Las alergias pueden tener un impacto significativo en la vida escolar de los niños, afectando su capacidad para concentrarse, participar en actividades y socializar. Por este motivo, la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) subraya la importancia de comunicar al centro escolar sobre las alergias del menor, para que profesores y enfermeras estén al tanto y sepan cómo manejarlas.

“Es recomendable solicitar una reunión al inicio del curso escolar con el tutor del niño para presentar el informe médico actualizado de su alergólogo. Todo el personal que tenga contacto directo debe estar informado sobre la patología del menor, la ubicación de la medicación de rescate y las acciones a seguir en caso de reacción”, señala la Dra. Sonsoles Infante, presidenta del Comité de Alergia Infantil de la SEAIC. Sin embargo, informar al principio del curso no es suficiente; la comunicación constante durante el año escolar es crucial para mantener el estado alergológico del niño bajo control. «Más allá de los primeros días, la comunicación con el personal escolar debe ser regular para mantenerles informados sobre el estado del menor», agrega la experta.

Los niños con alergias alimentarias requieren un seguimiento especial en áreas como el comedor o el patio, donde el riesgo de contacto con alérgenos es mayor. Asimismo, los que tienen alergias ambientales pueden enfrentar dificultades durante actividades al aire libre.

Además de informar al personal educativo y a la enfermería, es vital preparar a los niños para que puedan asumir un rol activo en el control de su alergia. La ansiedad por gestionar estas condiciones y el temor a una reacción pueden afectar su rendimiento académico y socialización. Por ello, es esencial enseñarles a reconocer y comunicar sus alergias de manera adecuada a su edad, evitando compartir alimentos y alertando a cuidadores ante posibles reacciones.

Cómo actuar ante una emergencia alérgica

Uno de los mayores temores para padres y educadores es que un niño sufra una reacción alérgica grave o anafilaxia. “Los síntomas pueden incluir dificultad para respirar, hinchazón facial o de la garganta, urticaria, mareos o pérdida de conocimiento. Ante la sospecha de anafilaxia, es crucial actuar de inmediato administrando un autoinyector de adrenalina y llamando a emergencias. Es fundamental que el niño reciba atención médica inmediata”, advierte la experta.

Desde la SEAIC y la Asociación Española de Personas con Alergia a Alimentos y Látex (AEPNAA) se ha desarrollado un protocolo de actuación para la escuela en caso de reacciones alérgicas, que puede adjuntarse a la medicación del niño, especificando el fármaco y la dosis a administrar según la sintomatología.

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Redacción Consejos

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