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Los elevados niveles de polución que se forma en zonas urbanas, densamente pobladas y con altos niveles de contaminación atmosférica cuando no llueve y hace aire pueden provocar, además de alergias oculares (como la conjuntivitis alérgica), irritación en los ojos, ardor, enrojecimiento y lagrimeo, además de sensación de quemazón y escozor.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 92% de la población mundial vive en lugares donde los niveles de calidad del aire exceden los límites fijados en sus directrices, que establecen una media anual de partículas con un diámetro inferior a 2,5 micrometros (PM2,5) de 10 μg/m3. Aunque las enfermedades respiratorias son las dolencias más habituales asociadas a los altos niveles de sustancias contaminantes en el ambiente, también puede afectar a otros órganos entre los que se encuentran los ojos. En España, según la OMS, uno de cada cuatro españoles padece este tipo de alergia estacional que afecta de un modo especialmente virulento al sistema ocular. Picores, sequedad, lagrimeo, ojos rojos y visión borrosa son los principales síntomas asociados a la conjuntivitis alérgica, apunta el doctor Fernando Llovet, director médico de Clínica Baviera, y “la mejor forma de prevenilos es minimizar o evitar el contacto con la fuente de la alergia”, añade.
El cambio climático produce un incremento de temperaturas y de los niveles de CO2, por lo que se adelanta la floración y provoca un mayor número de casos por alergias respiratorias.
Alergia: cada vez antes
Los afectados por las alergias han visto cómo sus síntomas se van adelantado gradualmente a la primavera debido, en parte, al aumento de las partículas diésel que emiten los motores de coches y autobuses. Estas partículas multiplican por 27 la capacidad de los pólenes de producir alergias. Una situación que afecta al cambio climático, alterando la floración de muchas especies vegetales y de la polinización de los árboles y plantas. Las que más problemas generan a los alérgicos en España son las gramíneas, el olivo, ciprés, salsola, el plátano de sombra y la parietaria. A pesar de ello, según las previsiones de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) para esta primavera, los seis millones de alérgicos al polen de gramíneas se enfrentarán a una estación menos intensa que la del 2016.
Ojos en cuarentena por la conjuntivitis alérgica
1. Determinar el tipo de alergia. Saber la causa de la alergia es fundamental para afrontarla con precisión y de forma efectiva por lo que se debe acudir al alergólogo y al oftalmólogo para determinar el alérgeno y el tratamiento determinado.
2. Utilizar gafas de sol grandes y envolventes. Alejarán el polen de los ojos y además evitarán el paso de la luz que puede molestar a aquellos que padecen conjuntivitis alérgica.
3. Reducir las actividades al aire libre. Sobre todo en las franjas de máxima concentración de polen, primera hora de la mañana o última de la tarde. Además, es importante que aquellos que sufren conjuntivitis alérgica se laven con frecuencia las manos con agua y jabón para evitar el contacto con los ojos de la fuente de alergia.
4. Usar suero fisiológico o lágrimas artificiales. Su uso puede mitigar temporalmente las alergias ya que ayudan a mantener el ojo limpio de alérgenos, alivian la irritación y la sequedad ocular. Realizar lavados con suero fisiológico o lágrimas artificiales además de mantener la superficie ocular limpia reduce el tiempo de contacto.
5. Instalar filtros de alta calidad. Es fundamental instalar filtros de aire de alta calidad que eviten el paso de elementos contaminantes externos.