Pelo sano y bonito

Técnicas y productos que funcionan para paliar los estragos que el verano provoca en el pelo y la caída propia del mes de septiembre.

Septiembre no suele ser un mes fácil, pues supone “aterrizar” en un escenario menos relajado y despreocupado que el de las semanas anteriores. Y tampoco resulta un momento “de júbilo” para el cabello, que arrastra el desgaste de los excesos veraniegos mientras tiene que prepararse frente a los “embates” del cambio de temporada. Es el momento de activar los cuidados post-sol y pre-frío.

Se podría decir que el otoño es una etapa “delicada” para la salud capilar, ya que en este momento del año hay una serie de factores que en mayor o menor medida pueden sabotear todos los esfuerzos por conseguir una melena 10. La sequedad, la falta de brillo, el encrespamiento y el riesgo de caída capilar son los principales focos de atención que hay que tener en cuenta en ese plan de reseteo capilar que siempre hay que activar (sí o sí) a la vuelta del verano, aunque aparentemente el daño no vaya más allá de unas puntas abiertas o una ligera pérdida de tono.

En busca del brillo perdido

La opacidad capilar, generalmente acompañada de una sequedad extrema, es uno de los daños colaterales que el verano deja a nivel capilar. Modesta Cassinello, doctora en farmacia y creadora de la firma cosmética homónima, explica que “el brillo del cabello está relacionado con el estado de la cutícula, que es la capa más externa y que tiene una función muy importante: proteger la estructura interna. Por eso, para mantener el cabello brillante, debemos cuidarlo con productos que contengan activos protectores de dicha estructura y que, a la vez, mantengan la hidratación”.

Según señala la experta, estos productos van a mejorar características del cabello tan importantes como el brillo y la suavidad, “Si la fibra capilar está en buen estado refleja toda la luz en lugar de dispersarla, consiguiendo aportar ese brillo que el cabello tanto necesita en este momento”.

La farmacéutica identifica a los principales enemigos y/o ladrones de ese brillo: las agresiones externas, provocadas por procesos térmicos; la radiación UV; las partículas de contaminación; y los restos de productos cosméticos que no se han aplicado o eliminado adecuadamente: “Todo ello favorece que las escamas de la cutícula se abran, los lípidos presentes se degraden y se modifiquen las propiedades mecánicas y sensoriales del cabello, sobre todo el brillo”.

Modesta Cassinello ofrece las claves para reparar esta pérdida de brillo:

  1. Un lavado “en condiciones”. Es el primer paso para proporcionar al cabello la protección, nutrición y reparación que necesita. La experta recomienda usar champús formulados para devolver progresivamente la luz al cabello y que estén especialmente diseñados para las situaciones más vulnerables a la pérdida de brillo: cuero cabelludo sensible, cabellos teñidos, etc. Por su parte la farmacéutica María Esther García de la Cruz, colaboradora del laboratorio Marnys, aconseja peinar el pelo antes de lavarlo: “Hay que tener en cuenta que cuando está mojado se enreda más y por eso será más propenso a romperse al peinarlo. Asimismo, durante el lavado es preferible usar agua tibia, pero terminando el último enjuague con un agua un poco más fría, pues el agua caliente puede irritar el cuero cabelludo y, a la vez, estimular las glándulas sebáceas que provocan una producción excesiva de graso, lo que da lugar a un cabello más opaco debido a la acumulación de impurezas”.
  2. ¿Acondicionador? Siempre, siempre, siempre. “Hay que buscar el que mejor se adapte en cada caso a las necesidades capilares y no tener miedo de aplicarlo después del lavado, por la falsa creencia de que puede apelmazar o ensuciar el cabello”. Hay opciones para todos los gustos, con y sin aclarado”, dice Modesta Cassinello. 
  3. Secado “en modo diva”. Si habitualmente te secas el cabello frotando fuertemente con una toalla, debes ir descartando este gesto, ya que, como explica la experta, puede favorecer que el pelo se dañe y se vuelva aún más opaco. “La mejor alternativa es secarlo suavemente con un turbante 100% algodón orgánico certificado. Además, hay que evitar el uso del secador a altas temperaturas, ya que puede aumentar el daño capilar”.
  4. Cepillar “con arte”. Cepillar el cabello a diario tiene beneficios más allá del desenredado, entre ellos, aportar más brillo a la melena, eso sí, siempre que se realice con el cepillo adecuado. “Las cerdas de un buen cepillo consiguen que la cutícula del cabello se cierre, evitando así que el pelo se seque. Gracias a esto, las escamas del cabello permanecen hidratadas y cerradas, lo que se traduce en un mayor brillo”, explica Modesta Cassinello, quien apunta que para conseguir este efecto hay que usar un cepillo que se adapte al tipo de cabello y realizar una técnica de peinado suave, para no dañar la fibra. 

Aceites: la UVI portátil

Para aumentar el brillo de forma inmediata, Modesta Cassinello aconseja recurrir a los aceites capilares que, además, aportan luminosidad y e hidratación instantánea. Tienen la ventaja de que se aplican y absorben rápidamente, proporcionando en un solo gesto protección, suavidad, uniformidad y brillo.

María Esther García de la Cruz coincide en recomendar estos productos: “Además de cuidar el cabello desde dentro y con un lavado correcto, no hay que olvidarse de la importancia de la hidratación desde fuera, incluyendo en la rutina de cuidados aceites con ingredientes naturales”.

Para sacar el máximo partido a estos productos, García de la Cruz aconseja aplicar unas gotitas en medios y puntas tras el secado. “También se puede usar a modo de mascarilla antes del lavado, repartiendo una pequeña cantidad a lo largo del cabello, y dejándola actuar durante unos minutos. Después, lavar el cabello con normalidad”. 

Mascarillas: este es “su momento”

Junto a los aceites, y para una reparación más “reposada”, las mascarillas juegan un papel fundamental en la puesta a punto de la melena post-vacacional. Pero para que sean 100% efectivas, es importante elegir la más adecuada al estado del cabello. Caroline Greyl, presidenta de la firma de cosmética capilar Leonor Greyl, comenta al respecto que “las mascarillas son esenciales para nutrir, hidratar y embellecer, lo que las convierte en un básico de la rutina capilar, y más aún en los meses posteriores al verano, en los que el cabello necesita un extra de nutrición y reparación. Siempre deben elegirse en función del estado de la melena de medios a puntas, pero también de acuerdo a la naturaleza del cabello”. Estos son los consejos de la experta para acertar en la elección:

  1. Puntas muy secas, cabello deshidratado, debilitado y quebradizo: “Se necesita una mascarilla de hidratación muy profunda, que nutra en profundidad y que, además, repare y regenere”. 
  2. Cabello fino con necesidad de nutrición de medios a punta: “En este caso se debe elegir una mascarilla específicamente formulada para este tipo de cabello, que sea capaz de aportar suavidad y nutrición, pero sin añadir peso ni apelmazar el pelo”.
  3. Cabello grueso o rizado, seco y encrespado: “Requieren productos reparadores que controlen el encrespamiento, faciliten el cepillado, ayuden a manejar mejor la melena y suavicen y definan los rizos”.

Virtuosismo en la aplicación

Tan importante como la elección del producto es aplicar correctamente la mascarilla, “algo que se puede hacer antes o después del champú. Hacerlo antes puede ser una opción muy interesante para las personas con cabello fino que tienen miedo de añadir un peso extra al cabello”, afirma la experta, quien detalla el “manual de uso” en ambos casos:

-Antes del champú: “El agua del pelo mojado hace que el producto se escurra, limitando su penetración en la fibra capilar. Por eso, cuando se aplica en seco, la absorción de todos los activos de la mascarilla es mucho mayor. Además, si se usa antes del lavado, es más fácil cumplir con los tiempos de exposición, algo que resulta más complicado cuando lo hacemos en la ducha”. Caroline Greyl explica que se debe aplicar sobre el cabello seco, evitando las raíces y dejándola actuar durante 20 minutos. “Para un efecto suavizante recomiendo añadir una pequeña cantidad más de producto en el momento del aclarado, y desenredar el cabello con un peine de púas anchas”. 

-Después del champú: “En este caso, es importante escurrir muy bien el cabello con la ayuda de una toalla. Después, se pone la mascarilla en la palma de la mano y se distribuye por todo el cabello, de medios a puntas y mechón a mechón. Según el estado del pelo, se deja actuar de 5 a 10 minutos y a continuación se desenreda con un peine de púas anchas y se aclara abundantemente”. 

Caída otoñal y cuero cabelludo, ¿hay relación?

  • De acuerdo con una encuesta llevada a cabo por el grupo médico capilar Insparya, un 39% de la población está preocupada por la caída del pelo, siendo una de las “inquietudes capilares” más repetidas por los encuestados, sólo por detrás de la caspa y el pelo graso, que suponen la principal preocupación para el 51% de los españoles.
  • Tradicionalmente, la llegada del otoño se ha considerado una etapa “pico” de la caída del cabello, debido tanto a cuestiones fisiológicas (hay muchas teorías al respecto, pero la más defendida es que no es tanto que haya una mayor caída sino que en este momento el ciclo capilar se ralentiza, esto es, crece menos), como a los efectos negativos del verano. 
  • Otro factor implicado en el ciclo capilar es el estado en el que se encuentra el cuero cabelludo, ya que según explica María Rogel, dermatóloga experta en tricología, es una zona que contiene muchas terminaciones nerviosas y vasos sanguíneas: “Por eso, cuándo su microbioma se desequilibra, surgen problemas, entre ellos la caída capilar”.
  • Una de las alteraciones más frecuentes en esta zona es el cuero cabelludo sensible, que tiene unos síntomas muy característicos: picor, ardor, descamación, enrojecimiento, sensación de tirantez, hormigueo e incluso dolor. Entre los factores implicados en la sensibilización del cuero cabelludo están las quemaduras solares, “muy comunes, sobre todo en las personas que tienen el cabello muy fino o padecen alopecia, y producen irritación y sensibilidad”. Otro elemento que puede favorecer la alteración de esta zona en este momento del año es el estrés asociado a la vuelta al trabajo, ya que, como apunta la Dra. Rogel, favorece la liberación de histamina, “una sustancia que puede provocar picor tanto en el cuero cabelludo como en otras zonas del cuerpo”.
  • La experta recuerda que el cuero cabelludo es el sistema de apoyo del cabello, “e incluso cuando no experimenta sensibilidad, hay que prestarle más atención, para prevenir problemas futuros. Para ello, es aconsejable utilizar productos con un mínimo de conservantes, fragancias y sulfatos añadidos, que pueden ayudar a prevenir la irritación. En caso de tener caspa o un cuero cabelludo escamoso, hay que limpiarlo regularmente con un champú antimicrobiano, tonificarlo a diario con un producto específico para el cuero cabelludo, y utilizar una mascarilla exfoliante una vez a la semana”, dice la doctora Rogel.
  • El cuidado “interior” también es importante tanto para prevenir la caída como para asegurar el buen estado del cuero cabelludo. Las opciones de tónicos, lociones y nutricosmética anticaída son amplias y variadas (las ventas de estos productos se disparan a partir de esta época del año). En cuanto a los activos más recomendables, la farmacéutica María Esther García de la Cruz comenta que las vitaminas del grupo B, específicamente la biotina (B7), actúan favoreciendo el normal crecimiento capilar desde la raíz: “De hecho, hay estudios que apuntan que tras la ingesta de biotina durante tres meses se notan cambios positivos en el volumen general, el grosor y el brillo del cabello. Otros activos, como el colágeno, que proporciona firmeza al folículo piloso, y la queratina, que aporta resistencia al cabello, favorecen su mantenimiento”. 

Encrespamiento, el enemigo a batir 

El frizz o encrespamiento es una de las “pesadillas capilares” más temidas y cuyo riesgo aumenta en este momento del año debido, por un lado, a las condiciones climatológicas (viento, lluvia, bajada de temperaturas) y, por otro, al estado post-vacacional del cabello. “El encrespamiento no es más que falta de hidratación”, señala Ángela Navarro, especialista referente en belleza e imagen, quien explica cómo esta deshidratación incide especialmente en la corteza capilar, señalando que ésta se conforma igual que las escamas de un pez: todas hacia el mismo lado: “Cuando esta corteza se encuentra reseca, esas escamas se hinchan y como están sedientas, se disparan buscando hidratación. Además, el cabello pierde brillo, ya que esas escamas desordenadas no son capaces de reflejar la luz”.

Por su parte, los expertos de Sephora aclaran que la presencia de frizz no significa que el cabello no esté sano, sino que puede ser simplemente que esté seco o que el encrespamiento se deba al clima o a la fricción. “Aunque cualquier tipo de cabello puedo encresparse, es un problema más habitual en el pelo rizado, debido a que suele ser más seco que los lisos u ondulados”, añaden desde esta firma. 

Este es el plan de acción que proponen estos expertos para evitar el frizz y “domar” el efecto que produce en el cabello:

-Lavar y acondicionar con agua fría. Imprescindible, usar champús y acondicionadores específicos para hidratar el pelo, y evitar el agua caliente en todo momento, para impedir que se reseque. “Aclarar con agua fría después del acondicionador sella las cutículas asegurando así la mayor cantidad de humedad posible”. 

-Mascarilla en modo SOS. Si el frizz es muy intenso y/o especialmente indomable, se recomienda sustituir el acondicionador habitual por una mascarilla (si está específicamente formulada para este problema, mejor que mejor).

-Utilizar la toalla adecuada. Lo mejor para secar el cabello encrespado es usar un material de microfibra o incluso una camiseta vieja: “Este truco para secarse el pelo puede marcar la diferencia a la hora de evitar la fricción y, por tanto, el encrespamiento que la sigue”.

-La opción de los productos sin aclarado. Los cabellos gruesos o muy porosos agradecerán el uso de acondicionadores o mascarillas sin aclarado, que hidratan el pelo intensamente.

-No cepillar en exceso. Los expertos de Sephora advierten que cepillar demasiado el pelo cuando está seco puede provocar roturas y hacer que el encrespamiento sea más evidente. Para prevenir este efecto, recomiendan utilizar un peine de púas anchas o desenredante.   

-Productos:

1-H03 Champú Brillo y Vitalidad, de Modesta Cassinello. Formulado para devolver progresivamente la luz a todo tipo de cabellos y cueros cabelludos sensibles. 

2-Mascarilla Capilar Regeneradora para Después del Sol, de Sendo. Enriquecida con aceite de nuez orgánico, una dosis de hidratación y brillo incluso para los cabellos más opacos.

3-Champú Micelar y Mascarilla Capilar para Cabello Dañado, de Ziaja. Tandem reparador con protección antioxidante. Especialmente indicado para cabellos de porosidad media y alta. (*Son los dos productos azules, los de la derecha)

4-Mascarilla Reparación-Brillo Color Glow, de René Furterer. Formulada con aminoácidos reparadores y anti-rotura, que además preservan la intensidad del color.

5-Spray Termoprotector 230º C, de Phyto. Solución que repara, protege la integridad de la fibra capilar del calor de planchas y secadores y alisa el encrespamiento.

6-Capilmar Pack, de Marnys. Cuidado anticaída intensivo para 30 días que combina una loción y un suplemento para reparar el cabello desde la raíz.

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Carla Nieto

Venezolana de nacimiento y gallega de corazón. Me licencié en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Desde hace 30 años escribo sobre salud & medicina, nutrición,...