De cada diez niños que nacen, dos o tres desarrollarán dermatitis atópica, una alteración cutánea que lejos de proteger la piel, hace que pierda agua y pueda provocar una inflamación debida a los irritantes y alergenos que traspasan la epidermis. Cuidarse a diario, haya o no brotes, clave para controlarla.

No sólo los niños (según las estadísticas, de cada diez niños que nacen, dos o tres desarrollarán dermatitis atópica), sino también los adultos, (el 10%), desarrollarán dermatitis atópica a lo largo de su vida. Se trata de una enfermedad inflamatoria de la piel cuya prevalencia se ha triplicado en las tres últimas décadas en los países industrializados afectando hasta al 30% de los menores y al 10% de los adultos. Los últimos descubrimientos indican que hay alteraciones en la formación de la estructura de la barrera cutánea y por tanto en su función protectora, que provocaría que el menor no esté protegido frente a agentes externos: la persona con dermatitis atópica pierde agua a través de la piel alterada y además los irritantes y los alérgenos pueden traspasar la epidermis y provocar la inflamación. “La dermatitis atópica se está haciendo famosa, no por las campañas de sensibilización sino por su gran prevalencia”, afirma la presidenta de la Asociación de Pacientes y Familiares con Dermatitis labradorAtópica (ADEA), Mercedes G. Labrador. “Por simple estadística, hoy por hoy, es muy poco probable que en una clase no haya ningún niño con esta enfermedad. Desde ADEA queremos quitar el miedo a los padres, resolverles sus dudas y tranquilizarles sobre esta enfermedad benigna pero altamente molesta y sobre la que, hasta día de hoy, no hay cura”, afirma.

Para lograr una mayor sensibilidad social hacia esta enfermedad y destacar sus implicaciones en la vida diaria de los pacientes y sus familias, la Asociación de Pacientes y Familiares con Dermatitis Atópica (ADEA), con el apoyo de Eucerin, celebró una charla-coloquio dirigida a los pacientes y sus familiares, con expertos en dermatología atópica infantil, durante el transcurso de la cual se estrenó el documental Familias Atópicas protagonizado por tres familias con menores atópicos, y se presentó la aplicación informática (app) para teléfonos inteligentes y dispositivos móviles Alex, ¡no te rasques! dirigido especialmente a que los niños puedan entender su enfermedad de una manera sencilla, divertida e interactiva.

Sus síntomas
En el 45% de los casos, la dermatitis atópica aparece antes de los seis meses de vida, en el 60% aparece antes del año de vida y en el 85% antes de los cinco años. Aunque se estima que en el 70% de los casos desaparece en la adolescencia, evolucionando a formas severas de la enfermedad en aquellos pacientes que lleguen a la etapa adulta con dermatitis atópica. Los síntomas más frecuentes de la dermatotis atópica son una piel muy seca y sensible en la que aparecen lesiones caracterizadas por la hinchazón, el enrojecimiento y, sobre todo, un picor intenso.

Estos síntomas se presentan en brotes, combinando épocas de mejoría con épocas de crisis. La duración en los menores de cada brote ronda los 18 días y suelen tener de media cinco brotes al año. Estos periodos de crisis producen en los menores una alteración del sueño, provocando que no puedan descansar y generándoles irritación y ansiedad ante su situación. En los adultos, puede generar también problemas de sueño, alteraciones psicológicas y, en los casos más severos, incapacidad laboral. Por lo tanto, es una enfermedad que produce un alto impacto en la calidad de vida del niño, tanto en su autoestima, la productividad en los estudios, actividades rutinarias y de ocio, etc… De hecho, el impacto de la dermatitis atópica en su calidad de vida es similar al de otras enfermedades crónicas que se perciben generalmente como más debilitantes, tales como enfermedad renal, asma o diabetes. A su vez, el cuidado del niño conlleva un aumento de la carga familiar dada la necesidad de una mayor atención frente al menor enfermo, por el gasto económico importante que conlleva tratar la enfermedad, como los cambios de adaptación en la vida de la familia.

Sus causas
1. Está demostrado que existe una predisposición genética a padecer dermatitis atópica, ya que si uno de los padres sufre dermatitis atópica, el menor tiene alto riesgo de padecerla.
2. También se sabe que uno de los factores desencadenantes de la enfermedad es la presencia de una alteración inmunológica en el paciente, que provoca una inflamación subclínica persistente en la piel.
3. Ahora, además, entre las posibles causas de esta enfermedad se ha constatado la coexistencia de trastornos en la función de barrera de la piel. “Los últimos descubrimientos nos indican que, en la dermatitis atópica, hay alteraciones en la formación de la estructura de la barrera cutánea. Con lo cual, la piel de estos pacientes es más seca, porque se pierde agua a través de la piel alterada y además los irritantes y los alergenos pueden traspasar la epidermis y provocar la inflamación”, explica el doctor Raúl de Lucas, jefe de Sección de Dermatología Pediátrica en el Hospital Universitario de La Paz. Así, agentes infecciosos como el estafilococo, irritantes como el polvo o el sudor, o elementos químicos como el níquel o el cromo, son sustancias capaces de atravesar la barrera cutánea y sensibilizar las células del sistema inmunológico. “Los pacientes con dermatitis atópica tienen más probabilidad de contraer infecciones en general, tanto bacterianas como víricas o de otro tipo. La alteración de la barrera cutánea también altera la inmunidad innata que es la que nos defiende especialmente del exterior, sobre todo mientras se desarrolla el sistema de inmunidad adquirida en los menores”, asevera el doctor de Lucas.

La “marcha atópica o alérgica”
Los nuevos conocimientos sobre la genética y fisiopatología de la piel han permitido conocer también que la epidermis (la capa más externa de la piel) puede ser la puerta de entrada a otros alérgenos que propicien el desarrollo de otras enfermedades alérgicas, en lo que se conoce como la “Marcha atópica o Marcha alérgica”. Un estado en el que van apareciendo una tras otra varias enfermedades alérgicas, siendo la primera la dermatitis atópica, y desarrollándose después el asma y la rinoconjuntivitis, así como la alergia a ciertos a alimentos.

“Posiblemente, si somos capaces de tratar a los pacientes con dermatitis atópica, de restaurar la barrera cutánea de alguna manera, de aumentar la resistencia de la epidermis, vamos a ser capaces de prevenir en última instancia la mayoría de las manifestaciones de la marcha atópica”, concluye el jefe de Sección de Dermatología Pediátrica en el Hospital Universitario de La Paz. Los expertos estiman que alrededor del 30% de los menores con dermatitis atópica desarrollará una o varias de estas enfermedades alérgicas.

Cuidarse a diario
El manejo adecuado de la enfermedad comienza por evitar los desencadenantes de la enfermedad más una higiene e hidratación diaria de la piel mediante la aplicación una o varias veces al día de una crema emoliente (hidratante). Para el tratamiento de los brotes se utilizan antiinflamatorios tópicos. En los casos graves, también se emplean la luz ultravioleta y los inmunosupresores por vía oral. Además, existen tratamientos para controlar a largo plazo la enfermedad, reduciendo significativamente el número de brotes, retrasando su aparición y acortando la duración de los mismos, gracias a mantener controlada la inflamación subclínica que persiste más allá de la desaparición de las lesiones.

“Los padres y también los pacientes tienen que ser conscientes de que hay que cuidarse cuando hay brotes, pero también entre brotes. Hay que cuidarse a diario”, añade la presidenta de ADEA, “y también seguir las recomendaciones del dermatólogo, confiar en ellos, para lograr tener una dermatitis controlada”, explica Mercedes G. Labrador, quien muestra su preocupación ante el efecto que la crisis pueda tener especialmente en la necesidad de emolientes por parte de los pacientes, no cubiertos por la seguridad social, pero necesarios y de uso diario. Otro pilar fundamental en el tratamiento de la dermatitis atópica es la intervención educativa en todas las personas involucradas con el paciente atópico.

Escuela de Atopia
HM Universitario Montepríncipe ha puesto en marcha la Escuela de Atopia, un taller gratuito para padres de niños que padecen dermatitis atópica. Se trata de un proyecto global surgido en Francia hace unos años promovido por la Fundación para la Dermatitis Atópica y que se ha ido extendiendo por diversos países europeos y americanos. “La idea nos resultó muy atractiva desde el principio” declara la doctora Raquel Novo, jefa de servicio de Dermatología de HM Universitario Montepríncipe y profesora de Dermatología en la Universidad Ceu San Pablo.

Estos talleres tienen un carácter más práctico que teórico, ya que no se habla a los padres en términos médicos sobre la enfermedad, sino sobre lo que puede ocurrir y cómo tratarla, y se dan recomendaciones generales, además de enseñarles a aplicar cremas emolientes. “El objetivo es responder a las dudas de los padres y conseguir que aumente su confianza en los tratamientos, que comprueben su efectividad y, por tanto, confíen más en el médico, lo que supone un beneficio para todos”, explica la doctora Novo. Además, las charlas son multidisciplinares y las imparten doctores de todas las especialidades relacionadas con la atopia para abordar la patología desde diferentes ópticas. Esta primera sesión de la Escuela de Atopia ha tenido una gran aceptación y de hecho, se ha completado el aforo máximo de 25 personas que se había establecido y muchos padres interesados tendrán que acudir a la próxima convocatoria porque en esta se han quedado sin plaza.

Dado el éxito del primer taller, está prevista la celebración de otro taller esta primavera. Las charlas son gratuitas y pueden acceder a ellas todos los interesados, independientemente de si se tiene o no sociedad médica. El plazo de inscripción ya está abierto y se pueden apuntar en la recepción de las consultas de Pediatría de HM Universitario Montepríncipe, desde donde les llamarán unos días antes de que se celebre el curso, por orden de inscripción.

“Desde un punto de vista de laboratorio, todos los productos que se apliquen a un niño con dermatitis atópica deben estar formulados con principios activos fundamentados en la medicina basada en la evidencia. Para ello es importante que los padres empleen los productos de uso diario de sus hijos elaborados por laboratorios con prestigio científico y, sobre todo, formulados por dermatólogos, los mayores conocedores de la etiopatogenia de esta enfermedad.

Algo tan sencillo como un gel de ducha diario o una crema corporal pueden mejorar la calidad de vida de un niño o de un adulto que padezca atopía. Y, además, a la larga pueden suponer un ahorro en medicamentos, visitas al dermatólogo, tiempo de sueño, estrés, dedicación de los padres, etc.”

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Redacción Consejos

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