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La doctora María García-Onieva, secretaria de la Asociación Española de Pediatría (AEP), destaca que esta guía “producto de la investigación, es de gran trascendencia para la práctica clínica y el tratamiento de la alergia infantil, por lo que supone un beneficio, tanto para la salud de estos niños como para la de la sociedad en general”. Así, ha subrayado el esfuerzo de la AEP en el impulso de la investigación en pediatría que en gran medida se realiza a través de las sociedades de especialidad pediátricas. Además, la secretaria de la AEP ha recordado el papel del pediatra “como el médico de los niños tanto en Atención Primaria como hospitalaria”.
La Guía ITO tiene como principal objetivo “abrir este tratamiento a la práctica clínica habitual de los pediatras alergólogos y alergólogos, por lo que se les ofrecen las recomendaciones a seguir, lo que les permitirá aplicarla con la mayor eficacia y seguridad en su consulta”, subraya el doctor Luis Echeverría, miembro del comité científico de la guía. De esta manera se ayudará a su puesta en práctica no solo en España, sino en el resto de países del mundo. La misma ha sido publicada por las revistas científicas internacionales, Allergologia et Immunopathologia y Journal of Investigational Allergology and Clinical Immunology, órganos oficiales de SEICAP y SEAIC, respectivamente.
En la Guía han trabajado más de 30 pediatras y alergólogos españoles de 18 centros diferentes, “con amplia experiencia en el campo de la ITO con alimentos y que han reunido la evidencia científica disponible sobre este tratamiento en la literatura médica”, señala el doctor Carmelo Escudero, también del comité científico. En ella, destaca, “se incluyen recomendaciones generales para llevar a cabo el procedimiento, pero también se ofrecen pautas concretas y adaptadas a los diferentes tipos de pacientes, según su gravedad y sus expectativas (protección frente a reacciones o la realización de una dieta normal, sin restricciones en cuanto al alimento al que el paciente es alérgico)”.
La ITO se recomienda en la actualidad solo en el ámbito de la investigación. Sin embargo, en el caso de la leche de vaca y el huevo, ya se ha introducido en la práctica clínica, por lo que “era necesario definir los requisitos imprescindibles que deben tener las unidades especializadas para realizar este procedimiento terapéutico con la máxima garantía de seguridad y eficacia”, subraya la doctora Rosa García, otra de las autoras miembro del comité científico. Al ser un tratamiento que no está exento de riesgos “solo puede ser realizado por médicos especialistas con amplia experiencia en ITO con alimentos y el paciente debe seguir un riguroso control por parte de su médico”, advierte.
Los requisitos para llevarse a cabo son que cumplan unas normas mínimas de calidad y seguridad, que sean aplicadas por profesionales médicos con experiencia, capacitados en el manejo de niños alérgicos. Además, las instalaciones deben permitir que el paciente sea controlado en el centro después de la administración de las dosis de alimentos programadas y que existan protocolos de intervención para el personal médico y de enfermería para el tratamiento de reacciones alérgicas derivadas de la terapia, incluida la anafilaxia.