Dispareunia sexo doloroso

La sequedad vaginal es un trastorno que sufren 2 de cada 10 mujeres, sobre todo a partir de la menopausia. Al picor, la irritación y las molestias que provoca se unen las relaciones sexuales dolorosas, síntomas que nos avisan de la falta de lubricación en la zona de la vagina. Si es tu caso, pregunta a tu farmacéutico cuál es la solución más adecuada.

Los estrógenos son las hormonas sexuales femeninas encargadas de mantener los tejidos vaginales lubricados, produciendo un líquido transparente que facilita las relaciones sexuales. Existen muchos momentos en la vida de la mujer en los que esta producción puede verse alterada, como días antes o días después de la menstruación, o durante el embarazo y la lactancia, dos momentos en los que se produce prolactina, una hormona que favorece la producción de la leche, pero reduce la generación de estrógenos. Sin embargo, la menopausia es el momento en el que se reducen de manera más notable los estrógenos, con la consiguiente sequedad vaginal, que a su vez produce picor, irritación, ardor en la zona y relaciones sexuales dolorosas o dispareunia

Qué puede propiciarla

  1. Anticonceptivos y otros medicamentos: los anticonceptivos intervienen en los niveles hormonales, alterando la lubricación natural. También otro tipo de medicamentos, como los antihistamínicos, los antidepresivos, los relacionados con problemas gastrointestinales o algunos tratamientos contra el cáncer pueden alterarla.
  2. Una infección: una de las más habituales es la candidiasis vaginal, una infección por hongos que llegan a sufrir 7 de cada 10 mujeres.
  3. Una higiene inadecuada: mantener el pH vaginal en unos niveles adecuados, teniendo en cuenta que no siempre es el mismo, sino que va cambiando según las diferentes etapas (edad fértil, embarazo, menopausia…), es esencial para evitar infecciones y otros problemas. José Manuel Martín, farmacéutico de DosFarma recomienda no utilizar productos que alteren la lubricación natural y dañen la flora vaginal, como los jabones muy perfumados o con alcoholes y algunas compresas. Lo más recomendable es optar por jabones específicos para esta zona, sin perfumes (o con poco aroma), y que contengan ingredientes hidratantes y calmantes (camomila, aceite de rosa mosqueta, aceite de oliva, aloe vera, etc.), respetuosos con el pH de la piel. Incluso hay jabones diseñados especialmente para mujeres en edad fértil y no fértil.
  4. Las duchas vaginales, ya que pueden eliminar las bacterias beneficiosas que se encuentran en esta zona y que se encargan de protegerla ante posibles enfermedades.
  5. El consumo elevado de alcohol y el tabaco también afecta a los niveles hormonales y, por tanto, repercute en la lubricación.
  6. El estrés, la ansiedad o la depresión pueden alterar la lubricación vaginal.  

Lubricantes y humectantes: todos los que son

  • Lubricantes con base de agua. Respetan el pH de la piel y suelen incluir ingredientes hidratantes. Son fáciles de limpiar, pero no se pueden usar debajo del agua y se evaporan con rapidez, por lo que hay que ir reaplicando. Son compatibles con los preservativos.
  • Lubricantes de silicona. Duran mucho más tiempo y se pueden utilizar bajo el agua.
  • Lubricantes oleosos. No son compatibles con los preservativos y dañan la ropa y las sábanas. Además, el aceite puede alterar el pH vaginal
  • Humectantes vaginales: retienen y conservan la humedad en el tejido cutáneo y están específicamente formulados para el tejido vaginal delicado. A diferencia de los lubricantes, los humectantes vaginales no se usan solo durante las relaciones sexuales, sino que deben aplicarse regularmente para reponer la humedad vaginal y aliviar la sequedad, ya que penetran en la piel, a diferencia de los lubricantes, que permanecen en la superficie. Cuando se usan con regularidad, pueden ayudar a restaurar el tejido vaginal para mantenerlo más elástico y flexible. Hay muchos tipos de humectantes vaginales, como geles o cremas, que se pueden introducir en la vagina con las manos limpias o con un aplicador descartable (por lo general, de tamaño y forma similar a un tampón). También hay accesorios en forma de supositorios, que se introducen en la vagina, se disuelven y se absorben por la piel. El uso de humectantes a base de ácido hialurónico son la opción más eficaz.
  • Por último, si el uso de lubricantes y humectantes no mejora los síntomas, las hormonas pueden ser también muy eficaces porque, al estabilizar los niveles de estrógeno y progesterona en el cuerpo, disminuyen la sequedad vaginal. Los tratamientos hormonales pueden ser mediante: píldoras, parches, anillos, implantes, geles o cremas, pero deben siempre estar prescritos por un médico.

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Paula Rivero

Soy de la primera promoción de Periodismo que salía del "horno" de Sevilla (en todos los sentidos), allá por el año 94, estudios que completé con los de Historia Contemporánea, licenciándome en...