Guía para evitar intoxicaciones
Lista de alimentos prohibidos y recomendaciones para una dieta segura y equilibrada para nuestros animales.
A la hora de alimentar a tu cachorro, además de tener en cuenta la talla, el peso y la raza debes saber que hay una serie de alimentos que están terminantemente prohibidos por ser tóxicos para ellos, pudiéndoles provocar diarreas, vómitos, anemia e incluso fallo renal y pancreatitis.
El chocolate, la cebolla, las uvas o las pasas son solo algunos de los alimentos que debes tachar de la lista de alimentos permitidos para tu mascota, ya sean gatos o perros. También la carne, los huevos o el pescado crudo, que, lejos de ser inocuos, pueden desencadenar una salmonelosis o un anisakis en toda regla que fastidie para siempre sus estómagos. De ahí que haya que prestar mucha atención a las sobras que les damos, y en la medida de lo posible, evitarlas.
La lista de los alimentos prohibidos
Si te despistas ¡al veterinario!
- Cebolla, puerros, chalotas, cebolletas y ajo: al contener compuestos azufrados en todas sus versiones, pueden provocar la destrucción de los glóbulos rojos de la sangre, causando anemia a perros y gatos, siempre en función de la cantidad que ingieran o de la asiduidad con la que la tomen. Entre los síntomas que estos alimentos pueden provocarles (y que pueden ir apareciendo hasta 5 ó 6 días después de la ingesta), están los vómitos, la diarrea, un color anaranjado/rojizo de la orina, letargo, dificultad respiratoria y ritmo cardiaco acelerado.
- Uvas y pasas. Son nefrotóxicas, es decir, causan fallo renal y son altamente nocivas para los perros, incluso consumidas en pequeña cantidad. En los gatos pueden provocar molestias digestivas o incluso dañar también sus riñones. Los vómitos repetidos y la hiperactividad son síntomas que pueden producirse durante las 12 horas posteriores a la ingesta. A las 24 horas también pueden aparecer letargo, diarrea, dolor abdominal y una disminución del apetito y la micción.
- Aguacate. Contiene una toxina fungicida llamada persina, potencialmente peligrosa. Puede provocar síntomas leves, como diarrea y vómitos, pero en los casos más graves puede incluso ocasionar pancreatitis.
- Melocotones y albaricoques: sus semillas contienen una pequeña cantidad de cianuro, pudiendo dar lugar a convulsiones y problemas respiratorios graves. También lo contienen las semillas de manzana.
- Tomate crudo y setas.
- Huevos, carne y pescado crudos, que pueden provocar una intoxicación por salmonela o Escherichia coli en los dos primeros casos y el alojamiento del parásito anisakis en el tercero. Los síntomas de la enfermedad varían, pero pueden incluir vómitos, diarrea y letargo. Los huevos crudos también contienen una enzima que puede provocar problemas en la piel y el pelo.
- Frutos secos. Las más peligrosas son las nueces de macadamia, cuyo consumo puede ocasionar un cuadro de debilidad, temblores y vómitos. También las almendras, que en grandes cantidades pueden causar pancreatitis.
- Alcohol: la tolerancia al alcohol de perros y gatos es cero, por lo que, si ingieren la más mínima cantidad de alcohol, pueden terminar sufriendo daños graves e irreversibles. Entre los síntomas que puede provocar están la incapacidad para caminar correctamente, presión arterial baja, letargo, hinchazón, vómitos, diarrea e incluso convulsiones.
- Chocolate. Resulta muy tóxico tanto para perros y gatos, ya que no metabolizan las metilxantinas, sustancias que pueden provocar vómitos y diarrea, temperatura corporal elevada, temblores musculares, ritmo cardíaco anormal, malestar abdominal, aumento de la sed y convulsiones. Su ingesta puede producir un estado de excitación que dura horas y que puede incluso producirles la muerte (similar a una sobredosis de anfetaminas). En los gatos puede causarles problemas graves, como aceleración de la frecuencia cardíaca y malestar gastrointestinal.
- Cafeína y teína. Estos compuestos del café y del té, también presentes en muchas bebidas estimulantes, afectan a su sistema nervioso central y pueden causarle incluso la muerte. Las metilxantinas también se encuentran en bebidas con cafeína, y deben evitarse.
- Los embutidos son ricos en sal y grasas, y pueden causar hipertensión y pancreatitis en gatos.
- Por último, comer huesos crudos es una costumbre con la que podrían atragantarse y dañarse el tracto digestivo o la dentadura, sobre todo si hablamos de huesos de pollo o cualquier tipo de ave.
Al César lo que es del César
Lo ideal es introducir en su alimentación piensos y comidas específicamente diseñados para ellos, ya que tienen una combinación ajustada de proteínas, carbohidratos, grasas, minerales y vitaminas. En la misma línea, nunca se debe utilizar comida específica de gatos para alimentar a los perros y viceversa. Aunque el alimento para perros no es tóxico para los gatos, no es el adecuado para alimentar a los felinos a largo plazo, puesto que los gatos necesitan más proteínas y aminoácidos, como la taurina y la arginina y a la larga puede provocar carencias de nutrientes. Tampoco el alimento de gatos es bueno para tu perro: tiene un contenido en proteínas elevado y, a la larga, puede desencadenarle problemas de riñón.
En cuanto a los snacks y las chucherías específicas para ellos, cuidado con las raciones diarias: aunque estén específicamente diseñados para ellos, nunca le des más del 15% de la ingesta diaria (o del 10% si le das premios más pequeños a base de carne).
Para mejorar su digestión…
- Evita las grasas en cantidad, sobre todo saturadas.
- Evita los lácteos, más difíciles de digerir. Aunque asociemos el consumo de leche a los gatos, es importante saber que no es apta para ellos, ya que tienen problemas para digerir la lactosa de la leche y puede provocarle vómitos y diarreas.
- Evita los caramelos con xilitol. Causan vómitos y bajada súbita de la glucosa en sangre, que a su vez ocasiona debilidad, tambaleo, convulsiones, coma y muerte.
- Dales prebióticos y probióticos (bacterias vivas beneficiosas) que mejoran el equilibrio de su flora intestinal.
- Introduce piensos ricos en fibra que ayuden al tránsito y faciliten el movimiento a través del intestino.
- Hidrátalos constantemente, sobre todo en los meses de más calor, asegurándote siempre de que tengan acceso fácil a una fuente de agua limpia y fresca.
- Fomenta su actividad física para prevenir y combatir un posible sobrepeso y no olvides tu cita anual con el veterinario.