La doctora Ana Zugasti es médico especialista en Endocrinología y Nutrición (endocrinóloga) y vocal del área de Comunicación de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria constituyen la tercera enfermedad en frecuencia, tras el asma y la obesidad, entre las adolescentes y la alteración psiquiátrica más común en mujeres jóvenes. Con un origen multifactorial (biológico, psicológico, familiar y sociocultural), se caracterizan por ser prolongados en el tiempo, causar daño a la salud y afectar en las relaciones sociales de los pacientes.

La doctora Ana Zugasti, vocal de Comunicación de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) nos recuerda que la complejidad del tratamiento precisa de una intervención coordinada de equipos multidisciplinares y el seguimiento a largo plazo de cada caso, que deben ser abordados de manera individualizada.

¿Cuándo se puede decir que existe un trastorno de la conducta alimentaria? Qué factores deben reunir los pacientes para que se considere que existe alguna de estas patologías.

Según los criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-V (Diagnostic and Statiscal Manual of Mental Disorders, DSM por sus siglas en inglés), los criterios diagnósticos para que exista una anorexia nerviosa son: restricción de la ingesta energética en relación con las necesidades, que conduce a un peso corporal significativamente bajo con relación a la edad, el sexo, el curso del desarrollo y la salud física. Definiéndose un peso significativamente bajo como un peso inferior al mínimo normal, o en niños y adolescentes, inferior al mínimo esperado; miedo intenso a ganar peso o a engordar, o comportamiento persistente que interfiere en el aumento de peso, incluso con un peso significativamente bajo; y alteración en la forma que uno mismo percibe su propio peso o constitución, influencia impropia del peso o la constitución corporal en la autoevaluación, o falta persistente de reconocimiento de la gravedad del bajo peso corporal actual.

Además, la anorexia puede ser de dos tipos: de tipo restrictivo, si durante los últimos tres meses no ha tenido episodios recurrentes de atracones o purgas. La pérdida de peso se debe a la dieta, el ayuno y/o ejercicio físico intenso; y de tipo atracones/purgativa: si durante los últimos tres meses ha tenido episodios recurrentes de atracones o purgas.

Por último, en cuanto a los criterios diagnósticos de la bulimia nerviosa, estos incluyen: episodios recurrentes de atracones de comida, caracterizándose un episodio de atracón por los dos hechos siguientes: ingestión, en un periodo determinado, de una cantidad de alimentos que es claramente superior al que la mayoría de las personas en la población normal ingerirían en un período similar en circunstancias parecidas; y sensación de falta de control sobre lo que se ingiere durante el episodio; comportamientos compensatorios inapropiados recurrentes para evitar el aumento de peso, como el vómito autoprovocado, el uso incorrecto de laxantes, diuréticos u otros medicamentos, el ayuno o el ejercicio excesivo; los atracones y los comportamientos compensatorios inapropiados se producen de promedio, al menos una vez a la semana durante tres meses; la autoevaluación se ve indebidamente influida por la constitución y el peso corporal; y esta alteración no se produce exclusivamente durante los episodios de anorexia nerviosa.

Y, por último, los criterios diagnósticos para que exista un trastorno por atracones son: episodios recurrentes de atracones de comida, caracterizándose un episodio de atracón por los dos hechos siguientes: ingestión, en un periodo determinado, de una cantidad de alimentos que es claramente superior al que la mayoría de las personas ingerirían en u la población normal en un período similar en circunstancias parecidas; y sensación de falta de control sobre lo que se ingiere durante el episodio. Además, los episodios de atracones se asocian a tres (o más) de los hechos siguientes:

1. Comer mucho más rápidamente de lo normal.

2. Comer hasta sentirse desagradablemente lleno.

3. Comer grandes cantidades de alimentos cuando no se siente hambre físicamente.

4. Comer solo debido a la vergüenza que se siente por la cantidad que se ingiere.

5.Sentirse luego a disgusto con uno mismo, deprimido o muy avergonzado.

Otro criterio diagnóstico es el malestar intenso que se produce respecto a los atracones; los atracones se producen, de promedio, al menos una vez a la semana durante tres meses; y por último, el atracón no se asocia a la presencia recurrente de un comportamiento compensatorio inapropiado como en la bulimia nerviosa y no se produce exclusivamente en el curso de la bulimia o la anorexia nerviosas.

Cuál es el perfil más generalizado y la edad más común de inicio. ¿Es más frecuente en niñas que en niños?

Los TCA constituyen la tercera enfermedad en frecuencia, tras el asma y la obesidad, entre las adolescentes, y la alteración psiquiátrica más común en mujeres jóvenes. La mortalidad (tercera causa de muerte juvenil, tras los accidentes de tráfico y las drogas), la tendencia a la cronicidad, la alta comorbilidad con otros desórdenes psiquiátricos y médico-somáticos, y su frecuente resistencia al tratamiento, convierten a estos trastornos en un problema de salud pública. Su frecuencia es mayor en las mujeres, en una proporción de 10:1 con respecto a los varones, y en edades comprendidas entre los 15 y los 25 años, aunque en la actualidad se presentan tanto en edades más tempranas (entre los 7 y los 12 años), como en edades tardías (después de los 25 años). Con respecto a la situación en nuestro país, desde los años 90 se han publicado varios estudios realizados en diferentes comunidades autónomas que son bastante congruentes con los obtenidos en muestras internacionales y que permiten estimar una prevalencia general de los TCA en torno al 4-5% de la población femenina adolescente. La prevalencia de AN sería del 0,1-0,8%, la de BN del 0,5-2,9%.

En la última actualización del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, se han incluido algunos trastornos relacionados con la alimentación que antes formaban parte de los “trastornos de inicio en la infancia, la niñez y la adolescencia”. ¿Podría hablarnos de ellos?

Estos trastornos son la rumiación, la pica y la restricción o evitación.

-El trastorno de rumiación consiste en la regurgitación repetida de alimentos durante un período mínimo de un mes. Además, estos alimentos regurgitados se pueden volver a masticar, tragar, o escupir por la persona que lo padece, sin mostrar síntomas de asco, repulsión o náuseas.

-El trastorno de pica consiste en la ingestión repetida y persistente -durante un mes como mínimo- de sustancias no nutritivas como pueden ser papel, barro o cabello, entre otros.

-El trastorno de evitación / restricción se pone de manifiesto por el fracaso persistente para cumplir las adecuadas necesidades nutritivas y/o energéticas asociadas a uno (o más) de los hechos siguientes: pérdida de peso significativa (o fracaso para alcanzar el aumento de peso esperado o   crecimiento escaso en los niños); deficiencia nutritiva significativa; dependencia de la alimentación enteral o de suplementos nutritivos por vía oral; e interferencia importante en el funcionamiento psicosocial. Este trastorno no se explica mejor por la falta de alimentos disponibles o por una práctica asociada culturalmente aceptada; no se produce exclusivamente en el curso de la anorexia o la bulimia nerviosas, y no hay pruebas de un trastorno en la forma en que uno mismo experimenta el propio peso o constitución; no se puede atribuir a una afección médica concurrente o no se explica mejor por otro trastorno mental.

Por qué la necesidad de un abordaje multidisciplinar. Qué especialistas son los que integran una Unidad Multidisciplinar Especializada.

Los TCA muestran una gran variabilidad en su presentación y en su gravedad, lo que va a condicionar diferentes enfoques terapéuticos. Es fundamental la individualización del tratamiento y, por ello, se hace indispensable un enfoque multidisciplinar y altamente especializado. Lo ideal es la valoración y seguimiento por una Unidad Multidisciplinar Especializada. La coordinación de las unidades de TCA corre generalmente a cargo del psiquiatra, que suele ser el responsable de establecer las líneas generales del tratamiento y coordina al resto del equipo (psicólogos, especialistas en endocrinología y nutrición, dietistas, enfermeras, terapeutas ocupacionales y asistentes sociales), y cada profesional contribuye de forma incuestionable desde su especialidad.

En España únicamente el 30.4% de los hospitales de >500 camas disponen de una Unidad Multidisciplinar para la valoración y tratamiento de trastornos de conducta alimentaria con participación de un especialista en endocrinología y nutrición (en centros de menos de 500 camas, solo el 9.5%), según datos del estudio RECALSEEN.

A menudo, los pacientes pueden presentar diversas complicaciones médicas, con importante riesgo de morbimortalidad. Cuáles son estas complicaciones y cuáles son las cifras de mortalidad asociadas a estos trastornos.

Efectivamente, la mortalidad relacionada con estos trastornos, la tendencia a la cronicidad, la alta comorbilidad con otros desórdenes psiquiátricos y médico- somáticos, así como su frecuente resistencia al tratamiento convierten a estos trastornos en un problema de salud pública. Las alteraciones que los TCA pueden presentar en los distintos órganos y para la salud en general están reflejados en el siguiente cuadro:

TCAAfecciones para la salud
Anorexia Nerviosa (AN)  Alteraciones del metabolismo de la glucosaHipercortisolismo relativoInhibición en la liberación de hormona tiroideaAmenorrea Alteración en la secreción de la hormona antidiurética (ADH)Disminución de los niveles de estrógenos Resistencia a la hormona del crecimientoCalambres, debilidad y miopatíaEnlentecimiento del vaciamiento gástricoEstreñimientoAlteración del perfil de enzimas hepáticasFatiga
Bulimia Nerviosa (BN)  DeshidrataciónPérdida de potasioDiarrea (generada por el uso de laxantes) Disminución del sodioPérdida de cloro y de potasio (por el uso de diuréticos)
Trastorno por atracones (TA)Complicaciones metabólicas asociadas a la obesidad: diabetes tipo 2hipertensión dislipemiasíndrome metabólico

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Redacción Consejos

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