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“Todas las mañanas me levanto para ir a trabajar con un nudo en el estómago y con ansiedad, algo que antes no me ocurría. ¿Hay alguna explicación o algo que pueda hacer para superarlo?” Nos escribe… Elena (Badajoz)
El término ergofobia viene del griego ergon (trabajo) y phobos (miedo) y como tal combinación, implica un miedo irracional y patológico al lugar del trabajo y a la responsabilidad que implica. Toda fobia se define como un trastorno de ansiedad, un miedo incontrolable, irracional y persistente sobre un objeto, situación o actividad. Aunque el propio sujeto reconoce que no tiene motivos objetivos para sentir miedo, su cuerpo reacciona como si ese entorno fuera realmente una amenaza, siendo la angustia experimentada muy intensa e incapacitante.
Cuidado con la “depresión reactiva”
Son varias las causas que pueden motivar este miedo patológico, según los expertos, pero la más frecuente es la vuelta al trabajo tras un largo período de vacaciones. Que la vuelta al trabajo sea más o menos llevadera depende básicamente de cuatro variables: la motivación profesional, la satisfacción y el bienestar en el trabajo, los recursos resilientes de cada uno y la mayor o menor facilidad para conciliar la vida laboral y la personal. Cuando el regreso al trabajo surge de una motivación interior (ilusión, propósito vital, vocación o autorrealización), la vuelta es agradecida, esperada y se produce sin mucha reticencia, por lo que la adaptación es rápida. Sin embargo, cuando el regreso al trabajo surge por una motivación externa (una necesidad económica y obligación, cero interés personal en la tarea o en la organización), el regreso al trabajo puede generar rechazo, incluso depresión reactiva, un tipo de depresión psicosocial que ocurre como respuesta a situaciones ambientales adversas o estresantes, y cuya respuesta es exagerada o se prolonga en el tiempo, aunque sus síntomas son más solapados y el ánimo se muestra más reactivo a las circunstancias ambientales. Sobre todo, es más frecuente en el caso de que no haya un buen clima laboral, todo lo cual nos incapacita para afrontar con madurez la incomodidad de regresar al trabajo y superar los obstáculos para la conciliación laboral y personal.
Trucos para la vuelta a la rutina
- Lee, pasea, sal con amigos. Con ello alargarás la sensación de verano hasta que llegue el cambio de hora y se vaya la luz que nos mantiene más activos.
- No te exijas, compréndete. sé generosos contigo mismo y dale un margen de tiempo a tu cuerpo para que se adapte o se readapte.
- Duerme un poco más cada día. Esfuérzate desde el primer día a dormir todas las horas necesarias. El reloj biológico necesita un ritmo de adaptación.
- Practica alguna actividad deportiva de manera consciente.
- Vive el presente, el “aquí” y el “ahora”.