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En el control de la esquizofrenia, la prevención y la intervención temprana con antipsicóticos es clave para prevenir las recaídas en estos pacientes y, a largo plazo, frenar el deterioro funcional causado por este trastorno. Así se ha puesto de manifiesto en el simposio ‘Fortaleciendo la relación terapéutica’, organizado por Janssen Pharmaceutical Companies of Johnson & Johnson en el marco del congreso anual de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA por sus siglas en inglés), celebrado recientemente en Nueva York (Estados Unidos).
Dicho encuentro, coordinado por los doctores Pedro Sánchez, responsable de la Unidad de Psicosis Refractaria del Hospital Psiquiátrico de Álava; y Luis San, director de Salud Mental del Complejo Parc Sanitari Sant Joan de Déu de Barcelona, y al que acudieron más de 120 profesionales, ha permitido profundizar en la importancia de la relación terapéutica médico-paciente y cómo ésta se ve influenciada por las posibles intervenciones terapéuticas en el paciente con psicosis.
El doctor Sánchez resalta que en los últimos años se ha puesto un mayor esfuerzo en el tratamiento de las fases iniciales de las patologías mentales, “con el objetivo de conseguir un curso evolutivo mucho más favorable”. Con esto se pretende centrar la atención en la prevención, tomando medidas farmacológicas y cambios de hábitos de vida de los pacientes que disminuyan al mínimo el riesgo de aparición de un segundo episodio.
Como ha subrayado el especialista, este cambio en el abordaje precoz de la esquizofrenia permite modificar el curso de la enfermedad, de manera que las capacidades funcionales de los pacientes no se vean tan comprometidas y tratando de “evitar que la enfermedad suponga un impedimento en la consecución de sus proyectos vitales”.
“Tradicionalmente –añade el especialista–, la Psiquiatría ha puesto el foco en los pacientes más graves a los que se destinaban la mayor parte de los recursos por presentar los problemas clínicos más graves y complejos. Sin embargo, durante las últimas dos décadas, se ha puesto en evidencia que el pronóstico y evolución de las grandes enfermedades mentales (esquizofrenia, depresión, trastorno bipolar, etc.) se juega en los primeros meses de evolución de las mismas”.
El Dr. Sánchez añade que la introducción de antipsicóticos de última generación inyectables de larga duración (ILD) de administración trimestral, ha supuesto un cambio notable en la terapéutica de la esquizofrenia. “Los antipsicóticos ILD suponen una opción terapéutica muy importante/relevante en fases iniciales y que hace 15 años nadie consideraba como opción”, ha añadido.
En el caso de los pacientes jóvenes, añade el especialista, el objetivo primordial del tratamiento es la intervención precoz para garantizar un pronóstico funcional más favorable. Y para ello, “la exposición continuada e ininterrumpida al tratamiento antipsicótico es un instrumento insustituible en la práctica clínica”. “Los psiquiatras tenemos claro este aspecto en los pacientes adultos multiepisódicos”, señala, “pero la toma de conciencia de la necesidad de estos fármacos en las fases iniciales no está aún tan consolidada, aunque sí es creciente”. Por su parte, el Dr. Luis San, asegura que, el tratamiento inyectable permite al especialista hacer un seguimiento más exhaustivo de la adherencia del paciente frente al tratamiento oral.
Ambos especialistas han coincidido en la importancia de una nueva relación médico-paciente, basada en la confianza y en el diálogo. Se ha visto que cuando se informa al paciente de todas las opciones de tratamiento disponible, se le involucra en el proceso y se crea una alianza médico-paciente, los resultados obtenidos son mejores.