Si supera los 40ºC, si se prolonga el tiempo, cuando cursa con sensación de ahogo, alteración de las constantes vitales o del nivel de consciencia hay que acudir inmediatamente al médico. En niños y, sobre todo en ancianos, entraña más riesgo.

La fiebre es un mecanismo de defensa natural que se produce, casi siempre, en respuesta a una infección producida por virus y, con menor frecuencia, por bacterias. También puede deberse a otras causas, como las enfermedades autoinmunes, las metabólicas, el cáncer e, incluso, algunos medicamentos. Por ello, en contra de una creencia arraigada, sólo en algunos casos se tratará con antibióticos. Según alerta el doctor Josep María Cots, coordinador del grupo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) doctor Josep María Cots, “España es un país con el concepto extendido de que los antibióticos curan todas las infecciones. Funcionamos con el famoso triángulo: fiebre equivale a infección y ésta se trata con antibióticos y esto no es así. Con antibióticos hay que tratar sólo en algunos casos”, y añade, “la infección se produce por un virus en el 90% de los casos y en un 10% de los casos está motivada por una bacteria”.

Es grave si…

  1. Supera los 40ºC, entonces se considera muy alta y peligrosa
  2. Cuando es diaria y se prolonga en el tiempo más de dos semanas debe consultarse con el médico de cabecera.
  3. Cuando se asocia a un deterioro del estado general, con sensación de ahogo, alteraciones de las constantes vitales, alteración en el nivel de consciencia o sangrados en zonas poco habituales.
  4. La fiebre es más peligrosa en pacientes ancianos con enfermedades crónicas, sobre todo cardiovasculares, respiratorias y neurológicas. En ellos el aumento de temperatura corporal tiene una gran repercusión en su estado general.
  5. Sin embargo en los niños, en general, no provoca grandes trastornos si se controlan las subidas. El mayor riesgo en el niño con fiebre muy alta y sostenida son las convulsiones febriles. “Se da en pacientes entre seis meses y seis años, por un problema de inmadurez del sistema nervioso”, según indica el doctor Carles Luaces, Jefe del servicio de Urgencias del Hospital Sant Joan de Déu y añade, “cualquier causa de fiebre puede producir una convulsión, y la causa más habitual de fiebre en pediatría son las infecciones víricas”.

¿Cómo tomar la temperatura?
Cuando se intuye que hay fiebre, se debe medir la temperatura al menos tres veces al día: por la mañana, por la tarde y por la noche. El organismo alcanza su valor mínimo de temperatura alrededor de las seis de la mañana y su valor máximo por la tarde, entre las cuatro y las seis. A la hora de tomar la temperatura el método anorrectal es el más fiable para los niños pequeños; y en la axila, el recomendado a nivel general.

Lo importante es controlarla
Si la fiebre no es alta, se atenderá a las causas que la provocan. Cuando sea necesario se recurrirá a medicamentos con efecto antitérmico: paracetamol (en cualquier grupo de edad, incluso en lactantes); ibuprofeno (antiinflamatorio utilizado en niños a partir de los tres años de edad y en adultos); o ácido acetilsalicílico (muy eficaz como antitérmico y antiinflamatorio, pero que debe evitarse en los adultos con enfermedades gástricas y en los niños). También se pueden aplicar esponjas o compresas empapadas en agua y alcohol, principalmente en la frente o la nuca. A los niños con fiebre muy alta se les puede sumergir durante unos instantes en la bañera con agua a temperatura inferior a la suya corporal (no es preciso que esté muy fría).

En los procesos febriles es conveniente mantener una correcta hidratación. En este sentido, el profesor Gregorio Varela, presidente de la Fundación Española de Nutrición (FEN), recuerda que es necesario beber suficiente, incluso sin atender a la sed, sobre todo en las personas mayores.“Los requerimientos hídricos deben incrementarse cuando la temperatura aumenta o se tiene fiebre”.

De febrícula a fiebre de riesgo

  • De 36º C a 37º: temperatura normal
  • Entre 37ºC y 38º C: febrícula o décimas
  • 38ºC o más: fiebre
  • 39ºC o más: fiebre alta
  • Más de 40ºC: hipertermia, fiebre muy alta y peligrosa

 

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Redacción Consejos

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