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Qué es
Los síndromes de lipodistrofia son trastornos de distribución de la grasa debidos a una anomalía del tejido adiposo que se asocia o no a anomalías metabólicas (resistencia a la insulina, dislipidemia). Se manifiestan por atrofia de mejillas, cara, brazos, piernas y glúteos por ausencia de tejido graso en ciertas zonas del cuerpo (lipoatrofia) o en todo él, o por el contrario, acumulación de tejido graso en el tronco, el pecho o el cuello (lipohipertrofia). También pueden ocurrir ambas cosas.
La lipohipertrofia se localiza en el abdomen, los senos y la zona dorso cervical, de modo que la grasa se acumula en la parte posterior del cuello y en los hombros y da la sensación de que la persona afectada tiene una pequeña joroba, a la que en inglés se ha denominado «joroba o giba de búfalo». En cambio, la lipoatrofia se suele presentar en los brazos, piernas, nalgas o en la cara, lo que se conoce como lipoatrofia facial.
Por qué se produce
En muchos casos es de origen genético, por estado alterado el gen que participa en la síntesis de los triglicéridos, componentes importantes de la grasa corporal. También puede ser consecuencia de la ingesta de ciertos medicamentos, como por ejemplo los antirretrovirales. De hecho, la lipodistrofia se asocia a enfermedades como el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
A menudo, también se traduce en niveles altos de grasa en sangre (triglicéridos y colesterol) o bien en niveles altos de glucosa en sangre.
En las mujeres el aumento de grasa puede producir dolor mamario, por acumularse allí y aumentar de tamaño. Y si se acumula en el cuello o la nunca, puede provocar además de la deformidad, dolores de cabeza, y dificultades para respirar o dormir.
Tratamiento
La normalización de la redistribución de la grasa es muy lenta y podría llevar de cinco a diez años. En el caso de personas que siguen tratamiento con antirretrovirales, la lipodistrofia se puede mejorar cambiando la terapia antirretroviral o suspendiéndola, siempre con una planificación y control médicos.
En el caso de lipohipertrofia, la acumulación excesiva de grasa, existen dos tratamientos posibles. Uno de ellos es la liposucción, una cirugía en la que se extrae la grasa con una tecnología que funciona a modo de aspiradora. Algunas personas con «joroba de búfalo» se han sometido a esta técnica para eliminarla y también algunos hombres y mujeres con un agrandamiento de senos. Otra posibilidad para eliminarla es recurrir al tratamiento de la hormona de crecimiento humano.
En cuanto a la lipoatrofia facial, o pérdida acusada de grasa en el rostro, se puede recurrir a dos tratamientos quirúrgicos: uno con grasa antóloga (del propio paciente), y cuando los pacientes no disponen de tejido adiposo suficiente, con material sintético.