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Con la Semana Santa a la vuelta de la esquina, miles de personas se preparan para participar en las procesiones que recorren las principales ciudades de España. Entre ellos, costaleros, nazarenos y penitentes desempeñan un papel central, sometiendo su cuerpo, especialmente la espalda, a un gran esfuerzo físico en un corto periodo de tiempo.
Los costaleros y costaleras —también llamados cargadores o porteadores, según la región— llevan sobre sus hombros o su columna cervical los pasos procesionales. El peso que soportan puede alcanzar entre 30 y 40 kg por persona, y en los pasos más pesados, como los de 3.500 kg, la carga individual puede llegar hasta los 64 kg.
Ante estas cifras, la Sociedad Española de Columna Vertebral (GEER) ha lanzado una advertencia sobre los riesgos que esta práctica conlleva para la salud de la espalda.
“Realmente, entraña un mayor riesgo cuando realizan los ejercicios de carga sobre la columna cervical, aunque también vemos muchas lesiones de costaleros a nivel de la columna lumbar”, explica el Dr. José Mª López-Puerta, especialista del GEER en Sevilla y coordinador de la Unidad de Columna Pediátrica y Adulta del H.U. Virgen del Rocío.
El riesgo aumenta especialmente durante la levantá del paso, cuando el costalero se incorpora bruscamente desde una posición en cuclillas. Esta acción genera una fuerza de compresión máxima sobre los discos intervertebrales, pudiendo provocar hernias o agravar lesiones preexistentes.
La Dra. Inmaculada Vilalta Vidal, también especialista del GEER en Barcelona y costalera de la Hermandad de Jesús Nazareno de Mataró, insiste en que la preparación debe comenzar mucho antes de la procesión:
“El trabajo del costalero debe realizarse todo el año, y los ensayos son fundamentales. Cargamos una media de entre 30 y 40 kilos, por lo que es necesario un trabajo físico progresivo a lo largo del año”.
A nivel cervical, los expertos explican que el punto de apoyo de la trabajadera suele ser la séptima vértebra cervical, lo que puede generar microtraumatismos por presión continuada. Esta tensión puede derivar en lesiones de las apófisis espinosas, de las articulaciones y en la degeneración de discos.
Para prevenir lesiones, la Dra. Vilalta recomienda adoptar la postura adecuada bajo el paso:
“La idónea es con los brazos hacia adelante sobre la trabajadera, con un ángulo de 130-135º con el pecho hacia adelante y toda la zona del core activada”.
Además, el correcto ajuste del costal en la región cervical es clave para evitar desplazamientos durante la levantá. Una mala ejecución puede provocar incluso fracturas cervicales o esguinces en tobillos y rodillas.
Otro problema frecuente, según el Dr. López-Puerta, es la aparición de hematomas en la región posterior del cuello, que con el tiempo pueden encapsularse y desarrollar el conocido morrillo en algunos costaleros.
Recomendaciones de entrenamiento y cuidado
El GEER aconseja fortalecer durante el año los músculos de la espalda y el core, especialmente los multífidos, mediante ejercicios como abdominales, sentadillas, planchas, remo, zancadas y ejercicios isométricos con toalla para la cervical.
Durante la Semana Santa, se recomiendan estiramientos antes de salir en procesión y aplicar hielo tras la procesión para evitar hematomas o inflamaciones. Además, puede ser útil el uso de relajantes musculares o tracciones cervicales, en caso de dolor intenso.
Cuando los pasos se portan sobre los hombros, el riesgo disminuye ligeramente ya que la carga se reparte mejor entre ambos lados, afectando menos la columna cervical. Aun así, una mala alineación al cargar solo con un hombro puede provocar inclinaciones vertebrales y lesiones en clavículas o músculos del hombro.
También los nazarenos pueden lesionarse
Los nazarenos, que permanecen durante horas de pie a lo largo del recorrido, también están expuestos a dolores lumbares si su musculatura no está suficientemente fortalecida.
“Permanecer a pie parado obliga a que toda la musculatura lumbar baja esté bien desarrollada para mantener la columna erguida. De lo contrario, aparecen las clásicas lumbalgias”, indica la Dra. Vilalta.
Por ello, se recomienda realizar ejercicios para fortalecer el core, practicar deportes como natación, remo, bicicleta estática o pilates, y utilizar fajas de sujeción si es necesario.
“En nuestro caso, los costaleros llevamos dos fajas: una de varilla más fina en la parte lumbar y, encima, una faja de tela que nos da un mayor soporte”, concluye la doctora.
El mensaje de los expertos es claro: una buena preparación física es fundamental para prevenir lesiones y vivir la Semana Santa de forma segura.