es un método científicamente probado para mejorar la celulitis importante, ya que provoca una mejoría evidente del problema a nivel estético, ‘esculturizando’ la silueta y provocando una mejoría en la piel de naranja”. Según explican estos especialistas, este tipo de dieta (que debe realizarse de principio a fin bajo estricto control médico) consta de tres fases: la primera, cetogénica, es restrictiva pero corta, y en ella se pierden rápidamente casi la totalidad de los kilos que sobran. En la segunda fase se produce la introducción progresiva de alimentación saludable; es una fase más lenta pero imprescindible para el mantenimiento a largo plazo. Finalmente, hay una tercera fase enfocada a garantizar que los cambios establecidos en las fases anteriores se mantengan.
- Aumentar la actividad y el ejercicio: el must por antonomasia. No hay discusión: el sedentarismo aumenta la celulitis. “Esto se debe, en primer lugar, a que con la falta de ejercicio la circulación empeora, al igual que la retención de líquidos. Además, las piernas pierden masa muscular y evidencian un aumento de grasa”, dicen los especialistas de la Clínica Menorca, que señalan también que el mejor ejercicio para reducir la celulitis es el entrenamiento cardiovascular, junto a la tonificación muscular localizada para las zonas que presenten piel de naranja. “Aunque muchas personas piensen que lo más recomendable es el cardio y, en concreto, correr, algunos estudios aseguran que el impacto que se produce en la carrera puede romper las fibras de colágeno dérmicas y, en consecuencia, aumentar la celulitis. Lo mejor es la tonificación muscular 3-5 días a la semana, acompañada de cardio sin impacto (elíptica) justo después de la tonificación”.
LA PIEL DE NARANJA EN 3 VERSIONES
No todas las celulitis son iguales, sino que existen distintos tipos, que se diferencian entre sí según el criterio empleado. Así, Rocío Escalante comenta las tres tipologías más habituales:
-Celulitis blanda: Es la más común. Se asocia con flacidez, problemas circulatorios, varices, arañas vasculares, etc. Suele aparecer en personas con vida sedentaria. Se localiza en los muslos, el abdomen, la cara interna de los brazos y los glúteos. Se ve a simple vista.
-Celulitis dura o compacta: Aparece en mujeres jóvenes, incluso aunque hagan deporte. Esta celulitis está asociada a desarreglos hormonales y puede ir acompañada de estrías. Se localiza en la cara interna de los muslos y en las caderas (las famosas “cartucheras”) o en las rodillas. Es visible cuando se pellizca la piel (no se percibe a simple vista).
-Celulitis edematosa o acuosa: Va acompañada de mala circulación, pesadez de piernas y retención de líquidos. Se localiza en las extremidades inferiores y se caracteriza porque puede doler al tacto. Puede aparecer tanto en mujeres jóvenes como en las de mayor edad y en este caso la piel presenta a simple vista el aspecto de la típica piel de naranja.
Flacidez: los brazos, en el punto de mira
“La enemiga silenciosa”: así definen los expertos de Laboratorios Babé a la flacidez, un problema íntimamente “emparentado” con la celulitis y que suele estar asociado a ella. “La flacidez se produce cuando la piel cede y pierde su elasticidad. La firmeza de la piel depende en gran medida de la elastina y el colágeno, dos activos que se van degradando en el organismo con el paso de los años. Por tanto, los signos de flacidez son algo propio de la edad y en principio las pieles maduras son más propensas a mostrarla. Sin embargo, también puede producirse en personas más jóvenes, tras una pérdida de peso repentina, por ejemplo”, explican.
Además de la edad, los factores implicados en su aparición son similares a los de la celulitis, especialmente la dieta inadecuada y el sedentarismo ya que uno de los elementos más implicados en la flacidez son los músculos, pues son los que aportan la sujeción a la piel. Y cuanto más tonificada esté la piel, más tersa y lisa se verá, por lo que el ejercicio es fundamental para prevenir y combatir la flacidez.
Por otro lado, y según comenta Marta Hermosín, médico, farmacéutica y especialista en dermocosmética del Instituto de Dermatología Integral, la flacidez y el envejecimiento prematuro tienen relación con un déficit en la ingesta de frutas y verduras, entre otros nutrientes. “El resultado es una piel deshidratada, con el consecuente empeoramiento de la capa más visible, la epidermis. La falta de agua, a su vez, hace que la piel se vuelva más fina, facilitando que aparezca la flacidez”.
Una de las zonas en las que la flacidez es más evidente son los brazos, debido también, además de todos estos factores, a la falta o escasez de cuidados que se proporcionan a esta parte del cuerpo. “Es importante cuidar la piel de los brazos con el mismo mimo que cuidamos el rostro”, señala Estrella Pujol, directora del centro Oxigen.
La especialista enumera las pautas que hay que seguir para minimizar los efectos de la flacidez en los brazos, que, además, es una de las primeras zonas que nos “animamos” a enseñar cuando llega el buen tiempo:
- Exfoliar delicadamente la piel de esta zona una vez por semana.
- Aplicar tratamiento específico dos veces al día y, si no es posible, al menos hacerlo una vez. “Dependiendo de las necesidades y el estado de la piel, se pueden combinar cremas drenantes, reafirmantes, hidratantes o nutritivas”.
- Terminar con la aplicación de un filtro solar SPF50 si se van a exponer los brazos al sol.
- Procurar que los tirantes del sujetador no opriman excesivamente, para evitar así los acúmulos de grasa alrededor de los mismos (especialmente en la espalda y junto a la axila).
- Es importante aplicar la crema en los brazos de la manera adecuada. Esta es la forma de hacerlo, según explica Estrella Pujol: “con el brazo desnudo y elevado, comenzar a aplicar la crema desde la muñeca hasta el hombro, extendiéndola por delante y por detrás, sin olvidar todo el espacio que ocupan los tirantes del sujetador, especialmente en la zona axilar y en el costado, que se suelen olvidar y que, sin embargo, tienen gran impacto en el aspecto de los brazos. En el área que se sitúa entre la axila y el pecho (donde se coloca el tirante del sujetador), realizar un ligero drenaje con suaves bombeos para ayudar a la labor natural de los ganglios linfáticos que hay en esta zona y prevenir la retención de líquidos y grasa”.
Adiós, pesadez
La pesadez de piernas es la vez un síntoma propio del verano y una manifestación de la retención de líquidos que, por otro lado, también es está íntimamente relacionada con la celulitis. “La retención de líquidos o edema se produce cuando alguna o varias partes del organismo incrementan su volumen a raíz de un exceso de líquidos retenidos entre las células. Los más afectados suelen ser los pies y las piernas”, señalan los expertos de la firma Naturadika, quienes ofrecen un truco para saber si la hinchazón de una zona se debe o no a una retención hídrica: presionar la zona en cuestión con el pulgar durante unos 30 segundos. Si al levantar el dedo la parte presionada se mantiene marcada, casi con total seguridad se trata de una retención de líquidos. “La retención de líquidos puede llegar a ser muy molesta en el día a día, pero en la mayoría de los casos no está producida por problemas médicos, sino por una combinación de malos hábitos”, dicen desde Naturadika. Estos son los principales culpables:
- La sal: reconocida como la principal causa alimenticia de la retención de líquidos. Una dieta en la que se consuma mucha sal o productos salados puede producir hinchazón.
- El sedentarismo: otro de los principales responsables, ya que afecta directamente a la circulación sanguínea, favoreciendo la retención de líquidos y la hinchazón.
- Poca hidratación: aunque puede parecer lo contrario, beber poco también afecta negativamente a la circulación sanguínea y, de hecho, es una de las causas más implicadas en la retención.
- Estar de pie o sentado durante mucho tiempo: tiene el mismo efecto que el sedentarismo y, además, potencia la sensación de pesadez.
Los productos con propiedades “piernas ligeras”, aplicados de abajo a arriba (de tobillo a muslo) con suaves masajes circulares, proporcionan un alivio inmediato, unido a una agradable sensación de frescor. Además, tanto para prevenir la retención y la hinchazón como para mejorar el problema, hay una serie de pautas relacionadas con el estilo de vida que son muy efectivas y que resumen los especialistas de Aquilea: evitar mantener la misma postura durante demasiado tiempo; practicar deportes que contribuyan a activar el organismo; seguir una dieta sana y equilibrada, con un alto contenido en cítricos y fibra y relajarse, ya que la tensión y el estrés generan una gran presión en las venas. Además, realizar masajes desde los pies hasta los muslos o dormir con las piernas elevadas son estupendos recursos para aliviar la pesadez y favorecer la circulación.