Un peligro real
La hipertensión puede provocar daños irreversibles en órganos vitales como el corazón, los riñones o el cerebro. Marta Corral, farmacéutica en Farmacia Cepeda Vidal (A Coruña), explica cómo prevenirla, cuándo se considera un problema real y qué hábitos ayudan a controlarla.
El gran problema de la hipertensión arterial es que no da síntomas. Puedes tenerla durante años sin notarlo, mientras va dañando órganos importantes como el corazón, el riñón o el cerebro. Por eso se la conoce como “el asesino silencioso”. Marta Corral, farmacéutica adjunta experta en Farmacia Cepeda Vidal CB (O Burgo) de A Coruña nos enseña cómo controlarla adecuadamente.
Según el último estudio de prevalencia en España (2019), el 33% de los adultos de 30-79 años, lo que equivale a 10 millones de personas, eran hipertensos, cifra que podría ser mayor si tenemos en cuenta que hay mucha gente que no sabe que la padece. El gran problema de la hipertensión es que es asintomática, lo cual no quiere decir que vaya haciendo su trabajo sin que nos demos cuenta. De hecho, puedes tenerla durante años sin notarlo, mientras va dañando órganos importantes como el corazón, el riñón o el cerebro. Afortunadamente, muy cerca de tu casa, tu farmacéutico puede llevar un control y seguimiento de tu tensión de forma regular, ayudarte a entender y seguir tus tratamientos, aconsejarte sobre hábitos saludables y acompañarte en el control de tu salud día a día. ¿Le damos un repaso a lo más importante?
¿Cuándo hay realmente hipertensión?
La prueba fundamental para el diagnóstico de la hipertensión arterial es la medición de los valores de presión arterial sistólica o máxima y presión arterial diastólica o mínima (PAS y PAD). Unas cifras de PAS o máxima entre 110 y 140 mm de Hg y de PAD o mínima entre 70 y 90 mm de Hg están dentro de la normalidad. Sin embargo, en el momento en el que la presión sistólica está por encima de 140 y la diastólica por encima de 90 en varias medidas repetidas dentro del mismo corto periodo de tiempo, podemos decir que efectivamente hay hipertensión arterial.
Siempre que la presión arterial sistólica sea superior a 140 mm de Hg y/o la diastólica superior a 90 mm de Hg es conveniente consultar al farmacéutico para valorar si es necesario derivar al médico. Igualmente si pasado un tiempo no se consigue controlar la presión arterial a pesar de seguir correctamente el tratamiento; o si aparece un derrame en el ojo (hiposfagma); o en caso de presentar alguno de los siguientes síntomas, en cuyo caso habría que ir a un centro de salud de manera inmediata: dolor de cabeza muy intenso y repentino; dolor en el pecho o sensación de falta de aire; visión borrosa; sensación de mareo, nerviosismo o vértigo ;si la presión arterial sistólica es superior a 180 y/o la diastólica superior a 110 mm de Hg.
La edad y otras causas
En la mayoría de las personas que tienen hipertensión arterial no se conoce la causa concreta que la provoca, pero existen factores de riesgo que favorecen su desarrollo, como:
- La edad: una presión es más alta a medida que envejecemos.
- Los antecedentes genéticos: tener familiares cercanos con hipertensión aumenta la probabilidad.
- Una vida sedentaria y no realizar ejercicio físico.
- El sobrepeso y la obesidad.
- El tabaco y el alcohol.
- Estados de estrés o ansiedad.
- La presencia de alguna enfermedad, como la diabetes.
- Un consumo de sal excesivo (>5 g al día).
Normas para una correcta medición
- Reposar sentado al menos durante los 5 minutos previos a la medición. Sentarse adoptando una postura cómoda y relajada, con la espalda recta y sin cruzar las piernas. Se recomienda antes vaciar la vejiga.
- Evitar el consumo de café, alcohol o tabaco 30 minutos antes de la toma.
- No realizar la medición después de comer o de practicar ejercicio físico intenso. Los mejores momentos para medir la presión arterial son al levantarse por la mañana (entre las 7:00 y las 10:00) o antes de cenar (entre las 19:00 y las 22:00).
- Colocar el brazo relajado, apoyado sobre una mesa, con la palma hacia arriba y situando el manguito del tensiómetro a 2-3 cm por encima del pliegue del codo.
- No se debe hablar durante la toma de las medidas.
- Es recomendable realizar 3 medidas seguidas, dejando pasar 3 minutos entre cada una de ellas. La medida final, se calcula a partir de la media de las 2 con valores similares, descartando la de valor más alto, que suele ser la primera.
Un dato curioso: ¿conoces el síndrome de la bata blanca? Hay personas que se ponen muy nerviosas cuando se van a tomar la tensión en consulta, ya sea de forma consciente o inconsciente. En estos casos, la primera medida suele salir muy alta pero no es realista, por eso se suele descartar esa medida y se toma dos o tres veces más.
Hábitos saludables que te ayudarán a controlarla
- Reduce el consumo de sal a menos de 5 g (como una cuchara de café) al día.
- Controla el peso corporal a través de una alimentación equilibrada basada en la Dieta Mediterránea o Dieta Atlántica, es decir, más fruta y verdura y menos grasas saturadas, evitando sobre todo alimentos enlatados y precocinados, que ya incorporan en sus ingredientes grandes cantidades de sal.
- Elimina el tabaco por completo. Es el gran enemigo de una normotensión. Igualmente, reduce el consumo de alcohol a 1 copa de vino al día, aunque lo mejor es consumirlo esporádicamente o eliminarlo.
- Modera el consumo de café y té a 2 tazas al día como máximo.
- Realiza una actividad aeróbica al menos 30 minutos al día, 5 días a la semana. Como por ejemplo salir caminar una hora, ir andando a los sitios, subir escaleras, nadar, montar en bicicleta, correr, realizar algún deporte de juego tipo baloncesto, etc.
- Medita o practica técnicas de relajación 10 minutos al día para intentar reducir el estrés de forma activa ¡Quizás es el momento de probar una clase de yoga!
¡Nunca abandones el tratamiento por tu cuenta!
Hacer cambios en el estilo de vida puede marcar una gran diferencia en el control de la presión arterial. Para algunas personas, estos ajustes son tan efectivos que pueden prescindir de la medicación, pero para muchas otras, tomar medicamentos sigue siendo esencial para mantener sus valores en equilibrio. Algo que observamos mucho en la farmacia es que algunos pacientes tratados, al ver mejoras en sus valores, abandonan el tratamiento o lo sustituyen por “algo más natural”. Es importante seguirlo de forma correcta y tener en cuenta que, aunque la presión arterial se mantenga dentro de los valores normales, nunca se debe abandonar el tratamiento sin supervisión médica pues de lo contrario, la presión arterial podría volver a subir de golpe y provocar consecuencias fatales.