Verrugas
Verrugas

Una verruga es una infección de la piel o de las mucosas producida por un virus DNA cariotípico llamado papilomavirus humano (PVH), muy fáciles de transmitir por contacto directo del virus a través de roturas en la piel o en las mucosas, aunque parece existir una cierta predisposición genética a padecerlas. Algunas son muy resistentes y constituyen un auténtico caballo de batalla para los padres. De hecho, según indican desde la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), el 30% desaparecen en seis meses y el 40% a los dos años, pudiendo prolongarse más allá de ese tiempo, en función de cómo actúe el sistema inmunológico, e incluso puede permanecer latente en un gran porcentaje de los casos, pudiendo provocar recidivas. Las zonas mal irrigadas a nivel de los dedos son particularmente favorables, dado que la infección se ve favorecida por la falta de resistencia y la mala irrigación de la zona. También parece ser que las verrugas afectan más fácilmente a niños atópicos con piel excesivamente seca.

Un 10-12% de las verrugas aparecen en edad infantil, siendo más frecuente en niñas que en niños, surgiendo a los 13 años en las niñas y a los 14,5 años en los niños.

Verrugas, ¡por su localización las conoceréis!

*por la AEDV

  1. Las verrugas vulgares son las más típicas, suelen tener un tono más oscuro que la piel y una superficie rugosa semejante a una coliflor, en “cresta de gallo”, pudiendo presentar puntos oscuros en su interior. Suelen localizarse en zonas expuestas a traumatismos: manos, rodillas etc. A veces aparecen “puntos negros” en su superficie que corresponden a capilares trombosados (donde se han formado pequeños trombos).
  2. Las verrugas filiformes son delgadas y alargadas y están unidas a piel por un estrecho pedículo. Son de color carne y suelen aparecer alrededor de la nariz, la boca o los ojos. A menudo se localizan en los párpados y son muy frecuentes en la edad infantil.
  3. Las verrugas planas son lesiones aplanadas y de color más claro, pudiendo ser rosado o amarillento, que suelen ser múltiples y localizarse en la cara. Al igual que las anteriores son más frecuentes en niños y adolescentes. Son resistentes, ya que técnicas agresivas pueden dejar marcas por lo que se recomiendan terapias clásicas o poco agresivas.
  4. Las verrugas plantares se localizan en las plantas de los pies y son más frecuentes en personas que tienen la costumbre de caminar descalzas. Son hiperqueratósicas, duelen al presionarlas y en su superficie se presentan “puntos negros”, muy útiles para los dermatólogos a la hora de diferenciarlos de callos o tilomas, cuya superficie está constituida por un tapón queratósico que literalmente se enclava en la piel. Suelen ser bastante molestas y recurrentes.
  5. Las verrugas anogenitales se caracterizan por esta peculiar localización y por su posible transmisión sexual.

Según explica el doctor José Carlos Moreno, presidente de la AEDV y jefe del Servicio del Hospital Reina Sofía de Córdoba, “aunque no existe un tratamiento único y demostradamente eficaz, sí disponemos de una gran variedad de terapias que van desde posturas agresivas o abstencionistas. Estos son algunos de los más habituales:

  • Ácido salicílico. A pesar de que es de lenta actuación, en concentraciones del 10%-20% ha demostrado buenos resultados.
  • Cantaridita. De aplicación tópica, se usa para eliminar lesiones cutáneas como verrugas o molusco contagioso. Se aplica sobre la lesión y se retira en 3-4 horas; a las dos aplicaciones tiene un 70% de respuesta.
  • Crioterapia. Es un método doloroso, deja cicatriz y necesita varios tratamientos, pero es rápido.
  • Electrocoagulación. Es doloroso y agresivo y precisa anestesia y cuidados postoperatorios. También deja cicatriz. Los expertos consideran que su eficacia es relativa.
  • Imiquimod. Está indicado en verrugas genitales. No hay evidencia de que sea útil en verrugas no genitales. Es un tratamiento caro.
  • Bleomicina. Se aplica en inyección subcutánea. No está exenta de efectos secundarios. Una alternativa menos agresiva es la escarificación directa sobre la verruga.
  • Láser de colorante pulsado. Rápido, sin dolor ni cicatriz, es un tratamiento caro.
  • Retinoides. Al ser un tratamiento con efectos secundarios, debe elegirse bien. Se usa en verrugas grandes y resistentes a otros tratamientos. Es uno de los preferidos para verrugas planas.
  • Inmunoterapia. El objetivo de este tratamiento es producir una reacción inflamatoria local que elimine la verruga. Se emplea la infiltración con extracto de levaduras o se aplican soluciones de difenciprona o dibutilester del ácido estuárico.
  • Otros productos como podofilino, podofilinotoxina, glutataldehido o cidofovir, entre otros.

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Redacción Consejos

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