LAURA BAENA, fundadora del club de malasmadres

Cuando fue madre, Laura Baena constató que conciliarlo con la vida profesional era una mera utopía y esos sentimientos de no poder dedicarse al bebé al cien por cien la llevaron a fundar una comunidad online que desembocaría en el Club de Malasmadres, con el que ha enarbolado la bandera de la lucha por la conciliación. 8 años después, centrada en estas lides y con cientos de miles de seguidores en redes sociales, la crisis del Covid ha puesto nuestro mundo patas arriba dinamitando la forma de ser madre:

Fundaste el Club de Malasmadres para desmitificar la maternidad y romper el ideal de “madre perfecta”.  ¿Cuál fue el germen, qué te impulso a alzar la voz, y cómo ha sido el recorrido hasta llegar al día de hoy?
Ser madre me cambió hace 8 años, cuando me di cuenta que la maternidad real era bien distinta a lo que me habían contado, a lo que yo había imaginado. Había un abismo entre mis expectativas y la realidad. Ser madre estaba y sigue estando muy idealizado, arrastramos un modelo social de maternidad tradicional que está obsoleto, pero sigue asentado por creencias culturales que son muy difíciles de romper. Personalmente sufrí una crisis personal y profesional, que me llevó a renunciar a mi carrera profesional porque era imposible conciliar. En España ser madre y profesional es una utopía, sobre todo, en un sector como la publicidad, con mucha presión y sin horarios. En ese proceso yo me sentía “muy mala madre” y decidí desahogarme en una cuenta de twitter @malasmadres para compartir mis pensamientos impuros de Malamadre. No estaba sola, muchas se sentían como yo y así se fue creando la comunidad emocional que actualmente es el Club de Malasmadres. De un tweet a un movimiento social que lucha por desmitificar la maternidad, romper el mito de la madre perfecta y conciliar.

¿Cuál es exactamente la actividad del club, sus objetivos?
Seguimos teniendo la misma misión: luchar por un nuevo modelo social de maternidad, que consiga que la maternidad sea más valorada y apoyada en esta sociedad, liberándonos de la culpa y buscando la unión de todas las madres. A través de todo el contenido que hacemos, de las acciones y de por supuesto nuestra Asociación Yo no renuncio por la conciliación, a través de la que luchamos por una conciliación real y ayudamos a las Malasmadres con nuestro servicio de asesoramiento legal gratuito eltelefonoamarillodelaconciliacion.com

Muchas mujeres se habrán visto reflejadas en lo que comunicáis porque hoy tus seguidoras en redes sociales se cuentan por cientos de miles, un “exitazo” vamos… No hay mayor éxito que la comunidad que se ha creado, donde nos sentimos menos solas y más acompañadas. Sin duda.

¿Quiénes formáis el equipo del Club? ¿Hay solo “malasmadres” o algún “malpadre” también?
Pues es un equipo de mujeres comprometidas con el proyecto. El club es un proyecto que o lo sientes como tuyo o no tiene sentido. Estoy muy orgullosa de todas ellas que han hecho posible que estemos donde estamos. Y sí, también hay algún malpadre. En la comunidad también. Porque vamos dando pasos en corresponsabilidad y ya hay padres que sienten la culpa, que luchan por conciliar más y mejor. Esa es la verdadera revolución que nos llevará a una sociedad más igualitaria y justa.

¿Qué te ha trasmitido ese inmenso público durante estas semanas de crisis sanitaria? ¿Cuál es la mayor preocupación de las madres y qué sentimientos ves aflorar en ellas?
Echo la vista atrás y me parece increíble que hayamos superado estas semanas de miedos, incertidumbres y sentimientos encontrados. No ha sido fácil para nadie y las Malasmadres lo han sufrido mucho. La sensación más común ha sido “me siento como si estuviera en una montaña rusa de sentimientos”, ha costado ir adaptándonos a esta nueva vida, nuevas rutinas y una lucha nueva en la que a las madres nos toca compaginar como podemos: trabajo y familia. Cuando luchábamos por conciliar no nos referíamos a esto. Y quizás la mayor preocupación está siendo está: cómo teletrabajar con los hijos e hijas en casa. Y cómo vamos a superar esta situación si no habrá colegio hasta septiembre. Aunque hemos ido pasando por etapas, al principio la mayor preocupación era la salud de nuestros seres queridos, la protección de nuestra familia, pero no podemos olvidar la crisis económica que esto supone, donde además las más perjudicadas vamos a ser las mujeres, junto a los jóvenes.

A finales de febrero dabas a luz a tu tercera hija, muy poquito antes de que comenzara el confinamiento, ¿qué se te pasa por la cabeza al verte en esta situación en comparación con tus anteriores postpartos?
Pasé por un estado de shock inicial, de negación e impotencia complicado. Porque no es una situación fácil para mí ni para nadie. Cada persona tenemos nuestras circunstancias y esta situación no le ha venido bien a nadie por algo muy simple: no lo esperábamos. Teníamos nuestro plan de vida. Y yo tenía mi plan. Después de cinco años muy intensos tenía la sensación de que era mi momento, de que tocaba parar, cuidarme y cuidar. Y el mundo tenía preparado algo distinto: parar, pero parar de verdad. Como emprendedora tuve que ponerme las pilas, olvidarme del postparto y sacar adelante, junto con el buenpadre, el proyecto familiar y profesional. Las Malasmadres somos resilientes así que no me siento una heroína, solo he hecho lo que hubiera hecho cualquier persona en mi situación. Dejar las lágrimas y el victimismo a un lado y luchar, luchar con la tranquilidad de saber que todos los míos estaban sanos y bien. Así que al final este postparto ha sido como los otros dos, complicado pero por razones muy distintas.

Algún consejo, algo que te esté ayudando para la crianza de una niña tan pequeñita en estas semanas atípicas y que pueda servir a otras mujeres en tu situación…
Sin duda lo que más me está ayudando es la red digital que tenemos y que se ha hecho más fuerte con todo esto. A la que podemos acceder todas. Desde primer momento he tenido al otro lado de la pantalla a personas maravillosas que me han dado mucha tranquilidad. Gonzalo de @dospediatrasencasa que me ayudaba con las dudas que tenía sobre la pequeña Lucía en las primeras semanas. Alba Padró, asesora en lactancia, gracias a la que pude establecer bien la lactancia y toda la comunidad de Malasmadres que me ha enviado por redes sociales tantísimo cariño. Y en especial tres amigas y compañeras de este mundo digital que me han dado un gran apoyo: Marián García @boticariagarcia, Ámbar Muñoz @ambartxu y Raquel López @yosoymamifit.

Laura Baena: “Me fui dando cuenta de que esta situación nos tenía que ayudar a todos y a todas de una manera u otra»

¿Y has podido ver algo positivo en todo esto? No sé si el poder pasar más tiempo con la pequeña tú y los tuyos o el replantearte ciertas cosas…
Muchísimas cosas positivas. Al inicio, cuando estaba yo sumida en la negación, mi hermana Amelia me decía constantemente, mientras yo lloraba amargamente jaja “Laura, esta crisis es una oportunidad”. A mí esas palabras me sonaban a coaching fácil y no me gustaba. Pero cuando fui pasando el duelo ante esta situación y volviendo a ser yo, que soy positiva y luchadora, me fui dando cuenta de que esta situación nos tenía que ayudar a todos y a todas de una manera u otra. Nos estaban poniendo delante la oportunidad de parar y repensar nuestro camino, cosa que era mi deseo, como te contaba antes, con esta nueva maternidad. A nivel personal nos ha regalado la oportunidad de vivir los primeros meses de Lucía con paz y menos prisas, con sus hermanas en casa que la están disfrutando muchísimo. Y a nivel profesional ha sido un revulsivo. Después de las semanas duras iniciales, de tener que reestructurar los proyectos y replantear muchas cosas, nos ha dado la oportunidad de teletrabajar, de volver al origen, de recordar nuestros valores y filosofías, de ser más fuertes en este futuro incierto que se avecina. Desde aquí me gustaría dar las gracias al equipo de DKV Salud, liderado por Isabel Barangé que me dijo “esto va de personas Laura, no de empresas” y al equipo de Carrefour, liderado por Raquel López que confío en mí y hemos ido rediseñando el proyecto juntas. Invito a todas las que me lean a que saquen lo positivo de esto, a que se den la oportunidad de parar, pensar y volver a empezar.

Y la vida en familia ¿cómo ha sido, ha habido momentos difíciles?
Y sigue habiéndolos jajaja. Teletrabajar en familia, con los deberes, con las comidas es una locura. Sacar tiempo personal una utopía y hemos tenido que replantear rutinas y la manera de organizarnos. Pero a la vez nos ha permitido conocernos mejor y vivir con menos prisas.

¿Como has recibido la decisión del Gobierno de poner fin al confinamiento riguroso de los niños? ¿Crees que se ha hecho bien?
No había otro camino. Creo que esta sociedad ha demostrado de nuevo que le da la espalda a los niños y las niñas y olvidan sin sentido que son el futuro de la sociedad. Las familias seguimos sin ser prioridad para el Gobierno y no tiene ningún sentido. Hay familias que lo han pasado realmente mal. Niños con necesidades especiales que no salían a la calle por temor a ser increpados. Niños y niñas que han dado pasos atrás en su aprendizaje. Familias en pisos pequeños sin luz. Los más pequeños han demostrado una capacidad de resiliencia increíble. Nos han dado una gran lección. La medida era necesaria, pero ha llegado tarde. Y esto nos demuestra que hay que seguir reivindicando su papel necesario en esta sociedad.

El club ha esgrimido siempre una bandera: la lucha por la conciliación, ¿en qué punto estamos? ¿Queda mucho camino por recorrer aún?
Muchísimo por desgracia. El problema es que los objetivos que teníamos antes del confinamiento ahora no nos valen. Hay que revisarlos. Por ejemplo, en el club antes del confinamiento lanzamos la iniciativa lasinvisibles.org una encuesta que contestaron más de 100.000 mujeres y cuyo objetivo era dar visibilidad a nuestro trabajo en casa y en el mercado laboral. Ahora muchas mujeres madres van a sufrir las consecuencias de esta crisis sanitaria, social y económica. Por lo que tenemos que revisar nuestro planteamiento, que siempre tuvo como objetivo un Plan Nacional de Conciliación. Ahora nos toca estar en primera línea y ayudar a esas Malasmadres que se van a quedar sin trabajo, que van a tener que renunciar para poder cuidar de sus hijos e hijas porque está claro que el cuidado caerá en hombros de la mujer. No me gusta dejar una visión derrotista de la realidad por lo que también nos llevamos un aprendizaje en positivo que trasladábamos al inicio del confinamiento en la encuesta “Esto no es conciliar”, que lanzamos para analizar cómo estaban las familias conciliando en tiempos de cuarentena. En estas semanas muchas pequeñas empresas (el tejido empresarial de España está sustentados por pymes) nos hemos adaptado y estamos practicando el teletrabajo, como una de las medidas necesarias no para conciliar, sino para sobrevivir. Antes de esta situación de crisis, solo el 8% de ellas ofrecían el teletrabajo a sus empleados, por lo que espero que este aprendizaje se quede. Nos hemos dado cuenta de que muchas de las funciones se pueden hacer desde cualquier lugar gracias a la digitalización. Esto ha llegado para quedarse y será uno de los pilares de la conciliación, una vez que pase la crisis social y económica. La flexibilización de horarios, la corresponsabilidad y el teletrabajo serán claves en la transformación laboral y permitirán que las mujeres no tengan renunciar a su carrera profesional al ser madres.

Y en esta tesitura se crea la asociación Yo No Renuncio de la que eres presidenta, que se acerca quizás más al activismo político, y desde la que habéis lanzado distintas iniciativas y actividades, ¿cuáles destacarías?
Sin duda, nuestro servicio eltelefonoamarillodelaconciliacion.com que se lanzó hace un año y con el que hemos asesorado de manera gratuita a miles de mujeres, gracias al apoyo desinteresado del equipo de Legalitas. Estamos trabajando en un segundo servicio que ayude a la reincorporación laboral y que espero poder contaros muy pronto.

Otra de las puntas de lanza del Club Malasmadres es una tienda de ropa y complementos, ¿qué nos ofrece?
Como todo en el club, la tienda “Soy Malamadre” nació de la escucha activa de la comunidad. Un día hace años una Malamadre me dijo “quiero una camiseta con ese mensaje”, era uno de los mensajes insignia del club: “no soy superwoman”. Yo soy diseñadora gráfica y publicista y pensé que sería precioso poder tener una camiseta con ese mensaje, que te diera fuerzas y empoderara. Y así nació nuestra tienda, que tanta alegrías nos da. Es una marca que identifica a una generación de mujeres y que además ayuda porque tenemos colecciones solidarias que me hacen sentirme muy orgullosa. Acabamos de lanzar la colección “Resistiré como una Malamadre”, donde el 25% de los beneficios va destinado al programa “A tu lado” de Save the Children. Ayudará a las familias más desfavorecidas por esta crisis del covid-19, sobre todo, a las mujeres que viven su maternidad en soledad.

Para terminar una “pregunta trampa”: ¿No crees que precisamente tú, una mujer de éxito, con premios, mediática…y, según nos han contado, con una familia estupenda, demuestras que la conciliación sí existe?
Jejeje demuestro que solo es posible la conciliación cuando has renunciado a lo establecido y cuando has construido tu propio sistema: hacer equipo en casa porque sin corresponsabilidad no hay conciliación y crear un equipo de trabajo, donde la flexibilidad sea clave. Solo así es posible conciliar.

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María José Merino

María José Merino

Sevillana de adopción y Granadina de nacimiento y de corazón, donde no dudo en escaparme cada vez que puedo. Licenciada en periodismo por la Universidad de Navarra, trabajé durante la carrera en los...