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Una dieta vegetariana o vegana mal planificada puede generar consecuencias negativas sobre la salud e influir en el crecimiento de los niños. Por ello, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) considera fundamental prestar especial atención a cada una de las diferentes edades.
Por ello han abordado este tema durante el seminario “Niños vegetarianos, ¿niños sanos?” organizado por la AEPap en su 14º Curso de Actualización y coordinado por la doctora Mª Jesús Esparza, en el que también se han debatido otros temas como el papel del pediatra de atención pediatra a la hora de tratar casos de transexualidad en niños y sus familias. Se dice que una persona es vegetariana cuando se abstiene de comer carne, pescado, marisco o cualquier producto elaborado con estos alimentos, pudiendo o no incluir en su dieta alimentos derivados de otros animales como huevos, lácteos o miel. Por otro lado, las personas veganas son aquellas consideradas vegetarianos totales, es decir, que no comen ningún alimento o derivado de origen animal. “Tiempo e información a las familias son dos aspectos necesarios para contribuir a que los niños vegetarianos y veganos tengan todos los nutrientes necesarios para su crecimiento y normal desarrollo”, explica la doctora Martínez.
Es importante prestar especial atención a la alimentación vegetariana o vegana en cada una de las diferentes edades. Al igual que con todos los bebés, la lactancia materna es la forma de alimentación ideal para los lactantes vegetarianos o veganos, por lo que ésta debe ser apoyada; en este sentido, “es importante asegurarse de que estas madres tomen un suplemento regular de vitamina B12 y yodo”, apunta la doctora.
A partir de los dos años de edad, la alimentación debería parecerse a la del resto de la familia, dependiendo el número de raciones de la edad, los niveles de actividad física o las características personales de cada niño.
Atención a los siguientes nutrientes
Proteínas: las mejores fuentes de proteínas en la alimentación vegetariana y vegana son las legumbres y los frutos secos y semillas, que deben estar presentes en la dieta a diario. En una alimentación vegetariana o vegana bien planificada las proteínas no tienen por qué constituir un problema.
Grasas: son muy importantes en la alimentación infantil y ninguna dieta debería restringirlas. Las mejores fuentes de grasas en las dietas vegetarianas o veganas son los frutos secos y las semillas, los aguacates y el aceite de oliva.
Calcio: en los primeros 2 años los bebés obtienen el calcio a partir de la leche materna o de fórmula; en los mayores de 2 años, además de productos lácteos, otras buenas fuentes de calcio son las verduras de hoja verde, el tofu, las leches (y yogures) vegetales enriquecidas y las legumbres.
Vitamina D: los niños (vegetarianos o no) que no se expongan al sol regularmente pueden necesitar suplementos de vitamina D.
Vitamina B12: sólo se encuentra de forma natural en los alimentos de origen animal, por lo que, aunque los productos lácteos y huevos, así como los alimentos enriquecidos aportan pequeñas cantidades de esta vitamina, se recomienda que todas las personas vegetarianas y veganas tomen un suplemento semanal de vitamina B12.
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